jueves, 14 de septiembre de 2023

MEDITACIÓN SOBRE LA EXALTACIÓN DE LA SANTA CRUZ

 


 




 

I. El amor a la Cruz nos levanta sobre las creaturas. Un hombre que ame los sufrimientos está al abrigo de los azares de la fortuna: la enfermedad, la pobreza o la deshonra no podrían turbar su paz. ¿Por qué? Porque él desea las aflicciones y las sufre con alegría por amor a Jesucristo. Todo lo que para ti es motivo de temor y de tristeza para él es una dicha. El cristiano puede parecer desdichado; nunca lo es (Minucio Félix).

 

II. El que ama la Cruz está por sobre sí mismo. No es ya un hombre sometido a sus pasiones, tiranizado por la concupiscencia, afeminado por las delicias. No tiene más que un solo deseo: el de sufrir; y como en esta vida las ocasiones de sufrir se encuentran a cada paso, siempre está contento y gozoso.

 

III. El que ama la Cruz se asemeja a Jesús crucificado; lo contempla y se alegra viendo que los sufrimientos lo hacen fiel imagen del Salvador. Está crucificado para el mundo y muerto para sí mismo. Sujétame a la cruz, oh Jesús mío, sin tener en cuenta las repugnancias de mi carne; porque os debo mi alma y mi cuerpo, como a mi Redentor. ¡Que mi cuerpo sea, pues, crucificado, coronado de espinas y semejante a ese Cuerpo adorable que Vos ofrecéis al eterno Padre por mí! Si debes tu cuerpo a Jesús dáselo, si puedes, tal como Él te ha dado el suyo (Tertuliano).

 

 

Pedid amar la cruz.

Orad por las almas del Purgatorio.

 

 

ORACIÓN: Oh Dios, que todos los años nos proporcionáis un nuevo motivo de gozo con la solemnidad de la Exaltación de la Santa Cruz, haced, os lo suplicamos, que después de haber conocido su misterio en la tierra, merezcamos ir al cielo a gustar los frutos de su Redención. Por J. C. N. S.

 

jueves, 7 de septiembre de 2023

El rotarismo internacional, hermano menor de la masoneria. Por ANIBAL A. ROTTJER. (3° parte de 3)

 




   Pío XII repitió tal prohibición el 11 de enero de 1951, añadiendo para los fieles en general una exhortación, en la cual les aconseja que se cuiden de pertenecer a sociedades condenadas por la Iglesia o simplemente sospechosas, a tenor del canon 684 del Código de derecho canónico.

   Tal referencia al canon 684 carecería de sentido si no involucrara una prohibición por lo menos tácita o implícita.

   La Santa Sede, aclarando la frase curial “non expedit”, indicó que “prohibitionem importat”, o sea, constituye una prohibición.   Y L’Osservatore Romano, diario oficioso del Vaticano, daba tres razones principales de tal prohibición, a saber: “Por su origen masónico, por sus probadas hostilidades hacia la Iglesia Católica y por su código moral, tan parecido, en casi su totalidad al de la masonería”.

   L’Osservatore Romano del 27 de enero de 1951 continúa diciendo: “El espíritu laico y arreligioso caracteriza al Rótary y, en particular, con relación a los problemas en los que el católico no puede prescindir de las enseñanzas de la Iglesia Católica; como, por ejemplo, en el campo moral y en materia de justicia social. Este carácter aparece evidente en el artículo 3° de los Estatutos y en todo el conjunto de los once artículos del así llamado Código Ético del Rótary... De hecho fácilmente se deriva de dicho articulado un espíritu laico y un indiferentismo religioso; se presta a la infiltración en los Rótary de elementos masónicos y anticlericales, como de hecho ha acontecido en algunas naciones, en donde ha prevalecido un influjo masónico, y la acción de los clubes rotarios ha resultado un contraste con la actividad y fines de la iglesia... Corresponde a los obispos establecer en el caso concreto, en su propia diócesis, si el Rótary que actúa en ella debe o no considerarse o tenerse como una asociación “sospechosa” (como reza el canon 684...). Los obispos deberán proceder considerando al Rótary en su conjunto con relación a los intereses religiosos de toda la Nación” (Aica, Boletín Informativo n° 405 del 31 de marzo de 1964.)

