lunes, 31 de octubre de 2022

DESCARGAR "MASONES Y PACIFISTAS" del presbítero Juan Tuquets.


 



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La lucha con el demonio, enemigo del alma – Por Augusto Saudreau.

 



   Porque Dios quiere que seamos conquistadores y que nuestras glorias y gozos del cielo sean fruto de nuestros triunfos, permite que sus enemigos sean también los nuestros y que nos declaren una guerra incesante, viva, cruel “Nuestra pelea no es contra la carne y la sangre”, “— dice el apóstol, no contra los hombres, menos temibles — sino contra las potestades, dominaciones y principados de este mundo de tinieblas, contra los malos espíritus que vagan por el aire” (Eph., VI, 12).

   Cuando los hombres se hacen tentadores, y en tal caso son lazos de Satanás y auxiliares suyos, es más fácil conocerlos. Cierto, algunas personas, complacientes o halagadoras, con palabras de falsa compasión, o con afecto de mala ley, nos inducen a veces al mal humor, a murmurar, al odio, y no descubrimos bien pronto que estos falsos amigos son enemigos de nuestra alma; pero en general las tentaciones que nos vienen de las criaturas humanas son más manifiestas y por tanto mucho menos pérfidas o alevosas.

    El demonio es más hábil; disimula, sugiere falsas ideas, de tal modo que el alma casi siempre se persuade que los pensamientos en que anda proceden de su propio fondo interior; mientras no distingue las perfidias del enemigo, se deja fácilmente seducir.

   Este enemigo invisible y astuto es más fuerte que él hombre; sabe mucho mejor que las criaturas humanas calentar la imaginación, soliviantar las pasiones, excitar las concupiscencias, enardecer interiormente los sentimientos de desagrado, irritación, o bien suscitar en la inteligencia nieblas sombrías, angustias crueles, ideas que desalientan, y nos arrebatan todo esfuerzo. Es también muy tenaz; rechazado una vez, veinte, cien veces, vuelve al combate y redobla sus esfuerzos.

   Hablando San Pablo de los enemigos del alma, los llama príncipes, poderes, dominadores de este mundo de tinieblas; con lo cual parece indicar a los demonios de coros superiores. Pues en efecto hubo rebeldes en todos los grados de la jerarquía angélica, y como conservan su naturaleza, se sigue que entre ellos hay algunos cuya fuerza es diez veces, cien veces, probablemente mil veces mayor que la de otros. Cuando los golpes vienen de estos príncipes del reino infernal la lucha puede alcanzar una violencia inaudita.

   “Sálvame Dios mío, porque las aguas han subido hasta mi alma; estoy hundido en hondo lodazal, y no hallo donde hacer pie; me hallo en alta mar y las olas de la tempestad me sumergen” (Salm., 68, 1).

   Y con todo eso, contra estos temerosos enemigos la victoria es siempre posible; por hábiles que sean los demonios, su estrategia les falla con frecuencia. Pues, ¿cómo están ofuscados muchas veces estos miserables, siempre llenos de furor, siempre inspirados por el odio, siempre desatinados por el orgullo? Si, conocen maravillosamente nuestra naturaleza y sus defectos y pasiones, todos los males que son consecuencia del pecado original y de nuestros pecados personales, desconocen los elementos sobrenaturales, las gracias, las inspiraciones divinas, los auxilios que Dios nos da; y cuanto mayor es en nosotros la medida de lo sobrenatural más obscuro lo ven. “A un bautizado lo desconocen más que a un infiel, a un justo más que a un pecador, un santo les es más recóndito que un justificado” (Mr. Gay, Vie et Vertus, t, II, p. 122). A más de esto cuanto más difiere su mentalidad de la nuestra menos la entienden. Muchas veces atacan a destiempo, y así demasiado confiados en sus artes van torcidamente a fracasos ciertos.

