jueves, 27 de febrero de 2020

TU ÚLTIMA OPORTUNIDAD, YA BASTA DE TERAPIA – Un milagro de San Gabriel de la Dolorosa.





Adele Di Rocco di Bisenti sufría de una forma grave de epilepsia. Sus padres la llevaron a varios doctores, pero no pudo sanar. Tenía que mantener el tratamiento de forma frecuente, de lo contrario las crisis volvían de inmediato. En 1987 San Gabriel de la dolorosa se me apareció en varias ocasiones y siempre le decía: “¡Ya basta de terapia!”.

   Después de algunas dudas, finalmente hablo con sus padres acerca de sus sueños, pero ellos, temiendo un error peligroso, le dijeron que continuara la terapia bajo la supervisión del médico. Sin embargo, la crisis continuó y pareció volverse más violenta. El 31 de julio de 1993, cuando tenía 22 años, hicieron una peregrinación llevando una estatua de San Gabriel a Bisenti, su país de residencia. En la noche del 30 de julio, soñó nuevamente con San Gabriel, quien con sus manos extendidas le dijo: “¡Esta es tu última oportunidad, suficiente con la terapia!”. Se despertó y dijo: “¡Esta vez es suficiente!” No dijo nada a nadie y comenzó a dejar de tomarse el tratamiento. A partir de entonces empezó a sentirse bien, cada vez mejor.

   Los doctores después de regañarla le dijeron que continuara la terapia, según ellos podría ser un período en el que la enfermedad no se manifiesta y luego continuar con consecuencias muy graves. Pero ya ella no creía en los médicos, no por falta de confianza, sino porque solo creía en Dios. Después de sanar su vida cambio, comenzó a ver el mundo, dejando atrás los miedos. Encontró el amor, se casó y tuvo cuatro hijos: lo que no podía hacer antes. A su primer hijo le puso por nombre Gabriel, en honor a San Gabriel de la dolorosa.


martes, 18 de febrero de 2020

De la lucha contra los enemigos espirituales (Parte I). De lucha contra la concupiscencia







   Los enemigos espirituales son la concupiscencia, el mundo y el demonio: la concupiscencia es un enemigo interior, que llevamos siempre con nosotros mismos; el mundo y el demonio son enemigos exteriores, que avivan el fuego de la concupiscencia.

I. La lucha contra la concupiscencia.

(Sobre este tema también puede consultarse el admirable tratadillo de Bossuet sobre la concupiscencia)

   Describe San Juan la concupiscencia en el célebre texto: (I Juan. II, 16) “Todo lo que hay en el mundo, es concupiscencia de la carne, concupiscencia de los ojos, y soberbia de la vida: lo cual no nace del Padre”. Cuidaremos de exponerlo convenientemente.

1°. CONCUPISCENCIA DE LA CARNE

   La concupiscencia de la carne es el amor desordenado de los placeres de los sentidos.

   A) El mal. El placer no es malo de suyo; Dios permite el placer ordenándole a un fin superior que es el bien honesto; junta el placer con ciertos actos buenos, para que se nos hagan más fáciles, y para atraernos así al cumplimiento de nuestros deberes. Gustar del placer con moderación y ordenándole a su fin propio, que es el bien moral y sobrenatural, no es un mal, sino un acto bueno; porque tiende a un fin bueno que, en último término, es el mismo Dios. Mas desear el placer independientemente del fin que le hace lícito; quererle, por lo tanto, como un fin en el cual descansa la voluntad, es un desorden; porque es ir contra el orden sapientísimo puesto por Dios. Y ese desorden trae otro consigo; porque, al obrar por solo el placer, corremos peligro de amarle con exceso, ya que entonces no nos guía el fin que pone límites al deseo inmoderado del placer que existe en cada uno de nosotros.

   Quiso Dios en su sabiduría poner un gusto en los mantenimientos para que nos estimulara a reparar las fuerzas del cuerpo. Pero, como dice Bossuet (T. Sobre la concupiscencia Cap IV) “Los hombres ingratos y carnales tomaron ocasión de ese placer para cuidar del propio cuerpo más que de Dios que le había formado... El gusto de los mantenimientos los cautiva; en vez de comer para vivir, parecen, según el dicho de uno de aquellos antiguos, repetido más tarde por San Agustín, no vivir sino para comer. Aún a aquellos que saben regular sus deseos, y se sientan a la mesa para remediar la necesidad de su naturaleza, engáñales el placer, y, arrastrados más de lo conveniente por sus atractivos, pásanse de la raya; enseñoréase insensiblemente de ellos el placer, y nunca creen haber satisfecho harto la necesidad, mientras sienten deleite en el comer y el beber”. De aquí nacen mil excesos en la comida y en la bebida, opuestos a la templanza. ¿Y qué habremos de decir del placer aún más peligroso de la voluptuosidad, “de aquella llaga profunda y vergonzosa de la naturaleza, de aquella concupiscencia que sujeta el alma al cuerpo con lazos tan dulces y tan duramente apretados, que tanto cuesta romper, y que causa tan espantables desórdenes en el género humano?” Bossuet (T. Sobre la concupiscencia Cap. V)