   En la Revista Eclesiástica Argentina de mayo-junio de 1960, páginas 268 y 269, se lee: “El decreto 42 del Concilio Plenario Argentino establece que no es permitido a los sacerdotes asistir a las reuniones de la asociación del Rótary Club, ni dar su nombre a ella”. La resolución 92 de mayo de 1936, del Venerable Episcopado Argentino, dice: “Deben nuestros fieles andar muy cautos en dar su nombre y apoyo a las asociaciones de carácter internacional con principios doctrinarios no conformes a las enseñanzas de la Iglesia y con gobierno sustraído a toda dirección o influencia de la misma”.

   En la página 105 del Boletín Eclesiástico del Arzobispado de Buenos Aires, publicación oficial de setiembre de 1962, se lee: “Recuérdase a los señores sacerdotes que, por disposición de la Santa Sede, no solamente no pueden ser miembros del Rótary, sino, además, participar en las reuniones de esa institución. Y por voluntad del S. Emcia. Rdma., el Señor Cardenal Arzobispo Primado, expresada el 22 de mayo de 1961, también les está prohibida aun la mera asistencia a los actos del Rótary Club; de ahí que no pueden bendecir o inaugurar obras de esa institución. Respecto a los católicos seglares, S. Emcia. Rdma. Ha declarado lo siguiente: “Mientras las asociaciones del Rótary Club respeten los principios cristianos, la Iglesia no inquieta a los católicos que ya forman parto de ellas; tolera que continúen. Pero, en el caso de ser consultada, o pudiendo advertir a los católicos, desaconseja su ingreso al Rótary Club; prefiriendo que sus fieles formen parte de las asociaciones activas de la Iglesia, ya sea con fines de apostolado, o de cultura, pero siempre definidamente católicas”.

   En el mes de junio de 1964, añadía para los sacerdotes en la página 67: “Los sacerdotes de esta arquidiócesis han de atenerse a la siguiente norma, dada por el Emmo. Sr. Cardenal Arzobispo Primado: Desde ahora, en casos particulares, se puede solicitar la correspondiente autorización del Ordinario Local para aceptar invitación del Rótary Club, y hablar, siempre que fuere oportuno, y el sacerdote juzgue que puede contribuir al mejor conocimiento de la Iglesia y de su doctrina moral para bien de la comunidad”.

   Los rotarios argentinos, al conocer tal decisión de la Santa Sede, hablaron de las “injustas apreciaciones del Vaticano, de reviviscencias de la intolerancia medieval”, de que “la Iglesia ha cometido un error muy serio”; y que tal actitud manifiesta en ElIa “una autoridad espiritual llena de soberbia”. Con tales apreciaciones sobre el supremo magisterio del Vicario de Cristo en la tierra ¿cómo puede llamarse católico un rotario?

Santa Reina o Regina, virgen y mártir. — 7 de setiembre (+ 224)


 

Patrona de los pastores y las víctimas de tortura. Protectora contra el empobrecimiento.


La gloriosa virgen y mártir santa Reina fué natural de la ciudad de Alisia, sita en la parte septentrional de Germania; su padre fué gentil y se llamó Clemente.

   Siendo de edad de quince años creyó en Cristo sin que su padre lo supiese, y bien instruida en la fe católica se bautizó y ofreció a Dios su virginidad y pureza. Era tan hermosa, esmalte que divinamente sale sobre el oro de la virtud, que pasando acaso por Alisia Olibrio, prefecto, y viéndola, se enamoró de ella.

   Hízola venir a su presencia, y sabiendo de ella misma que era cristiana, la mandó poner en la cárcel, advirtiéndola que él iba a un viaje y que si al volver de él no había mudado de religión, experimentaría su rigor. Volvió de su viaje, y habiendo sacrificado a sus falsos dioses, hizo sacar de la cárcel a la santa virgen Reina. Mandóle sacrificar, y hallándola firme y constante en la fe que había prometido a su esposo Jesús, la hizo suspender en el ecúleo, después herir por mucho tiempo con varas de hierro, y atormentar y rasgar sus delicadas carnes con uñas de acero. Tan cruel fué este martirio y con tan grande inhumanidad fué herida y despedazada la santa virgen, que el mismo Olibrio y todos los demás circunstantes cubrían sus rostros de horror por no ver tan lastimoso espectáculo.

