domingo, 30 de julio de 2023

María nos alcanza el perdón de nuestros más terribles pecados. Ejemplo: El devoto del demonio por 60 años que pudo salvar su alma, por intercesión de la Vigen Madre.


 



Se cuenta en el libro de las Revelaciones de Santa Brígida que hubo un caballero de tanta nobleza por su nacimiento como de perversas costumbres, pues habiendo hecho pacto expreso con el demonio de ser esclavo suyo, había vivido sesenta años sin acercarse a recibir los Sacramentos, con la disolución y abandono que es consiguiente.

   Pero le llegó la hora de salir de este mundo y, queriendo Jesucristo usar con él de misericordia, mandó a Santa Brígida que le enviase su confesor y le exhortase a confesar. Fué el confesor, pero el enfermo se excusó con decir que ya otras veces se había confesado. Fué segunda vez, y el otro se mantuvo en su obstinación. Mandó Jesucristo de nuevo a la Santa que enviase al confesor, el cual volvió la tercera vez, y le descubrió la revelación, añadiendo que volvía porque el Señor deseaba usar con él de misericordia. Al oír esto el enfermo se enterneció y empezó a llorar, exclamando: “¿Cómo he de alcanzar yo perdón de mis pecados, habiendo servido al demonio por espacio de sesenta años y cometido innumerables pecados?” El confesor le animó, prometiéndole perdón de parte de Dios. Entonces, alentándose, dijo que, aunque habia desesperado de su salvación, teniéndose por condenado, ya sentía dolor y arrepentimiento de sus maldades y confiaba en la misericordia divína. En efecto: aquel mismo día se confesó cuatro veces con gran dolor, el siguiente comulgó, y al sexto murió contrito y resignado en la voluntad de Dios.

   Después habló de nuevo Jesucristo a Santa Brígida, descubriéndole que el alma de aquel pecador estaba en el purgatorio y que se habia salvado por intercesión de la Virgen su Madre, porque en medio de la vida desgarrada que habia llevado, siempre había tenido devoción a los dolores de la misma Señora, compadeciéndose de ellos siempre que se ocurrían a la memoria.

 

 

“Las Glorias de María”

San Alfonso María de Ligorio.

“Apostolado de la Prensa” año 1940

 

 


viernes, 28 de julio de 2023

“CON CRISTO O CONTRA CRISTO” por el R. P. Joaquín Sáenz y Arriaga. (Segunda parte “2 de 2”) Final de la publicación de la Revista LOOK


 



COMO LOS JUDIOS CAMBIARON EL PENSAMIENTO CATÓLICO Por: JOSEPH RODDY. Revista LOOK   25 Enero 1966. Final de la Revista LOOK.

 

   Lichten no se daba todavía por vencido y envió telegramas a más de 25 Obispos con la esperanza de que ellos pudiesen restaurar el texto vigoroso; pero de nuevo fue Higgins quien calmadamente le aconsejó que desistiera: “Mira, Joe, le dijo a Lichten el sacerdote, con ademanes de un abogado especializado en asuntos laborables, yo comprendo tu descontento. Yo también estoy descontento”. En seguida se fue del mismo modo a consolar a Shuster.

   En su propio aposento, en donde Higgins pensaba que Lichten y Shuster por primera vez se habían reunido en Roma, el sacerdote les habló como si fuese un oficial que pretendía poner en orden a su regimiento. “Si Uds. dos dan la impresión en Nueva York, les dijo, de que se podía haber alcanzado un mejor texto para la Declaración, están Uds. Locos”. “Poned sobre la mesa vuestras cartas. Es sencillamente insensato pensar que por algunas presiones aquí o por algunos artículos de prensa allá, en Nueva York, Uds. pueden hacer un milagro en el Concilio. Vosotros no obtendréis lo que pretendéis y ellos pensarán que habéis fracasado en vuestro intento”.

   Lichten recuerda todavía más: “Higgins dijo: “debéis daros cuenta del daño que se haría, Joe, si nosotros permitimos que estos cambios que se han hecho en el texto se conviertan en barreras para interceptar el camino que hemos emprendido hace ya tanto tiempo. Y esto puede suceder, si su gente y la mía no responden a los aspectos positivos del nuevo texto. Este fue el argumento sicológico decisivo para mí” dijo Lichten.

