El santo Cura de Ars,
daba tantas limosnas, que frecuentemente se encontraba con que no tenía
siquiera lo necesario para él. En una ocasión no tenía con que pagar una
capilla que –había hecho construir en la
iglesia–. ¿Qué hacer? Toma su rosario y va a pasearse por el campo, como
solía hacerlo cuando se veía en semejantes apuros. Mas apenas había llegado a las puertas de la ciudad, se
encontró a un caballero que le preguntó –cómo
le iba– –Estoy
bien–, contestó el cura de Ars –pero muy afligido, porque no tengo con que pagar una
capilla que acabo, de hacer construir– El caballero reflexiona un
poco, saca del
bolsillo veinticinco monedas de oro y se las entrega al sacerdote, encomendándose a sus
oraciones, desapareciendo en seguida sin dar lugar a que el varón de Dios le manifieste su
agradecimiento.
En otra ocasión, que debía el trigo empleado
en el mantenimiento de su instituto “La Providencia”, rezaba el Rosario con
la mayor confianza en María, cuando de repente se le presenta una
mujer preguntándole si él era el cura de Ars;
y como le respondiese que sí, –he aquí–
dijo la mujer, –los que envían el dinero
y que me han mandado entregarle; además de pedirle que se encomiendan a sus
oraciones– La mujer desapareció al instante sin decir quiénes eran, ni quienes
le habían enviado a ella con el dinero. El santo lleno de agradecimiento, llevó
el dinero al propietario que le había vendido el trigo. (Vida
del Cura de Ars.)
SANTOS Y REYES DEVOTOS DEL ROSARIO
San Antonio de Padua fué devotísimo
del Rosario. Refiere la crónica de su Orden que, habiéndole sorprendido en
despoblado un fuerte aguacero, y no teniendo con que abrigarse, se colocó sobre
la cabeza su Rosario, rogando a la Virgen que le defendiese de la lluvia y que
el Rosario, cual si se hubiese convertido en solidísimo techo, le cubrió y
protegió de tal manera, que llegó a la ciudad sin que le tocase una gota de
agua. (Revista del Rosario.)
La reina María de
Médicis hizo que el pueblo, la corte y muchos Obispos se reuniesen
en París en la iglesia de los PP. Dominicos, para rezar el Rosario, pidiendo el
triunfo de las armas católicas en el sitio de la Rochela. (P. Álvarez.)
ELOGIOS PONTIFICIOS DEL ROSARIO
Los
monstruos de los errores modernos serán destruidos por el Rosario. (Pío IX.)