   Esta clase de placer sensual es tanto más peligroso cuanto que está repartido por todo el cuerpo. Tocado de él está el sentido de la vista, porque por los ojos comienza a entrar en el alma la ponzoña del amor sensual. Tocado el del oído, cuando, con peligrosas pláticas y cánticos llenos de molicie, se enciende o mantiene la llama del amor impuro y aquella secreta propensión que sentimos hacia los goces sensuales. — Crece tanto más el peligro, cuanto que todos los placeres de la carne excítanse unos a otros; aun los que parecen más inocentes, si no andamos siempre alerta, abren el camino a los más pecaminosos. Hay también cierta molicie y delicadeza repartida por todo el cuerpo, que nos lleva a buscar descanso en el bien sensible, y así despierta la concupiscencia y atiza su fuego. Amamos al cuerpo con apego tal que pone olvido del alma; el cuidado excesivo de la salud nos hace tratar con mimo al cuerpo; todas esas diversas sensaciones son otros tantos brotes de la concupiscencia de la carne. Bossuet.

   B) El remedio de tamaño mal es la mortificación del placer de los sentidos; porque, como dice S. Pablo, “los que son de Jesucristo, tienen crucificada su propia carne con los vicios y las pasiones”. (Gálatas V, 24) Pues crucificar la carne, dice M. Olier “es atar, agarrotar, ahogar interiormente todos los deseos impuros y desordenados que sentimos en nuestra carne”; es además mortificar los sentidos externos, que nos ponen en relación con las cosas de fuera, y excitan en nosotros peligrosos deseos. La razón fundamental por la que estamos obligados a practicar esa mortificación, son las promesas del bautismo.

sábado, 15 de febrero de 2020

SAN CLAUDIO DE LA COLOMBIÈRE, Confesor n. 2 de febrero de 1641 en Ródano, Francia; † 15 de febrero de 1682 en Paray-le-Monial, Francia





Martirologio Romano 15 de febrero.

SAN CLAUDIO DE LA COLOMBIÈRE, Confesor n. 2 de febrero de 1641 en Ródano, Francia; † 15 de febrero de 1682 en Paray-le-Monial, Francia

Patrono de fabricantes de juguetes y torneros.

SAN CLAUDIO DE LA COLOMBIÈRE, Confesor

   Amaos recíprocamente con ternura y caridad fraternal. (Romanos 12, 10)

   En Brescia, el triunfo de los santos Mártires Faustino y Jovita, hermanos, que en el imperio de Adriano, al cabo de muchos y gloriosos combates sostenidos por la fe de Cristo, recibieron la victoriosa corona del martirio.
   En Roma, san Cratón, Mártir, que bautizado con su esposa y toda su familia por san Valentín, Obispo, no mucho después, juntamente con ellos, consumó el martirio.
   En Terni, el nacimiento para el cielo de los santos Mártires Saturnino, Cástulo, Magno y Lucio.
   Allí mismo, santa Ágape, Virgen y Mártir.
   En Vaison de las Galias, san Quinidio, Obispo, cuya muerte atestiguan que fueron preciosos en el acatamiento del Señor los frecuentes milagros.
   En Capua, san Decoroso, Obispo y Confesor.
   En la provincia de Valeria, san Severo, Presbítero, el cual, como escribe san Gregorio Papa, con sus lágrimas devolvió la vida a un difunto.
   En Antioquía, san José, Diácono.
   En Auvernia de Francia, santa Georgia, Virgen.
   En Paray-le-Monial, de Borgoña, en Francia, san Claudio La Colombière, presbítero de la Compañía de Jesús, que siendo hombre entregado a la oración, con sus consejos dirigió a muchos en su esfuerzo para amar a Dios (1682).

   Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.

R. Deo Gratias.

SAN CLAUDIO DE LA COLOMBIÈRE, Confesor

   Nacido cerca de Lyon en 1641, Claudio de la Colombière entró en la Compañía de Jesús. Después de algunos años consagrados a la enseñanza, fue nombrado, a la edad de 33 años, superior en Paray-le-Monial. Encontró allí a Santa Margarita María de Alacoque, a la que estaba destinado por Dios para asistir en la propagación de la devoción al Sagrado Corazón y para dirigirla en las angustias espirituales que por entonces atravesaba. Enseguida, fue enviado a Londres como predicador de la duquesa de York, que era católica. Fue puesto en prisión por los protestantes y condenado a muerte. Pena ésta que le fue conmutada por la de destierro. Murió en 1682.