   Los arroyos de sangre que corrían no parecían posibles que de tan tierno y delicado cuerpo manasen. Pero viéndola constante siempre el cruel Olibrio la mandó descolgar del ecúleo y volver a la cárcel. En ella fué admirablemente consolada por su divino Esposo, el cual le envió una cruz de oro de maravillosa hermosura, sobre la cual tremolaba una hermosísima paloma, que sin duda era el Espíritu Santo, que bajó a consolarla y sanarla de sus heridas, y animarla para el fin de la pelea.

   Pasados dos días Olibrio la mandó otra vez poner en el ecúleo, y que debajo encendiesen una grande hoguera que la abrasase; y cuando ya el fuego había hecho su oficio la mandó descolgar, y que, atada de pies y manos, como inocente cordera, muy fría para que con la contrariedad de los tormentos padeciere más crudamente; y al entrarla en el baño hubo un horrible terremoto, y aquella hermosa paloma que en la cárcel la había consolado bajó sobre ella. Este prodigio fué tan patente a todos los que había concurrido a ver el espectáculo, que se convirtieron a la fe de Jesucristo ochocientos cincuenta gentiles. Con esto se encendió más en furor diabólico el presidente, y la hizo degollar, con que acabó gloriosamente su triunfo la santa virgen.

   Reina. Fué sepultado su glorioso cuerpo por los cristianos en la misma ciudad de Alisia, donde resplandece en milagros.

 

   Reflexión: En el martirio de esta santa doncella hay como en los martirios de los demás santos un gran misterio. ¿Cómo permitía el Señor que fuésen tan cruelmente atormentados con todo linaje de suplicios? ¿Por ventura no les amaba o no se acordaba de ellos? Sí: mira con qué maravillas del cielo consolaba a santa Reina, y con qué finezas de amor curaba las llagas de otros mártires. Pero no por esto les sacaba de las manos de los sayones, porque por el martirio quería darles grande gloria en los cielos. Entendamos, pues, que nunca permite el Señor que ninguno de sus escogidos padezca mucho en este mundo, sino porque está destinado a grande gloria.

 

   Oración: ¡Oh Dios! que entre las demás maravillas de tu poder, diste también al sexo frágil la victoria del martirio; concédenos propicio, que los que veneramos el nacimiento para el cielo de la bienaventurada Reina, tu virgen y mártir, guiados por sus ejemplos, caminemos hacia Ti. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

 

 

“FLOS SANCTORVM”

 


lunes, 4 de septiembre de 2023

MEDITACIÓN SOBRE LA PRESUNCIÓN DE LA SALVACIÓN


 



I. La mayoría de los hombres viven en una vana esperanza del paraíso. Nadie quiere ser condenado, nadie cree serlo un día, pero muchos no hacen lo que hay que hacer para evitar el infierno. Siempre se piensa en la bondad de Dios y raramente en su justicia. La gente se ilusiona con el ejemplo del buen ladrón, y no se da cuenta de que este ilustre penitente se convirtió en un momento en que todo el mundo abandonaba a Jesús y que obedeció a la primera inspiración de la gracia.

 

II. Pero, ¿en qué fincas esa confianza de que te has de salvar? ¿Será en tus buenas obras? ¿Qué haces tú para ganar el cielo? ¿Será por los méritos de Jesucristo? Él te ha redimido sin cooperación alguna de tu parte; pero no te salvará, si no cooperas en tu salvación. Ya se ve, fundas tu esperanza en la bondad de Dios: pero, porque Dios es bueno, ¿habrás tú de ser malvado y habrás de pecar tantas veces cuantas Él te perdona? (Tertuliano).

 

III. Trabaja, pues, en tu salvación con temor. San Pedro y Magdalena lloraron sus faltas todo el resto de su vida, aunque ya estaban seguros de haber obtenido el perdón de ellas. Se ha visto a santos, después de haber vivido en el yermo, temblar de espanto al acercarse su muerte; ¡y tú, nada temes! ¿De dónde procede esta seguridad? ¿No es acaso una señal de tu poca fe, más bien que una prueba de valentía? Temo dejar este mundo y tiemblo a la entrada del puerto, porque ignoro quién debe recogerme al salir de esta vida (San Bernardo).

