ADVERTENCIA.
Delante
de una Imagen de la Santa, o de Cristo Crucificado, se puede dar principio a
esta Novena con la parte de Misterios Dolorosos, considerando la Pasión del
Señor, y la gravedad de nuestras culpas, que fueron la causa. Después dirá el
siguiente:
ACTO DE CONTRICIÓN.
Dulcísimo
Jesús, amoroso Padre, compasivo Redentor, huyendo de mí (porque en mí me pierdo)
vengo a Vos, dulzura mía, en quien espero hallar el bien de mi alma. ¡Atraedme,
o consuelo mío! a vuestros pies. A llorar vengo mi ingratitud. ¡Pequé Señor, o grave
mal! ¡Os ofendí, o Bien Sumo! ¡Os deje o Padre mío! ¡Oh necio yerro! Falté como
ingrato, olvidado de vuestro amor y beneficios. ¡Ay de mí! Peor que los brutos,
pues estos aman a su Bienhechor, o compasiva Clemencia. Pues sin méritos míos
me sacaste de la nada. Más me quisiste a mí, que a infinitas criaturas, que
pudiste, y no quisiste criar. Me diste vuestra Imagen, ¡Oh dulce Amor! para más
empeñarme en obrar bien. Me criaste entre católicos, ¡Oh amabilísima Luz! Me
redimiste amoroso, me sufrís compasivo, ¡Oh tiernísima Misericordia! Y después de
innumerables favores, tan ingrato ¡Ay de mí! Perdonad, perdonad, Señor.
Quisiera llorar en cada lágrima un Rio, en cada llanto un Océano. ¡Oh! si
lograse imitar las lágrimas de la Magdalena,
su amor, y ternuras. Pésame, ¡Oh Padre mío de haber pecado! Arda en mi pecho el
fuego, que encendiste en el corazón de nuestra Patrona. Por su amor dejaos
encontrar, ¡Oh dulce Clemencia! Para que no me aparte de Vos gamas atadme con
los cabellos, con que enjugó las lágrimas que lloró en vuestros pies. Por su
intercesión logre mi alma el perdón de las culpas y que viva y muera en vuestra
gracia. Amén.
ORACIÓN.
Para
todos los días.
Abogada de pecadores
para arrepentirse, amoroso aliento por quien respiramos los afligidos,
tiernísimo ejemplo de las Divinas Piedades en nuestros desconsuelos, Arco Iris,
que serenáis al Juez airado con las lágrimas que lloró vuestro corazón a sus
pies, amada Discípula del Señor, recreada con su Divina Dulzura en su amante
enseñanza, consolada en la muerte de Lázaro con su presencia, llorando Vos, y
acompañando con su llanto el Redentor de la vida , Girasol hermoso que seguiste
los pasos de vuestro Divino Maestro hasta el Calvario, consolada después en el
Sepulcro con su visita gloriosa, dándoles a los Apóstoles la noticia, compañera
amante de la Madre de Jesús en la Pasión del Hijo y su Soledad, compasiva
Patrona, consíganme vuestras lágrimas el agua de la vida , para que como los
peces en el agua amarga del Mar, siempre viva en el amargo llanto de la
penitencia. Enseñadme, como a discípulo, dolor de mis pecados y que sea fruto
del vuestro, puesta a las espaldas del Pastor Divino. Los ósculos de vuestro amor
a sus sagrados pies me consigan los del Padre al pródigo en señal de paz: y que
mientras viva, llore y suspire mis ingratitudes; y que el Señor, por vuestro
amor , me consuele, convirtiendo mi corazón en ternuras, hasta que me suba al
Cielo a cantar en vuestra compañía las Divinas Misericordias. Amén.
ORACIÓN.
Sólo para
el primer día.
¡Oh luz Divina! ¡Oh lumbre soberana, dulcísima y amorosa! Que ardes
para encender los corazones en el ejemplar atractivo de Santa María Magdalena, donde
como Sol de agua en sus lágrimas, calentáis compasivo nuestros helados
corazones. ¡Oh Padre de Misericordia! Mejor que el Sol que calentando a la piedra
helada, derretiste el corazón a vuestra amante. Ea, pues, por su amor ablandad
nuestra dureza con sus ternuras, para llorar mientras vivamos a imitación de la
Santa. Amén.
