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domingo, 30 de octubre de 2022

ORACIÓN A CRISTO REY POR LA PATRIA


 


Señor nuestro Jesucristo,

Rey de las Naciones y de los corazones;

Dios que todo lo creaste, lo redimiste,

y has hecho a nuestro pueblo cristiano;

mira con ojos benévolos a ésta nuestra querida Patria

Consagrada a Tu Santísima Madre

y escucha a tus hijos que quieren volver a Ti.

***

¡Oh Rey! cristianos hemos nacido,

y cristianos queremos ser

Nuestra Patria es su historia católica,

y su destino de grandeza es llevar

Tu nombre como Bandera.

Atiéndenos, Señor, en esta jornada aciaga,

y, si está en Tu Santísima Voluntad,

aparta de nosotros este cáliz de amargura

dándonos la gracia de reconquistarte la Argentina

(Colocar el nombre de la patria donde viven)

***

Que tu Madre, Reina nuestra,

Conductora y Vencedora en la Lucha Final,

aplaste la cabeza del enemigo que avanza

extendiendo su Poder Internacional.

Que el Ángel que custodia nuestro suelo

aparte de nosotros la perfidia sionista,

el terror comunista y la siniestra masonería.

Aniquilen Tus Arcángeles a las Sectas Invasoras,

y guarden a nuestras juventudes

de la corrupción mental y moral.

***

Pero no se haga nuestra voluntad, sino la Tuya;

y si prefieres para nosotros

la noche oscura de una pasión nacional.

Te pedimos, Rey de los Reyes,

no permitas que tu pueblo sea traidor,

Antes prepáranos y danos el triunfar en el martirio,

para la Gloria de Tu Divina Majestad,

en reparación por tanta historia laica,

y para que, bajo el Manto de la Virgen Soberana,

Te adoremos en la Patria Eterna,

con los que lucharon por Ti.

 

AMÉN

 

¡VIVA CRISTO REY!

¡VIVA LA VIRGEN DE LUJÁN!

 


martes, 26 de julio de 2022

Oración a San Joaquín y Santa Ana – Áncora de Salvación (1949) – R. P. José Mach. S. J.


 


   Gloriosísimos padres de María Santísima, felicísimos abuelos de Jesús, modelos perfectísimos de casados y dulces abogados míos, alegróme con vosotros de aquel gozo y consuelo que tuvisteis cuando después de una larga esterilidad y de fervorosas oraciones, os avisó el Ángel que tendríais tan santa Hija. ¡Oh! ¡Quién supiera imitar vuestras heroicas virtudes! ¡Quién fuera, como vosotros, frecuentes en la oración, compasivo con los pobres, amante de la soledad, sufrido en los trabajos, y callado en los improperios! A lo menos por las gracias con que os previno el cielo para tan inminente dignidad, alcanzadme que, haciendo siempre la voluntad divina, y venciendo mis pasiones, logre la dicha de gozar de vuestra amable compañía en la gloria. Os lo pido por el amor de vuestra benditísima Hija y por los méritos de vuestro santísimo Nieto Jesús. Amén.


lunes, 28 de agosto de 2017

Una hermosa oración para hacerla antes de dormir



Bendecid, oh Dios mío, el descanso que voy a tomar para reparar mis fuerzas a fin de serviros mejor. Virgen Santísima, Madre de Dios y después de Él mi más firme esperanza, San José, Ángel de mi Guarda, Santos Patronos míos, y todos los Ángeles y Santos, interceded por mí, protegédme durante esta noche, todo el tiempo que dure mi vida y particularmente en la hora de mi muerte. Amén.

viernes, 17 de marzo de 2017

A MI MADRE DEL CIELO




Sí Madre, lo quiere Dios,

Tú ya se lo has dicho al mundo.

Más dime, Madre, del mundo,

¿Formo parte también yo?

Si es así, Madre, ¿Qué pasa?

¿Qué pasa en mi corazón,

Que no ve que se hace tarde,

No ve que llora su Madre,


Ni que lo llama su Dios?

Deseos y oración por el amor divino, pidiendo muchas lágrimas de amor, sacado de San Agustín.