MEDITACIÓN SOBRE EL AMOR AL PRÓJIMO

I. Debes amar a tu prójimo como a ti mismo, porque has sido creado a imagen de Dios, y Jesucristo, que ha muerto por él, así te lo ha mandado. ¿Cómo observas este precepto? ¿Dónde está tu compasión por los pobres y miserables? ¡Ah! muy lejos de amar a tus hermanos, tu corazón está lleno de envidia, de cólera, de odio contra ellos. Jesucristo te tratará como hayas tratado a los demás.

II. Debes amar a todos los hombres, porque Jesucristo ha muerto por todos y todos son tus hermanos en Jesucristo. Pero, hay infieles, herejes, pecadores… ¿Qué importa? ¿Te ha revelado Él acaso que no dejarán su infidelidad o el camino del vicio? Tal vez un día sean más grandes que tú en el cielo. Dios te amó cuando eras pecador, a fin de hacerte pasar del estado de pecado al de gracia (San Agustín).

III. ¿Quieres saber si tu amor para con el prójimo es puro, sincero y según Dios? Mira si haces a los demás lo que quisieras que te hagan a ti. Si eres pobre, si estás afligido o enfermo, ¿no te gustaría ser socorrido y aliviado? ¿Te resultaría agradable ser maltratado, ser objeto de burla, calumniado; en una palabra, tratado como tratas a los demás? Aplícate esta regla y descubrirás las faltas que cometes contra el prójimo. Según la medida con que midieres, serás medido, ha dicho Nuestro Señor Jesucristo.

La caridad para con el prójimo.
Orad por el acrecentamiento de la caridad fraternal.


ORACIÓN

   Señor Jesucristo, que os habéis dignado hacer del bienaventurado Claudio el servidor fiel y el amigo de vuestro Sagrado Corazón, acordadnos por su intercesión, que seamos revestidos con las virtudes e inflamados con los sentimientos de vuestro Corazón. Amén.

   Fuentes: Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. Tomo I; Patron Saints Index.


viernes, 14 de febrero de 2020

SAN VALENTÍN, Mártir † decapitado hacia el año 269 en Roma





Martirologio Romano 14 de febrero


SAN VALENTÍN, Mártir † decapitado hacia el año 269 en Roma

   Patrono de parejas de novios; matrimonios; amor; jóvenes; viajeros; apicultores. Protector contra los desvanecimientos; epilepsia; plagas.

SAN VALENTÍN, Mártir

   Yo soy la luz del mundo: quien me sigue, no anda en tinieblas sino que tendrá a luz de la vida. (Juan 8, 12)

   En Roma, en la vía Flaminia, el triunfo de san Valentín, Presbítero y Mártir, que, siendo insigne por el don de curaciones y por la doctrina, fue apaleado y degollado por orden del César Claudio.
   Allí mismo, el tránsito de san Cirilo, Obispo y Confesor; el cual, junto con su hermano san Metodio, también Obispo, cuyo tránsito se conmemora el 6 de Abril, trajo a la fe de Cristo a muchas naciones Eslavas y a sus Reyes. La fiesta de ambos se celebra el 7 de Julio.
   En Roma también, los santos Mártires Vidal, Felícula y Zenón.
   En Terni, san Valentín, Obispo y Mártir, a quien después de prolongados azotes, echaron en la cárcel; mas no pudiendo vencerle, sacáronle de ella en el silencio de la medianoche y le degollaron por orden de Plácito, Prefecto de la ciudad.
   En Alejandría, los santos Mártires Cirión, Presbítero, Basiano, Lector, Agatón, Exorcista, y Moisés, todos los cuales, abrasados en la hoguera, volaron al cielo.
   En Terni, los santos Próculo, Efebo y Apolonio, Mártires; los cuales, velando junto al cuerpo de san Valentín, presos de orden del Consular Leoncio, fueron muertos con la espada.
   En Alejandría, los santos Mártires Baso, Antonio y Protólico, que fueron sumergidos en el mar.
   También en Alejandría, los santos Mártires Dionisio y Ammonio, degollados.
   En Nápoles de Campania, san Nostriano, Obispo, que fue insigne en defender la fe católica contra la herejía.
   En Ravena, san Eleucadio, Obispo y Confesor,
   En Bitinia, san Auxencio, Abad.
   En Sorrento, san Antonino, Abad, que, retirándose del monasterio de Monte Casino, asolado por los Longobardos, a un lugar solitario de aquella ciudad, allí mismo, célebre en santidad, durmió en el Señor. Su cuerpo resplandece cada día con muchos milagros, principalmente en librar energúmenos.

   Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.

R. Deo Gratias.



SAN VALENTÍN, Mártir

   San Valentín, en su prisión, rogaba a Jesús que iluminase a los gentiles con los rayos de su divina luz. Asterio, lugarteniente del prefecto de Roma, oyó su plegaria, y le prometió creer que Jesús es la luz del mundo si devolvía la vista a su hija. Púsose el santo en oración y restituyó la vista a la ciega, con lo que Asterio, con toda su familia, se convirtió. Algunos días después, Valentín fue azotado y, finalmente, se le cortó la cabeza.

MEDITACIÓN SOBRE LA GRACIA.

   I. La gracia de Dios se parece a la luz, en que, aquélla como ésta, se da a todos. A nadie la rehúsa Dios y es suficiente para salvarnos si la queremos aprovechar. ¡Cuánto reconocimiento debemos a Dios, especialmente nosotros los cristianos, que hemos sido colmados de gracias! ¿Cuántas has recibido? ¿No han sido inútiles? Aprovecha las que Dios te acuerda; trabaja mientras te alumbra la luz. Agradece a Dios por sus mercedes, no sea que ciegues la fuente con tu ingratitud.

   II. Tu inteligencia a menudo es iluminada por medio de estas gracias, que San Agustín llama rayos de la luz eterna. ¡Qué de veces Dios te ha hecho conocer claramente la vanidad del mundo y la solidez de los bienes del cielo! Alimenta esta luz celestial meditando con frecuencia las grandes verdades que la fe nos enseña.

   III. Sería inútil esta luz si, después de haber iluminado la inteligencia, no excitase la voluntad a la práctica de las virtudes difíciles. Lo propio de la gracia es hacer obrar, enfervorizar el corazón del que la recibe, y disminuir las dificultades que suscita la virtud. ¿No es verdad que a veces te sientes atraído por Dios tan dulcemente que el sacrificio de ti mismo te parece fácil? Aprovecha los preciosos momentos de la gracia; son semejantes a una semillita que encierra un gran árbol: la eternidad depende de ese momento (San Bernardo).


El deseo de los sufrimientos.
Orad por la conversión de los pecadores.


ORACIÓN.

   Haced, os suplicamos, Dios omnipotente, que celebrando el nacimiento al cielo de vuestro bienaventurado mártir Valentín, obtengamos por sus oraciones ser librados de todos los males que nos amenazan.  Por J. C. N. S.


Fuentes: Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J., Tomo I; Patron Saints Index.

martes, 11 de febrero de 2020

NUESTRA SEÑORA DE LOURDES





Martirologio Romano 11 de febrero

NUESTRA SEÑORA DE LOURDES

      En cuanto a mí de nada me gloriaré, sino de mis flaquezas. (2 Corintios 12, 5)


   En Lourdes de Francia, la Aparición de la bienaventurada Virgen María Inmaculada.
   En Andrinópolis de Tracia, los santos Mártires Lucio, Obispo, y sus compañeros, en tiempo de Constancio. Lucio, habiendo padecido muchísimo de loas Arrianos, consumó el martirio en la prisión; los otros, los más nobles de la ciudad, por no querer comunicar con los Arrianos anatematizados a la sazón en el Concilio Sardicense, fueron condenados a muerte por el Conde Filagrio.
En África, el triunfo de los santos Mártires Saturnino, Presbítero, Dativo, Félix, Ampelio y sus Compañeros; los cuales, en la persecución de Diocleciano, acudiendo, como de costumbre, a solemnizar el Domingo, presos por los soldados, padecieron el martirio por orden del Procónsul Anolino.
   En Numidia, la conmemoración de muchísimos santos Mártires, que, apresados en la misma persecución, y no queriendo, conforme al edicto imperial, entregar las divinas Escrituras, con atrocísimos suplicios fueron atormentados y muertos.
   En Roma, san Gregorio II, Papa, que resistió acérrimamente a la impiedad de León Isáurico, y envió a Alemania a san Bonifacio a predicar el Evangelio.
   También en Roma, san Pascual I, Papa, que sacó de las criptas muchos cuerpos de santos Mártires, y los colocó honoríficamente en diversas Iglesias de la Ciudad.
   En Ravena, san Calócero, Obispo y Confesor.
   En Milán, san Lázaro, Obispo.
   En Capua, san Castrense, Obispo.
   En Castro-Landón de Francia, san Severino, Abad del monasterio de Acauno, por cuyas oraciones el piadoso Rey Clodoveo curó de una larga enfermedad.
   En Egipto, san Jonás, Monje, esclarecido por sus virtudes.
   En Viena de Francia, la Traslación del cuerpo de san Desiderio, Obispo y Mártir, desde el territorio de Lyon, en que había padecido el martirio el 23 de Mayo.

   Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.

   R. Deo Gratias.


NUESTRA SEÑORA DE LOURDES

   El 11 de febrero de 1858, la Santísima Virgen dignose mostrarse por primera vez a Santa Bernardita Soubirous; la última aparición tuvo lugar el 16 de julio de ese mismo año. Desde entonces, las peregrinaciones se han sucedido procedentes de todas las partes del mundo, y, en multitud, los enfermos han acudido a implorar a María Inmaculada. Muchos han obtenido una milagrosa curación, muchos otros han recibido la gracia de soportar sus padecimientos con espíritu de fe y de ofrecerlos a Dios.


MEDITACIÓN SOBRE CÓMO ES PRECISO SOPORTAR LAS ENFERMEDADES

   I. La enfermedad es un presente de Dios que, a menudo, nos es más útil que la salud. Dios tiene sus designios cuando nos envía una enfermedad: quiere castigarnos por nuestros pecados, o apartarnos de ellos, o bien ejercitar nuestra paciencia y darnos ocasión de adquirir méritos. Si seriamente buscases la razón de tus sufrimientos, encontrarías que Dios quiere acosarte para que renuncies a tus vicios y lleves una vida más santa. No nos quejemos de nuestras enfermedades, ellas pueden ser para nosotros fuente de grandes virtudes (Salviano).

   II. Sufre pacientemente los dolores de tu enfermedad, súfrelos de buena gana y por el amor de Dios. Mas, como Dios te impone el deber de velar por tu salud, recurre a los medios humanos. Sigue las prescripciones del médico y obedece a los que te cuidan. El que sufre tiene muchas ocasiones de practicar la virtud: aprovecha diligentemente estas ocasiones.

  III. No murmures, no te impacientes; persuádete de que estás en tu lecho como en una cruz, y mira con qué paciencia sufrió Jesús en la suya. Para imitarlo, piensa en todos los pobres enfermos abandonados y en los suplicios de las almas del purgatorio; y recuerda que en las adversidades y en los sufrimientos es donde se reconoce al hombre virtuoso. En la adversidad, el pecador se queja y su impaciencia se derrama en blasfemias; el justo sufre con paciencia (San Cipriano).

La paciencia.
Orad por los enfermos.


ORACIÓN

   Oh Dios, que por la Inmaculada Concepción de la Virgen habéis preparado un digno santuario a vuestro Hijo, concedednos, os suplicamos, que, celebrando la aparición de María Santísima, obtengamos la salud del alma y del cuerpo. Por J. C. N. S.

Fuentes: Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J., Tomo I; Patron Saints Index.



lunes, 10 de febrero de 2020

SANTA ESCOLÁSTICA, Virgen n. hacia el año 480 en Nursia, Italia; † hacia el año 543 en Montecassino, Italia.





Martirologio Romano 10 de febrero

SANTA ESCOLÁSTICA, Virgen n. hacia el año 480 en Nursia, Italia; † hacia el año 543 en Montecassino, Italia.

Patrona de monjas. Protectora contra las lluvias y tormentas.

SANTA ESCOLÁSTICA, Virgen

   Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá. (Lucas 11, 9)

   En Monte-Casino, santa Escolástica, Virgen, hermana de san Benito Abad; cuya alma vio el Santo, en forma de paloma, salir del cuerpo y volar al cielo.
   En Roma, los santos Mártires Zótico, Ireneo, Jacinto y Amancio.
   Allí mismo, en la vía Lavicana, diez santos soldados Mártires.
  También en Roma, en la vía Apia, santa Sotera, Virgen y Mártir, que, según escribe san Ambrosio, siendo de noble linaje, menospreció por Cristo los Consulados y Prefecturas de sus padres; y por no ofrecer sacrificios, como le ordenaban, fue cruel y prolongadamente abofeteada, y superados también otros géneros de tormentos, por último, pasada a cuchillo; voló alegre al celestial Esposo.
   En Campania, san Silvano, Obispo y Confesor.
   En el Establo de Rodas, territorio de Siena, san Guillermo, Ermitaño.
   En una aldea de Ruán, santa Austreberta, Virgen, célebre en milagros.
   Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.

   R. Deo Gratias.


SANTA ESCOLÁSTICA, Virgen

   Santa Escolástica iba cada año a visitar a su ilustre hermano San Benito. Éste, no tolerando que una mujer entrase en su monasterio, la recibía en una casa cercana al Monte Cassino. En su última visita, rogó a su hermano prolongase hasta el día siguiente su piadosa conversación. Habiéndole respondido el santo que no podía pasar la noche fuera de su claustro, apoyó Escolástica su cabeza en la mesa, prorrumpiendo en lágrimas, y de inmediato Dios envió una violenta tempestad, para impedir a Benito el regreso a su monasterio. Tres días después, vio el santo el alma de su hermana subir al cielo en forma de paloma.