Salúdese cada
una de las Llagas principales de Jesús con un Padre nuestro, Ave María y Gloria
Patri en obsequio también de la Santa, de quien dice San Agustín,
que lloró mucho después de sepultado el Señor, por verle ya olvidado de los
favorecidos, y al mismo tiempo será ruego, para que su memoria nos sea
excitativo de gratitud, y de deseos de arrepentimiento de contrición, con amor puro
a la Divina Bondad.
GOZOS.
Magdalena, protección,
Nuestro asilo y gozo
tierno.
Defiéndenos
del Infierno,
Y
alcánzanos contrición.
Lavatorio de metal,
como espejo de mujeres,
para pecadores , eres,
de lágrimas manantial:
¡Oh amante, leal!
Por tí logremos perdón:
Defiéndenos,
del infierno
y alcánzanos
contrición.
Cómo Iris amoroso
aplacas al Juez airado,
si como león enojado
amenaza riguroso:
Consiga tu amor
piadoso,
llore nuestro corazón:
Defiéndenos,
del infierno
y
alcánzanos contrición.
Tus lágrimas, no
delante,
sino detrás del Señor,
las hizo gloria su amor
a sus espaldas atlante:
Haz Serafín amante,
lloremos con devoción:
Defiéndenos,
del infierno
y
alcánzanos contrición.
Tu corazón con desvelo
es reloj de Sol Divino,
a todas horas muy fino,
deseando darle
consuelo:
Tus lágrimas honra el
Cielo
con amorosa expresión!
Defiéndenos,
del infierno
y
alcánzanos contrición.
De fuego de amor
vestido
sufrió burlas muy
pesadas,
heridas y bofetadas
del Pueblo favorecido:
Viéndole asi ofendido,
lloró tu amor su
Pasión:
Defiéndenos,
del infierno
y
alcánzanos contrición.
Lloró el redentor amado
al ver el llanto y la
pena
de la amante Magdalena,
y á Lázaro sepultado:
Jesús mostró enamorado
así su tierna afilixión:
Defiéndenos,
del infierno
y
alcánzanos contrición.
Se quedó el Sol
enlutado
al morir Jesús en Cruz,
con agua y sangre dio
luz,
que salió de su
Costado:
El corazón del Amado
lloró , y tú con fina
unión:
Defiéndenos,
del infierno
y
alcánzanos contrición.
Una expresión amorosa
hizo este Sol
brillante,
resucitado triunfante,
cuando le buscó
llorosa:
Abrasada Mariposa
en amor y compasión:
Defiéndenos,
del infierno
y
alcánzanos contrición.
De Margaritas
preciosas,
que son lágrimas de
amor,
hizo nuestro Criador
las puertas del Cielo
hermosas:
Logran las almas
dichosas
entrar por la
compunción:
Defiéndenos,
del infierno
y
alcánzanos contrición.
Compañera de María,
compañera de San Juan,
de Jesús, Sagrado Imán,
y del Cielo melodía,
del pecador dulce guía,
hasta la eterna
mansión:
Defiéndenos,
del infierno
y
alcánzanos contrición.
Magdalena,
protección,
Nuestro
asilo y gozo tierno:
Defiéndenos
del Infierno.
Y
alcánzanos contrición.
DEPRECACIÓN (súplica, pedido) A LA SANTA.
Amantísima Patrona, compasiva Abogada,
querida de Jesús, consuelo de María Santísima en su Soledad, compañera del
Sagrado Benjamín en el servicio de la Madre de Dios rogad por mí, para lograr veros
en la Gloria.
ORACIÓN.
¡Oh buen Dios! Que para consuelo de
pecadores manifestáis vuestra misericordia en el ejemplo de Santa María
Magdalena, abrasada en vuestro amor, convertida en ternuras: Concédenos
compasivo por sus méritos contrición para llorar nuestros pecados y que sembrando
con su intercesión lágrimas en la vida, cojamos consuelos de arrepentidos y
perdonados en la última hora; y después le acompañemos para amaros eternamente
en la Bienaventuranza. Amen.
IMPORTANTE:
El Segundo
día, y los siguientes de la Novena se dice todo lo
que en el primer día, solamente se variará la Oración, que para cada día se
señala.
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