   Aunque su perspicacia fuera indeficiente y su habilidad perfecta y aun siendo la criatura muy ignorante y débil no podrían jamás dar por seguro el triunfo, porque “Dios es fiel y nunca permite que seamos tentados sobre nuestras fuerzas” (I Cor. X, 13). Si el alma es apocada, Dios contiene su violencia, los acorrala, pone límites a sus ataques y así la victoria es siempre posible al que está tentado.

    Dios estableció esta ley—más de una vez, los demonios obligados por los exorcistas la tuvieron que reconocer rabiosos — que la tentación rechazada recae pesadamente sobre el tentador y así le aumenta sus penas (Cass. Confér., VII, 20). Con lo cual le obliga a retirarse por algún tiempo como lo declara Santiago: “Resistite diabolo et fugiet a vobis. Resistid al diablo, y huirá de vosotros”  Los demonios superiores poseen más fuerza y pueden prolongar el combate que además lo llevan con mayor eficacia, pero si el alma no cede también éstos acaban por retirarse y dejan al alma vencedora alguna tregua y descanso. Volverán más tarde pero el alma que los derrotó habrá recobrado nuevos bríos. Estos poderosos malignos pelean con las almas de mayor fortaleza; pero también inspiran, dominan y traen de cabeza a los miserables que hundidos en el pecado en vez de resistirles se entregan a ellos buscando los medios de hacer más mal. Los diablos de menos fuerza atacan a las almas menos esforzadas. Así todos los demonios del infierno, los principales espíritus malos, como los inferiores, no pueden jamás vencer sino al que consiente en ser vencido. Dios que sostiene a sus hijos les da siempre los medios de sacar ventaja de las tentaciones.

   Queriendo, pues, perder las almas, el demonio les ofrece la ocasión de purificarse, robustecerse, santificarse; hace santos intentando hacer condenados.

   “Considerad como objeto de sumo gozo el caer en varias tribulaciones”: “Omne gaudium existimóte, fratres, cum in tentátiones varias incideritis. Tened por sumo gozo, hermanos, cuando os halléis en diversas tentaciones.” (Sant. 1, 2). Los soldados valerosos se regocijan cuando se les anuncia que la batalla está cerca, y, con todo eso, a pesar de su valor, pueden ser vencidos, pero el soldado de Dios si quiere vencer está seguro de la victoria.

 

“EL IDEAL DEL ALMA FERVIENTE”

AUGUSTO SAUDREAU

Canónigo honorario de Angers


De la ciencia de los Santos – Por San Alfonso María de Ligorio.


 



   Hay sobre la tierra dos clases de ciencia, una celestial y otra mundana. La primera es la que nos conduce a agradar a Dios y a ser grandes en el Reino de los cielos: la segunda es la que nos lleva a sólo complacernos A nosotros mismos, y hacernos grandes en el mundo. Pero esta ciencia mundana es una locura delante de Dios. Locura, porque esta ciencia vuelve locos a todos los que la cultivan, los hace locos y semejantes a las bestias, enseñándoles a satisfacer sus apetitos sensuales, como hacen las bestias. San Juan Crisóstomo dice: Llamamos hombre al que conserva la imagen de hombre sin lunar. ¿Pero en qué consiste esta imagen? En ser racional. Para conservar la imagen del hombre es menester ser racional, o sea, obrar conforme a razón.

 

   De donde debemos concluir que, así como una bestia que obrase racionalmente obraría como hombre, del mismo modo se conduce como animal el hombre que obra según el apetito de sus sentidos.

 

   Pero aun concretándonos a la ciencia humana y natural de las cosas de la tierra, ¿qué es lo que saben los hombres después de todos sus estudios? ¿Qué alcanzamos a ser nosotros sino ciegos como topos, pues que fuera de las verdades que conocemos por la fe, no conocemos lo demás sino por conducto de los sentidos y por conjeturas, de modo que casi todo es para nosotros incierto y falible? ¿Qué escritor de tales materias se ha visto exento de la crítica de los unos, después de haber sido aplaudido por los otros? Pero la desgracia que hay en esto consiste en que la ciencia mundana, como dice San Pablo, hincha, los hace soberbios y despreciadores de los demás, defecto muy pernicioso al alma, porque Dios, según el apóstol Santiago, niega sus gracias a los soberbios, y no las concede más que a los humildes.