MEDITACIÓN SOBRE SAN BENITO Y SANTA ESCOLÁSTICA

   I. ¡Oh, cuán hermosa es la fraternidad fundada sobre el amor de Dios más aún que sobre la comunidad de la sangre! ¡Cuán bueno, cuán agradable es habitar en común, cuando la amistad está sellada con la misma fe, las mismas esperanzas y el mismo amor! ¡Cuán dulces son las conversaciones que tienen como tema a Dios! Hagamos reinar entre los nuestros esta amistad santa, tan provechosa para el alma. Que las alegrías del cielo, y no las vanidades de la tierra, sean la materia de nuestras conversaciones, y contribuiremos a hacernos unos a otros, mutuamente, dichosos en este mundo y en el otro.

   II. San Benito se queja a su hermana de impedirle el regreso a su monasterio. “Que Dios te perdone –le dice–; ¿qué has hecho, hermana mía?” “Te pedí una gracia –le responde ella– y me la rehusaste; me dirigí a Dios y Él me ha escuchado”. Por buenos que sean nuestros parientes, Dios es mucho mejor aún. Cuando vuestra madre os olvidare –nos dice Él mismo–, Yo no os olvidaré. Pedid y recibiréis –nos dice Jesucristo–. Todo lo que pidiereis a mi Padre en mi nombre, Él os lo concederá. Reanimemos, pues, nuestra confianza; si nada obtenemos, es porque nos falta confianza.

   III. Dios no sólo oye las oraciones de los que lo aman, sino aun los deseos de sus corazones. Santa Escolástica ni una palabra pronuncia; esconde su cara entre las manos para llorar; y, cuando levanta su frente, ha sido ya escuchado su deseo. Si queremos que nuestros anhelos sean acogidos por Dios, no tengamos, como nuestra santa, sino deseos puros. Si desea ella tener consigo a su hermano por más tiempo, es para hablar con él de las cosas del cielo. Oh Señor, poned en nuestros labios oraciones dignas de un cristiano, y dad a nuestros corazones deseos que podáis satisfacer.

La caridad en nuestras relaciones con el prójimo.
Orad por vuestra familia.


ORACIÓN

   Oh Dios, que para mostrar la inocencia de Escolástica, vuestra virgen, hicisteis subir su alma al cielo en forma de paloma, concedednos por sus méritos y oraciones que vivamos una vida tan pura, que merezcamos llegar a las alegrías eternas. Por J. C. N. S.

Fuentes: Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S. J., Tomo I; Patron Saints Index.



viernes, 7 de febrero de 2020

COMUNISMO Y MASONERIA



Sería interesante señalar la participación que ha tenido la Masonería, por una parte, y el judaismo, por otra, en la Revolución comunista de 1917 en Rusia, y luego en su difusión por el mundo.

   Es conocido de todos que muchos de los responsables de la Revolución comunista eran judíos; que la finanza internacional, que está en gran parte en manos de judíos y de masones, aportó su colaboración, para sofocar, por ejemplo, los sublevamientos populares anticomunistas... Los entretelones de la última guerra, por ejemplo, han revelado también los acuerdos secretos entre los dirigentes comunistas de URSS, y los dirigentes masones de Norte América...

   Los Papas han indicado en varias oportunidades la semejanza doctrinal entre las teorías masónicas y las comunistas. Semejanza que les permite colaborar sobre el plan de la acción, como en el Segundo Congreso Internacional por la Fraternidad universal, que se celebró en Montevideo, del 26 al 28 de marzo pasado, congreso masónico de inspiración comunista, con el lema de “luchar por la fraternidad humana y la paz del mundo”. Dos lemas, notaba la reciente pastoral del Episcopado argentino ya citada en que ocultan sus perversas intenciones la Masonería y el Comunismo. Para lograr sus fines, la Masonería no se vale de la Alta Finanza, de la alta política, y de la prensa mundial; el marxismo se vale de la revolución. Los masones cumplen su fin con medios secretamente subversivos; los comunistas, con medios abiertamente subversivos. La Masonería mueve a las minorías políticas sectarias; el comunismo se apoya en una política de masas, explotando los anhelos de justicia social.

   Esta identidad de fines explica que se presten mutua ayuda, si les conviene. Escribía, por ejemplo, Pío XI en la encíclica contra el Comunismo: “Una tercera y poderosa ayuda de la difusión del comunismo es la verdadera conjuración del silencio en una gran parte de la prensa no católica de todo el mundo. Decimos conjuración, porque no puede explicarse de otra manera que una prensa tan ávida de dar relieve a insignificantes incidentes diarios, haya podido por tanto tiempo callar los horrores cometidos en Rusia, Méjico, España, y habla relativamente tan poco de la vasta organización universal como es el comunismo de Moscú. Este silencio es debido en parte a razones de una política poco previsora, y es favorecida por VARIAS FUERZAS OCULTAS que hace tiempo se empeñan en destruir el orden social cristiano...”.