 

Desconfiad de tí mismo.

Orad por vuestros conciudadanos.


domingo, 3 de septiembre de 2023

LA MASONERÍA, UN ESTADO POLÍTICO. Por Monseñor León Meurín S.J. Tomada de la obra intitulada “La Francmasonería o Sinagoga de Satanás” editada en un sólo tomo en 1893. Escrita en francés.

 


CAPÍTULO V.

 

   Este Capítulo ya ha sido escrito más de una vez, las obras de P. Deschamps, del P. Neut, de Mons. Fava, del médico abogado Eckert, Paul Rosen, Léo Taxil y otros autores antimasónicos nos exime de escribirlo de nuevo.

   Baste repetir lo que el general Garibaldi aprendió de los Jefes de la Orden:


   “La hermandad, la promesa todopoderosa con la que hemos establecido nuestro poder, significa:

   “Fraternidad en la Masonería, para constituir un Estado  dentro de un Estado, con medios y funcionamiento independiente del estado, desconocido para el estado”.

   “Fraternidad en la Masonería, para constituir un Estado por encima del Estado, con una unidad, un cosmopolitismo, una universalidad que la haga superior y líder del  Estado”.

   “Fraternidad en la Masonería, para constituir un estado contra el estado, mientras existan ejércitos permanentes, instrumentos de opresión, principios de parasitismo, obstáculo para cualquier confraternización”. (Nota de Nicky Pío. Aquí la masonería, señala al ejército como un impedimento para la tan ansiada fraternidad universal)

   “Llegará un día en que, tras la partición total de Europa en dos imperios, Alemania Occidental y Rusia Oriental, La Masonería los unirá en uno, con Roma como capital del Universo entero”.

   Aquí está la República universal tantas veces nombrada y elogiado en la masonería; esperada por los judíos desde siglos, deseada y ofrecida por Lucifer a sus seguidores, como se lo había ofrecido a Jesucristo en el desierto:

   El diablo llevó a Jesús a un monte muy alto, y mostrándole todos los reinos del mundo y toda la gloria que los acompaña, le dice: Yo te daré todo esto, si postrándote me adoras. ¡Ay! A esta misma propuesta hecha por Lucifer a los hombres, cuántos son los que, en lugar de responderle con Jesucristo: “¡Vete, Satanás!”  ¡Se dejaron engañar y, postrándose ante él, le ofrecieron su incienso y su adoración!

 

“MONSEÑOR MEURÍN S.J.”

Arzobispo-Obispo de Port-Louis

 


sábado, 2 de septiembre de 2023

MEDITACIÓN SOBRE LA JUSTICIA.




I. Temed la justicia de Dios; será terrible en el otro mundo. Ahora la misericordia le ata las manos, pero entonces habrá pasado el tiempo de la misericordia y Dios nos juzgará en todo el rigor de su justicia. ¿Qué será de mí, Señor, si de tal modo me juzgáis? ¡Ah! es preciso que sea yo mismo mi juez y que me condene a hacer penitencia de mis pecados en este mundo; porque Vos me indultaréis, si yo me castigo a mí mismo. Cuanto menos te perdones a ti mismo, tanto más te perdonará Dios (Tertuliano).

 

II. Cuando hables de los demás, sé justo con ellos; habla de lo que les concierne como de lo que te toca a ti mismo. Al oírte, diríase que todo lo que tú haces es excelente y que todo lo que hacen los demás deja mucho que desear. Mucha injusticia hay y poquísima caridad en la comparación que haces de tus acciones con las de tu prójimo.

 

III. Trabaja por hacerte cada día más justo y más santo; olvídate del poco bien que hiciste, para no pensar sino en los pecados que cometiste. Considera cuán alejado estás todavía de la santidad de Jesucristo y de los elegidos; compara también tu vida con la de tantas santas almas que conoces y te humillarás viendo el camino que te queda por recorrer para llegar a la santidad. Pon manos a la obra con valentía. No avanzar es retroceder; porque nada queda estacionario en esta vida (San Bernardo).

 

Recordad La justicia de Dios.

Orad por la Iglesia en Hungría.