 

    ¡Oh, si los hombres obrasen según la razón y la ley de Dios! ¡Si supiesen tomar sus precauciones, no sólo por la vida temporal, que no dura más que un instante, sino por la vida que es eterna! Ciertamente se ocuparían en adquirir ante todo la ciencia aquella por cuyo medio se obtiene la eterna felicidad y se evita la desgracia eterna.

 

   San Juan Crisóstomo nos aconseja que vayamos a los sepulcros de los muertos, para aprender en ellos la ciencia de la salvación. ¡Que vayamos a los sepulcros! ¡Oh, cuán hermosa escuela de verdad no es el sepulcro, para comprender la vanidad del mundo! ¡Qué vayamos a los sepulcros! Yo no descubro allí más que huesos y gusanos, añade el Santo Doctor; ¡huesos! ¡Podredumbre, gusanos! Allí yo no sabría distinguir quién fué el ignorante, quién fué el letrado: allí no se descubre otra cosa sino que la muerte pone fin a todas las glorias de este mundo. ¿Qué queda ahora de un Demóstenes, de un Cicerón, de un Ulpiano? Durmieron su sueño, y nada encontraron en sus manos.

 

   Dichoso aquél que ha recibido de Dios la ciencia de los Santos. ¡Esta ciencia consiste en saber amar a Dios! ¡Cuántas personas hay en este mundo, eminentes en las bellas letras, en las matemáticas, en las lenguas extranjeras y antiguas! Pero ¿de qué les aprovecharán todos estos conocimientos, si no saben amar a Dios? Feliz aquel, decía San Agustín, que conoce a Dios, aunque no sepa más. El que conoce a Dios y le ama, aun cuando ignorase todo lo que saben los demás hombres, sería más sabio que todos los sabios que no saben amar a Dios.

 

   Los ignorantes se levantan y cogen el cielo, exclamaba el mismo San Agustín. ¡Oh! cuán sabios fueron un San Francisco de Asís, un San Pascual, un San Juan de Dios, privados en verdad de la ciencia mundana, pero sabios en la divina. ¡Oh Padre mío! dice el Salvador, habéis ocultado estas cosas a los sabios y prudentes, y las habéis revelado a los párvulos. Por los sabios se entienden aquí los sabios del mundo, aquellos que no piensan más que en procurarse las riquezas y los honores mundanos, haciendo poco caso de los bienes eternos. Por los párvulos deben entenderse las almas sencillas como niños, poco instruidas en la ciencia del siglo, pero muy atentas a agradar a Dios.

  

   ¡Ah! no envidiemos a los que saben mucho, envidiemos si a los que saben amar a Jesucristo. Imitemos a San Pablo, que escribe no querer saber más que a Jesucristo, a Jesucristo crucificado. Dichosos nosotros, si llegarnos a conocer el amor que nos ha tenido Jesús crucificado, y si con el auxilio de este documento de la caridad de todo un Dios, alcanzarnos la ciencia de su amor.

 

   ¡Oh Dios mío! ¡Mi verdadero y perfecto amigo! ¡En dónde podré encontrar quien me ame tanto como vos me habéis amado! Hasta ahora no he hecho más que perder el tiempo en aprender muchas cosas que ningún socorro ha traído a mi alma, y he pensado poco en aprender amaros. Conozco que he perdido mi vida. No obstante siento ¡Oh Dios mío! que me llamáis a vuestro amor; ved ahí pues que lo abandono todo para siempre; mi único pensamiento será de hoy en adelante agradaros a vos, Soberano bien mío. Yo me entrego todo a vos; recibidme, dadme fuerza para seros fiel, no quiero tener más dominio sobre mí, sino ser todo vuestro, sí, todo de vos. ¡Oh Madre de Dios, socorredme todavía con vuestro ruego!