   Shuster no estaba convencido, sin embargo, él recuerda bien la conversación de ese día. “Tuve que romper mi cabeza y mi corazón, dijo, para pensar lo que debíamos hacer. Pasé por una crisis, pero al fin fui convencido por Higgins. El que se hubiese omitido en el nuevo texto la palabra Deicidio, no lo consideré yo francamente como una catástrofe. Pero, el que se hubiese cambiado la palabra “condena” por la palabra “deplora” esto es otra cosa. Cuando yo le piso un pie inadvertidamente, Ud. deplora lo que yo he hecho. Pero ¡una masacre! ¿Es bastante deplorar una masacre?”

   Un diferente punto de vista fue tomado por el Abad René Laurentin, miembro moderador del Concilio, el cual escribió a los Obispos para hacerles un último llamamiento a su conciencia. Si no volviese a haber antisemitismo en el mundo, nada le importaría a Laurentin la negación del crimen del Deicidio, atribuido al pueblo judío, pero como la Historia nos obliga a ser pesimistas en esta materia, Laurentin pedía a los Obispos el que se supusiese, como una hipótesis, que el genocidio volviese a repetirse. “Entonces, argüía Laurentin, el Concilio y la Iglesia serán acusados de haber dejado sin extirpar la raíz emocional del antisemitismo, que es el tema del Deicidio”.

lunes, 24 de julio de 2023

Descargar la obra "SAN JOSE CAFASSO" (Año 1948)



DEDICATORIA A LOS SACERDOTES: Este hermoso libro, lectura sencilla y piadosa cómo los libros de otra época, la dedico a los sacerdotes de Cristo y su Iglesia Católica. Ruego al cielo, que la providencia de Dios ponga a su alcance esta obra. Que la Virgen María, la cual tiene un amor especial por los sacerdotes, les ayude a imitar a este gran santo, cuya virtudes heroicas, son tan necesarias en estos tiempos de mediocridad y decadencia espiritual, pérdida casi total de la verdadera fe católica, y la caridad. Siemre lo digo, si un sacerdote entendiera, que cuanto hace, lo hace para para la eternidad, entendería que es ser un sacerdote católico. 

Con todo mi afecto y reverencia, Nicky Pío. A.M.D.G. Salvación de las almas, y santidad de los sacerdotes católicos.


Descargar el libro haciendo clic: Aquí

 

martes, 18 de julio de 2023

MEDITACIÓN SOBRE CÓMO SACAR PROVECHO DE LAS ENFERMEDADES





I. Dios nos envía a menudo enfermedades para retirarnos del pecado, para hacer que llevemos una vida más santa y, para que, mediante la meditación de la muerte, merezcamos una más alta recompensa. Agradezcámosle, pues, la enfermedad tanto como la salud, porque las aflicciones son presentes de Dios, menos agradables, sin duda, pero con frecuencia más útiles que la prosperidad. Repitamos con Job: Si hemos recibido los bienes de manos del Señor, ¿por qué no habríamos de recibir también los males?

 

II. Dirijámonos a Dios y roguémosle como el mismo Jesucristo rogó al Padre eterno en el Huerto de los Olivos: “Padre mío, si ésa es vuestra voluntad, si vuestra gloria y mi salvación lo piden, cúrame, consuélame”. Cuando así hayas invocado a Dios, déjalo hacer y confórmate con lo que pueda sucederte. Por duras y penosas que sean nuestras aflicciones, todavía sufrimos menos de lo que merecemos (Salviano).

 

III. Si Dios te deja en ese estado de sufrimiento, alábalo, agradécele, adora su amable Providencia; si te cura, acuérdate de que es para que lo sirvas. Cuídate de no pecar más; es la advertencia que daba Jesucristo a los enfermos que sanaba. Cumple todas las buenas resoluciones que hiciste y no pagues con ingratitud a tu amable bienhechor.

 

 

La resignación.

Orad por los moribundos.