“COLECCIÓN FE INTEGRA” LA MASONERÍA.

martes, 4 de febrero de 2020

SAN ANDRÉS CORSINI, Obispo y Confesor Nació 1302 en Florencia, Italia; † 6 de enero de 1374 en Fiésole, Italia







Protector contra los desórdenes civiles, disturbios y motines.

   Traemos siempre en nuestro cuerpo la mortificación de Jesús, a fin de que la vida de Jesús se manifieste también en nuestros cuerpos. (2 Corintios 4, 10)


SAN ANDRÉS CORSINI, Obispo y Confesor

   Este santo no respondió al principio a los cuidados de que lo hicieron objeto sus padres; pero a raíz del relato que le hizo su madre de un sueño maravilloso que tuvo a su respecto, fue Andrés a arrojarse a los pies de la Santísima Virgen y tomó la resolución de entrar en la orden del Carmelo. Nombrado a pesar de sus resistencias, obispo de Fiésole, redobló sus austeridades. Todos los días recitaba los salmos penitenciales y las letanías de los santos disciplinándose sin compasión. Murió el 6 de enero de 1373, a los 72 años de edad y a los 13 de su episcopado.


MEDITACIÓN SOBRE LA MORTIFICACIÓN

   I. Es necesario mortificar el cuerpo para expiar el placer que has gustado en el pecado. No podrías satisfacer de otro modo a la justicia divina. Si no pagas tu deuda en esta vida, te será menester que la canceles en la otra. Elige. Es preferible soportar algo en este mundo, porque en él los sufrimientos son más llevaderos, más cortos y merecerán una corona en el cielo. En el purgatorio, la medida de nuestros suplicios será la de los placeres que hayamos gustado en este mundo; porque seremos castigados por aquello mismo por donde hayamos pecado (San Bernardo).

   II. Es preciso mortificar los sentidos para no caer en pecado. Si te tomas la libertad de ver todo, de oír todo, de decir todo, pecarás a menudo. Acaso no sea pecado ver, oír, decir tal o cual cosa, pero, con frecuencia, te dispone a él. Si no te abstienes de las cosas permitidas, caerás pronto en las que están prohibidas. Vigila tus sentidos, son las puertas por las cuales entra el pecado mortal a tu alma. ¿Qué violencia haces a tus sentidos? Casi nada les rehusas, acaso nada.

   III. Tus pasiones deben ser reprimidas tanto como tus sentidos; ellas son las que suscitan en tu alma esas tempestades en las que tan a menudo naufraga tu virtud; ellas son las que turban tu tranquilidad y te hacen desdichado. Examina, pues, con atención, cuáles son tus pasiones dominantes; son las víctimas que debes inmolar al pie de la Cruz. Adora lo que has quemado, quema lo que has adorado (San Remigio).

La mortificación.
Orad por la conversión de los pecadores.

ORACIÓN

   Oh Dios, que sin cesar nos dais en vuestra Iglesia nuevos ejemplos de virtud, conceded a vuestro pueblo la gracia de seguir con perfección las huellas del bienaventurado Andrés, vuestro confesor pontífice, de modo que pueda un día participar en su recompensa. Por J. C. N. S.


lunes, 3 de febrero de 2020

SAN BLAS, Obispo y Mártir Nació en Armenia; † martirizado hacia el año 316





   Patrono de las gargantas; veterinarios; animales; constructores; trabajadores de la construcción; escultores; tejedores. Protector contra las enfermedades de la garganta; tos; bocio; animales salvajes.

SAN BLAS, Obispo y Mártir

   Si vosotros no hacéis penitencia, todos pereceréis. (Lucas 13, 5)

SAN BLAS, Obispo y Mártir

   San Blas, Obispo de Sebaste, deja su obispado y se retira a una caverna para hacer en ella penitencia. Las bestias feroces acuden a él, y cuando lo ven en oración, esperan que haya terminado de hablar con Dios para pedirle su bendición. Los esbirros del gobernador van a arrancarlo de su gruta para hacerlo morir en los tormentos.

MEDITACIÓN SOBRE LA SOLEDAD

   I. Haz penitencia; y a fin de que esta penitencia te sea más útil, busca la soledad a ejemplo de San Blas. Evita las ocasiones en las que te acuerdas que has ofendido a Dios, no sea que a las mismas causas sigan los mismos efectos. ¡Qué dulce es conversar a solas con Jesús! ¡Qué dulce apartarse de la muchedumbre! Gusta este placer y confesarás que todas las delicias del mundo nada tienen igual. ¡Ah! ¡Cuán importuno resulta el bullicio del mundo para un alma que ha gustado la dulzura de la soledad! El mundo es para mí una prisión y la soledad un paraíso (San Jerónimo).