 

SAN ALFONSO MARÍA DE LIGORIO

 


domingo, 30 de octubre de 2022

Vídeo sobre Halloween (fiesta pagana) Gentileza de Convicción Radio.


 



SANTO ROSARIO, unamos nuestra oraciones contra la satánica fiesta de Halloween.


 


A las 00:00 Horas de mi país Argentina voy a dar comienzo al Santo Rosario (los 3 Misterios completos) invito a los que quieran unirse en desagravio por los pecados cometidos con motivo de la Satánica Fiesta de Halloween.

-En desagravio, de las profanaciones y sacrilegios contra la Santa Eucaristía en las llamadas misas negras y otros rituales.

-En desagravio, contra la profanación y sacrilegio de tumbas en los cementerios, y los cuerpos que serán o ya fueron robados para rituales satánicos, de brujería etc.

-Contra los asesinatos rituales.

-Contra los atentados a los templos católicos e imágenes de María Santísima y los santos.

-En fin pidiendo a Dios Misericordia, por estas pobres almas que se van a entregar al demonio en toda clase de excesos.

Que nuestras humildes oraciones, unidos a los méritos de NSJ y su Madre María Santísima aplaquen en algo tanta maldad contra Dios, su Santa Religión, y su Santa Iglesia. Y por cualquier intención particular que quieran agregar, por ejemplo parientes y amigos  que sabemos van a celebrar Halloween, este 31 de octubre.

POSDATA: Pueden rezar empezando a las 00:00 horas de su país natal. Es una gota en el océano, no podemos detener esta fiesta diabólica, pero si no lo hiciéramos sería una gota menos en la lucha contra el demonio.  No se olviden de sus familiares especialmente, pidan a Dios proteja a los Niños. Si no pueden rezar por falta de tiempo u otro motivo. Asistan a Misa, confiesen, comulguen si están en gracia o visiten unos 15 minutos el Santísimo. Todo sea para mitigar en algo esta nube oscura e infernal que se cierne sobre todo los católicos del mundo el 31 de octubre.  

Por favor difundir. Nicky Pío.

A.M.D.G.

Y salvación de las almas.


ORACIÓN A CRISTO REY POR LA PATRIA


 


Señor nuestro Jesucristo,

Rey de las Naciones y de los corazones;

Dios que todo lo creaste, lo redimiste,

y has hecho a nuestro pueblo cristiano;

mira con ojos benévolos a ésta nuestra querida Patria

Consagrada a Tu Santísima Madre

y escucha a tus hijos que quieren volver a Ti.

***

¡Oh Rey! cristianos hemos nacido,

y cristianos queremos ser

Nuestra Patria es su historia católica,

y su destino de grandeza es llevar

Tu nombre como Bandera.

Atiéndenos, Señor, en esta jornada aciaga,

y, si está en Tu Santísima Voluntad,

aparta de nosotros este cáliz de amargura

dándonos la gracia de reconquistarte la Argentina

(Colocar el nombre de la patria donde viven)

***

Que tu Madre, Reina nuestra,

Conductora y Vencedora en la Lucha Final,

aplaste la cabeza del enemigo que avanza

extendiendo su Poder Internacional.

Que el Ángel que custodia nuestro suelo

aparte de nosotros la perfidia sionista,

el terror comunista y la siniestra masonería.

Aniquilen Tus Arcángeles a las Sectas Invasoras,

y guarden a nuestras juventudes

de la corrupción mental y moral.

***

Pero no se haga nuestra voluntad, sino la Tuya;

y si prefieres para nosotros

la noche oscura de una pasión nacional.

Te pedimos, Rey de los Reyes,

no permitas que tu pueblo sea traidor,

Antes prepáranos y danos el triunfar en el martirio,

para la Gloria de Tu Divina Majestad,

en reparación por tanta historia laica,

y para que, bajo el Manto de la Virgen Soberana,

Te adoremos en la Patria Eterna,

con los que lucharon por Ti.