 

 

 

viernes, 1 de septiembre de 2023

LUCIFER EN LA MASONERÍA. (1 de 4). 1 —La Kabala, fuente principal de la magia negra. Por Monseñor León Meurín. S.J.

 




   En su exposición de la Kabala, M. Franck nos da a conocer las figuras bajo las que se ha tratado de representar a los Sephiroth.

   “Existen—nos dice—tres principales de las que, dos, por lo menos, son consagradas por el Zohar. Una nos muestra a los Sephiroth bajo la forma de diez círculos concéntricos, o, más exactamente, de nueve círculos trazados alrededor de un punto que es su centro común. La otra interpretación nos los muestra en la forma del cuerpo humano. La corona, es la cabeza; la sabiduría, el cerebro; la inteligencia, el corazón; el tronco y el pecho, o sea, la línea del centro, es el símbolo de la belleza; los brazos, representan la gracia y la justicia; las partes inferiores del cuerpo expresan los atributos que faltan”.

   “Es en estas relaciones arbitrarias llevadas a su máxima exageración por los Tikounim (suplementos del Zohar) donde se fundan, en gran parte, la Kabala práctica, y la pretensión de curar, por los diferentes nombres de Dios, las enfermedades que puedan aquejar las diversas partes del cuerpo”. (Franck: La Kabbale; p. 151).

   El mismo autor dice: “Si en el judaismo se hallan rastros de la más sombría superstición, hay que buscar, sobretodo, la causa del terror que inspira por su demonolatría. Efectivamente, es tal el poder que se supone a los espíritus maléficos que el hombre, en cada instante de su existencia, puede creerse rodeado de estos enemigos invisibles, no menos empeñados en la pérdida de su cuerpo que en la de su alma. Apenas ha nacido, cuando ya le esperan junto a la cuna, para disputárselo a Dios y a la ternura de su madre; casi no ha abierto los ojos a este mundo, cuando ya le asaltan mil peligros y mil visiones impuras se apoderan de su pensamiento. ¡Desdichado de él si no resiste! Antes de que la vida haya abandonado su cuerpo, los malos espíritus vendrán a apoderarse de su presa”.

   En efecto, aún en nuestros días nos encontramos frecuentemente con una verdadera multitud de libros populares, llenos de supersticiones, de conjuros, de secretos ocultos, de remedios mágicos, de oraciones blasfemas y diseños Kabalísticos.

   (1) Les Secrets de Petit Albert, —du Grand Albert, — d´Agrippa, —du Grand Etteila, —du Dragon rouge; —du Grimoire du pape Honorius, —de la Magie rouge, etc.

    Aunque parezca ridículo mencionar estos libros, arrancados de manos de personas supersticiosas pertenecientes a la más baja extracción popular, no resulta ocioso hacer notar que en tales libros se halla buena copia de figuras Kabalísticas, que recuerdan ciertas insignias masónicas y que expresan la doctrina de la Kabala judía, como son los triángulos entrelazados, la Estrella flamígera, la letra tau simple, doble, triple y cuádruple, cuyo inmundo significado ya explicamos...

   Hemos hallado, además, evocaciones de los espíritus, y exclamaciones citadas por Léo Taxil  “Les Frères, II p. 284”. “Ritual de las evocaciones”, volumen segundo del “Manual Kabalístico”, del Hermano Constant, grado 30, (página 230). Los textos de estas evocaciones contienen, principalmente, el nombre de Dios bajo diversas formas, como por ejemplo: El ati (Dios viene) Eyé por Eheyé (yo soy): Je-Je-Je —ho-ho-ho —vah-vah- vah (tres veces el nombre de Jehováh silabeado); Khavajoth, Khavajoht, Khavajoht (Evas, Evas, Evas), etcétera...

   Este informe confirma la idea, común a casi todos los autores, que se h an ocupado de la magia diabólica, de que todas las ramas y prácticas de la hechicería tienen| su origen en la Kabala judía.

   La adoración a la Estrella flamígera, al Baphomet, y las “fórmulas escritas en caracteres jeroglíficos” para la evocación de los demonios, de las cuales hay que guardarse “de abusar” “Rituel Sacré; p. 46.” son indicaciones evidentes de que la Masonería, en algunos de sus grados, se entrega abiertamente en las logias a la magia diabólica.

 

FILOSOFÍA DE LA MASONERÍA.