   Dulcísimo Dios mío, amantísimo, benignísimo, deseadísimo, amabilísimo, hermosísimo. Ruégote que infundas la abundancia de tu dulzura y caridad en mi pecho, para que no desee ni piense cosa de la tierra, ni de la carne, sino sólo a ti ame, y a ti sólo tenga en mi corazón y en mi boca. Escribe con tu dedo en mi alma la memoria dulce de tu regalado nombre de Jesús, de manera que jamás se borre. Escribe en las tablas de mi corazón tu voluntad y tus santas leyes, para que a ti, Señor de inmensa dulzura, y a tus; mandamientos, siempre y en todas partes, tenga delante de mis ojos. Enciende mi corazón en aquel fuego tuyo que enviaste a la tierra, y quisiste que ardiese grandemente, para que cada día con lágrimas de mis ojos te ofrezca sacrificio de espíritu atribulado y corazón contrito. Dulce Dios, buen Jesús mío, así como lo deseo, así de todo corazón te lo suplico: dame tu santo y casto amor, para que me llene, tenga y posea todo. Dame, Señor, la señal de tu amor, que es una fuente perpetua de lágrimas, para que ellas sean testigos del amor que me tienes, ellas digan y muestren cuánto te ama mi alma, derritiéndose en lágrimas por la mucha dulzura de tu amor. Acuérdome, poderoso Señor, de aquella santa mujer Ana que fué al Tabernáculo a rogarte la dieses un hijo, de quien dice la Escritura que después de su oración no se le mudó más el semblante de su rostro. Mas acordándome de tan gran virtud, de tan gran constancia, me atormenta mi dolor y se me cubre el rostro de vergüenza, porque me veo miserable estar abatido en una profunda bajeza. Vuelve, pues, tus ojos, y compadécete; porque si lloró con tantas ansias aquella mujer, y perseveró en su llanto la que buscaba un hijo, ¿cómo debe llorar y perseverar de día y de noche en su llanto el alma que busca y ama a Dios, y desea llegar a Él? ¿Cómo debe gemir y llorar quien busca a Dios de día y de noche, y ninguna otra cosa quiere amar sino a Cristo? Maravilla sin duda es que sus lágrimas no sean su pan de día y de noche. Vuelve, pues, a mí los ojos, y compadécete de mí, porque se han multiplicado los dolores de mi corazón. Dame tu celestial consolación, y no quieras menospreciar el alma pecadora que te costó la vida. Ruégote que me des lágrimas de corazón, que puedan romper las ataduras de mis culpas y tengan siempre mi alma llena de una celestial alegría. Me ha venido también al pensamiento la devoción maravillosa de otra mujer santa, que con afecto piadoso te buscaba puesto en el sepulcro; la cual no se iba yéndose los Apóstoles, la cual en pié, y asentada, triste y dolorosa, por mucho tiempo, derramaba suspiros y lágrimas, y levantándose llorosa una y muchas veces hecha ojos, buscaba y escudriñaba los rincones y senos del monumento, por si acaso podía ver en él al que buscaba con tan fervoroso deseo: ya ciertamente había entrado una y otra vez, y visto el sepulcro; pero no bastaba para quien tanto amaba, porque la perseverancia es la virtud de la buena obra; y porque amó más que los demás, y amando lloró, y llorando buscó, y buscando perseveró, por eso mereció hallarte, verte y hablarte primero que todos; y no sólo esto, pero también ser la que primero llevó las nuevas a los Apóstoles de tu Resurrección, mandándoselo tú, diciéndole amorosamente: “Ve y di a mis hermanos que vayan a Galilea, que allí me verán”.

lunes, 12 de septiembre de 2016

Peticiones a Dios, del P. Lallemant




   “Dios mío, tened conmigo la misericordia y la liberalidad de hacerme reparar, antes de mi muerte, todas las pérdidas de gracias que he tenido la desgracia o insensatez de acarrearme.

   Haced que llegue al grado de méritos y perfección al que Vos me querías llevar según Vuestra primera intención, y que yo he tenido la desdicha de frustrar con mis infidelidades.


   Tened también la bondad de reparar en las Almas las pérdidas de Gracia que por mi culpa se han ocasionado”.