Día cuarto.
¡Oh
Virgen del Carmen, María Santísima! que para mostrar tu especialísimo amor a
los Carmelitas, les honraste con el dulce nombre de hijos y hermanos tuyos, alentando
con este singular favor su confianza para buscar en Ti, como en amorosa Madre,
el remedio, el consuelo y el amparo, en todas sus necesidades y aflicciones, y empeñándoles
en provocar imitar tus excelentes virtudes
Ruégote, Señora, me mires como amorosa Madre,
y me alcances te imite yo de modo que dignamente goce el nombre de hijo tuyo, y
que mi nombre sea escrito en el libro de la predestinación con los de los hijos
de Dios hermanos de mi Señor Jesucristo, y al presente consiga lo que por tu intercesión
especialmente le pido: que así, Señora, te lo suplico humildemente diciendo: Dios te Salve, Reina
y Madre de misericordia, etc.
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