Día noveno.
¡Oh Virgen del Carmen, María Santísima! que
extendiendo tu amor a favorecer a los Carmelitas aun después de la muerte, como
piadosísima Madre de los que visten tu Santo Escapulario, consuelas sus almas
cuando están en el Purgatorio, y con tus ruegos consigues salgas de aquellas penas
cuanto antes para ir a gozar de Dios en la gloria.
Ruégote, Señora, me alcances, de Su Majestad
cumpla yo con las obligaciones de cristiano y con la devoción de tu Santo Escapulario,
de tal modo logre este singularísimo favor, y al presente consiga lo que en
esta Novena por tu intercesión especialmente le pido; que así, Señora, te lo
suplico humildemente diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.
FIN DE LA NOVENA.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.