 

AMÉN

 

¡VIVA CRISTO REY!

¡VIVA LA VIRGEN DE LUJÁN!

 


jueves, 27 de octubre de 2022

MEDITACIÓN SOBRE TRES GRADOS DE AMOR AL PRÓJIMO


 


I. Debemos amar a nuestros parientes y amigos; es un deber que nos impone la naturaleza; pero Dios quiere que en esto sigamos su voluntad más bien que nuestra inclinación. Ámalos, porque Dios lo quiere y como Dios lo quiere. Demuéstrales este amor trabajando todo lo que puedas en su salvación y soportando pacientemente sus defectos; la amistad y la caridad cristiana te obligan a ello.

 

II. Poca cosa es amar a los parientes y amigos; esta ley la observan hasta los paganos mismos; tú debes amar a las personas con las que no te vinculan ni parentesco ni amistad. Son verdaderamente hermanos nuestros aquellos que han reconocido como Padre suyo a Dios (Tertuliano).

 

III. Hagamos más: amemos a nuestros enemigos. El cristiano es capaz de un acto tal de caridad. ¡Cuán difícil es este amor para aquél que no consulta sino la naturaleza; pero cuán fácil para aquél que considera a Jesús expirando en la cruz por sus enemigos! Al hablar de San Esteban, dice San Gregorio: Ofrece a Dios algo más grande que la muerte: la moderación del alma y el amor a los enemigos.

 

Practicad la Caridad (incluso con los enemigos). Orad por vuestros parientes y amigos


miércoles, 26 de octubre de 2022

Halloween Fiesta Satánica.


 


Los católicos debemos redoblar nuestras oraciones pues se acerca la diabólica y pagana fiesta de “Halloween” En la cual según los exorcistas, y la prensa policial de todo el mundo, se realizan hasta sacrificios humanos, principalmente de niños.

Algo muy importante NADA de disfraces, ni aun de santos. No es costumbre de la Iglesia andar disfrazándose para la Fiesta de Todos los Santos. Lo mejor es leer la vida de un santo y tratar de imitarlo, eso sí, es agradable a Dios.

Cuiden mucho de las Hostias Consagradas, pues se roban para Misas Negras y otros sacrilegios.

Cuiden de los Cementerios pues aumentan las profanaciones de tumbas para todo tipo de ritos satánicos.


MIREN POR FAVOR ESTE VÍDEO DEL PADRE “CARLOS SPAHN” EXORCISTA.



 


MEDITACIÓN: EL CRISTIANO DE NADA DEBE ENVANECERSE


 


I. No te gloríes ni de las riquezas ni de los honores, porque ellos no te hacen más virtuoso y con mucha frecuencia contribuyen a hacerte más malo. No te enorgullezcas de tus cualidades naturales, de tu nobleza, de tu belleza, de tu inteligencia. ¿Qué tienes tú que no hayas recibido de Dios y sin mérito alguno de tu parte? La muerte te arrebatará todos esos bienes; no mirará Dios sino las buenas obras que hayas practicado y el buen uso que hayas hecho de los talentos que Él te ha deparado.

 

II. Ninguna razón tienes para estar orgulloso de tu ciencia. ¿Qué sabrías tú si Dios no te hubiese dado la inteligencia? Mucho aprendiste con tus trabajos y vigilias; sabe sin embargo que ignoras infinitamente más de lo que sabes, y humíllate: ¡el menor de los demonios es más sabio que tú! La más hermosa de todas las ciencias es el conocimiento de tu nada. La humildad es la fuente y el principio de la filosofía más sublime (San Crisóstomo).

 

III. Guárdate de enorgullecerte de las gracias que hayas recibido o de las virtudes que hayas adquirido. El que se gloría de su virtud no es virtuoso, pues la humildad es el fundamento de todas las virtudes. Imita pues a los santos, no para atraerte alabanzas, sino para cumplir tu deber. En fin, conoce tu bajeza, tu malicia y tus pecados, y serás humilde. Toda la humildad consiste en conocerse a sí mismo (San Agustín).

