TERCER DÍA.
¡Oh Amor Divino! ¡Oh Bondad piadosa! ¡Oh
consuelo de los Profetas, con la esperanza de la Encarnación! Quando el fuego
ardiera con el agua, como avisó Isaías. Ya en el amoroso llanto de Santa María
Magdalena, se vio también con alguna similitud junta con el fuego el agua. Ea,
pues, amoroso Padre, por amor a nuestra Patrona, haced logremos como de llovido,
lágrimas y fuego de amor, que consuma y abrase las malezas de nuestras culpas,
enseñándonos a llorar arrepentidos, para conseguir el Cielo. Amén.
El tercer día, y
los siguientes de la Novena se dice todo lo que en el primer día, solamente se
variará la Oración, que para cada día se señala.
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