   II. Si tu posición te retiene en el mundo, que ello no te impida tener la soledad del corazón. Cada año, por lo menos, reserva algunos días para pensar en tu alma; y todos los días dedica algunos momentos para lo mismo. A toda hora del día entra en ti mismo, piensa en lo que acabas de hacer y en lo que vas a hacer. ¿No querrás dar ese momento que Dios te pide? Esta soledad del corazón es absolutamente necesaria. ¿Para qué sirve la soledad del cuerpo sin la del alma? (San Gregorio).

   III. Todas las noches, después que hayas terminado tus quehaceres, piensa en los pecados que hayas cometido, para pedir perdón de ellos, y en las buenas obras que hayas hecho, para agradecer a Dios por ellas. ¡Qué alegría si has empleado el día santamente! ¡Qué tristeza si no lo has aprovechado para hacer el bien! ¡Ay! tu vida pasará como este día, y acaso éste es el último de tu existencia. ¿Estás preparado para comparecer ante el tribunal de Dios?

La penitencia.
Orad por la paz.


ORACIÓN
   Oh Dios, que todos los años nos proporcionáis un nuevo motivo de alegría con la solemnidad de vuestro mártir y pontífice San Blas, haced, por vuestra bondad, que honrando su nacimiento al cielo, experimentemos aquí abajo los efectos de su protección. Por J. C. N. S.

domingo, 2 de febrero de 2020

FIESTA DE LA PURIFICACIÓN DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA.





   

FIESTA DE LA PURIFICACIÓN DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA 



   Cumplido asimismo el tiempo de la purificación de la madre, según la ley de Moisés, llevaron el niño a Jerusalén, para presentarlo al Señor. (Lucas 2, 22)



FIESTA DE LA PURIFICACIÓN

   María va al templo a someterse a la ley de la purificación, aunque esté exenta de ella en su calidad de virgen y de Madre de Dios. Va al templo a presentar a Jesús a su Padre Eterno; lo rescata ofreciendo por él dos tortolitas. Simeón, a quien el Señor ha revelado que no morirá sin haber visto al Mesías, lo reconoce en los brazos de María, lo adora, y predice a su santísima Madre todo lo que Ella deberá sufrir.


MEDITACIÓN SOBRE LA PURIFICACIÓN

   I. Al presentarse para ser purificada, María sacrifica su gloria a la gloria de Dios, porque, para cumplir la ley, oculta sus dos admirables prerrogativas: la de virgen y la de Madre de Dios. Aprende de este misterio a poner tu honra en la obediencia a Dios. Aunque fuese preciso que pases por el mayor pecador de la tierra, siempre que Dios sea con ello glorificado, debes estar contento. Jesús te da el ejemplo sometiéndose a la circuncisión, y María observando la ceremonia de la purificación. La verdadera honra está en la estima que Dios tiene de ti.

   II. Ella inmola a su querido Hijo, lo presenta a su Padre para que disponga de Él a su agrado. Da a Dios lo más precioso que tiene. ¡Gran lección para padres y madres! Es menester que ofrezcan a Dios sus hijos y no, por lo contrario, que les impidan consagrarse a su servicio cuando quieran hacerlo. Ofrezcamos hoy a Dios lo más querido que tenemos: nuestros corazones, nuestra voluntad, nuestras inclinaciones!

   III. El Eterno Padre recompensa a María por su generosidad: le devuelve su Hijo y su honor por medio de Simeón, quien reconoce en Ella a la Virgen Madre de Dios y lo torna a sus brazos. Si sacrificas a Dios tu honra y tus inclinaciones, Él te recompensará liberalmente aun en esta vida. ¡Cuán bueno es servir a un Señor tan generoso! Él da los bienes del cielo a quien le sacrifica los de la tierra. ¿Por qué no cambiar la tierra por el cielo? ¿Por qué con bienes pasajeros, no comprar los eternos? ¿Por qué, con lo que es perecedero, no adquirir lo que dura siempre? (San Pedro Crisólogo).


La imitación de la Santísima Virgen.
Orad por las congregaciones de la Santísima Virgen.

ORACIÓN
   Dios todopoderoso y eterno, escuchad benigno las súplicas que dirigimos a vuestra suprema Majestad, y así como vuestro Unigénito fue hoy presentado al templo, revestido de carne semejante a la nuestra, haced que nos presentemos ante Vos con un corazón purificado. Por J. C. N. S.