 

Pide a Dios la Virtud de la humildad. Orad por el Colegio de Cardenales


domingo, 23 de octubre de 2022

MEDITACIÓN SOBRE LA MUERTE DE LOS BUENOS Y LA DE LOS MALOS


 


I. Todos los hombres deben temer la muerte, porque es seguida de un juicio terrible y nadie sabe si es digno de amor o de odio. San Hilarión, el abad Agatón y muchos otros grandes santos han temblado en la hora de la muerte: ¿eres tú más santo que estos ilustres penitentes? Ten presente que no pueden adoptarse bastantes precauciones en un asunto que no se ventila sino una sola vez, que no se puede reparar y donde se juega una eternidad de dicha o de infelicidad.

 

II. Pecadores, pensad en la muerte y despreciaréis los bienes del mundo y trabajaréis por la salvación de vuestra alma. Avaro, morirás; ¿a quién pasarán tus tesoros? Voluptuoso, ¿qué te quedará de tus placeres? Orgulloso, ¿de qué te servirán tus honores? ¿Qué desearás, qué temerás, qué te afligirá en la hora de la muerte? Piensa ahora en ello. ¡Oh muerte, cuán amargo es tu pensamiento para el hombre que vive en paz en medio de sus bienes! (Eclesiastés).

 

III. Justos o pecadores, quienquiera seáis, iréis a la casa de vuestra eternidad, descenderéis a la tumba; vuestros amigos, vuestros bienes, vuestros placeres, vuestros honores os abandonarán, nada os quedará fuera de un lúgubre sepulcro. Iréis, no sabéis ni cuándo ni cómo. Iréis, pero de allí no volveréis; es la casa de la eternidad, donde se está para siempre. Ya no quiero en adelante pensar sino en morir bien; es la verdadera filosofía del cristiano. El hombre irá a la casa de su eternidad (Eclesiastés).

 

Pensad en la muerte. Orad por los agonizantes


sábado, 22 de octubre de 2022

MEDITACIÓN SOBRE CÓMO SE HA DE BUSCAR A DIOS PARA ENCONTRARLO

 






I. Hay que buscar a Dios en todos nuestros actos, siguiendo el ejemplo de María Salomé que lo siguió durante su vida, lo buscó en el Calvario y lo honró en la tumba. Fuera de Dios, ¿hay acaso algo en este mundo que merezca tus cuidados y afanes? Todo el resto pasa; todo el resto ha sido creado para tu uso y no para ser tu último fin. Los bienes del mundo son vanos y falaces, sólo sus males son verdaderos.

 

II. Estas santas mujeres fueron con prontitud y muy de mañana al santo sepulcro para buscar en él a Jesús. Imítalas, conságrate a Dios desde tu juventud, o, si por desgracia has dado al mundo los más hermosos días de tu vida, di con David: Señor, no te acuerdes de las faltas e ignorancias de mi juventud. ¡Ay! Son grandes y numerosas, porque no usé sino para ofenderos la inteligencia y la libertad que me disteis para conoceros y para amaros. Desde que pude ofenderos, no he cesado de cometer pecados y realizar obras malas (San Bernardo).

 

III. ¿Quieres encontrar a Jesús y gozar de los consuelos de su divina presencia? Búscalo en el Calvario y en la tumba; búscalo con lágrimas y gemidos, porque lo has perdido entregándote a los placeres prohibidos. Mundanos, regocijaos tanto como os plazca, yo quiero buscar a Jesús en los sufrimientos; porque si lo busco en las aflicciones durante mi vida, lo encontraré en la gloria después de mi muerte. Si nos regocijamos con el siglo, es de temer que lloremos igualmente con él (Tertuliano).

 

Meditad en la Pasión de N.S.J. Orad por vuestros enemigos, ellos son también son hijos de Dios, y de María Santísima. (Nicky Pío reza todos los días por los que los persiguen cómo manda N.S.J)


viernes, 21 de octubre de 2022

MEDITACIÓN SOBRE SANTA ÚRSULA, y la castidad.


 


I. Santa Úrsula exhorta a sus compañeras a morir antes que consentir en la pérdida de la castidad. Su ejemplo las anima más que sus palabras. Mueren todas, pero mueren castas e inocentes. Aprende de esto a renunciar a la vida que te es común con las bestias, antes que perder la pureza que te hace semejante a los ángeles, y la gracia que hace de nosotros hijos adoptivos de Dios. ¡Antes morir que mancharse! que ésta sea tu divisa; y, siguiendo el ejemplo de Santa Úrsula, inspira los mismos sentimientos a los que están bajo tu guía.

 

II. Entre estas once mil vírgenes, una hubo que careció de valor: escondióse para evitar la muerte. Nada es perfecto en este mundo, preciso es que haya sombras y faltas; existen hombres imperfectos en los monasterios más santos y en las congregaciones más fervorosas. Que aquél que está en pie se cuide de no caer. Humíllate: San Pedro negó a Jesucristo. Judas lo traicionó: ¡los dos sin embargo eran apóstoles!

 

III. De once mil vírgenes, una sola rehúye el martirio. En la vida religiosa, por un imperfecto y un tibio, se encuentra a varios fervorosos y excelentes servidores de Dios. Y, todavía, esta virgen, llamada Córdula, animada por el generoso ejemplo de sus compañeras, salió al día siguiente de su escondite y sufrió ella también el martirio. Tal es la ventaja que se obtiene de la compañía de personas virtuosas: se cae con menor frecuencia, uno levántase con mayor rapidez, hasta se aprovecha de las caídas para redoblar el fervor. Si estás tú imposibilitado de evitar ocasiones de ofender a Dios, vela sobre ti con mayor cuidado. En la vida religiosa, el hombre vive una vida más pura, cae más raramente, levántase más rápido y avanza con más precaución (San Bernardo).

 

Practicad la  caridad. Orad por la Orden de las Ursulinas


jueves, 20 de octubre de 2022

MEDITACIÓN NUESTRA VIDA ES UNA PEREGRINACIÓN.


 


I. El cielo es nuestra patria, la tierra es el lugar de nuestra peregrinación o, más bien, de nuestro exilio. No hacemos más que pasar por este mundo, como un viajero pasa por la hostería; después de nuestra muerte ya no se piensa en nosotros. ¿Por qué, pues, amamos tanto este destierro? ¿Por qué tenemos tan poco amor por nuestra patria? Piensa a menudo en el cielo en donde Dios, que es tu Padre, te espera. Todos los días prepárate para la muerte en la cual desemboca el camino de esta vida.

 

II. Un viajero no se recarga de cosas inútiles, no edifica casa en los lugares por donde pasa, no se afana por aparecer con magnificencia en ellos. Estas riquezas, estos honores, te estorban y retrasan tu marcha. ¿Por qué tomar como estables los bienes de la tierra? En el cielo es donde debes edificar una morada y acumular tesoros, porque allí es donde debes habitar eternamente. El hombre es tanto más feliz en esta vida, cuanto más sabe aligerarse mediante la pobreza y no suspira tras el peso de las riquezas (Minucio Félix).

 

III. Los lugares más agradables no retienen al viajero: atráele su patria con tantos encantos que todo el resto le fastidia. ¿Por qué te detienes tú en los placeres de esta vida? Piensa en los del cielo. Si Dios te envía aflicciones, es para que el mundo no te seduzca con sus atractivos. Sírvete del mundo, pero no te dejes encadenar por él. La vida es una hostería; no has entrado en ella sino para salir (San Agustín).

 

 

El desapego a las riquezas. Orad por los peregrinos.


lunes, 17 de octubre de 2022

Descargar la "Autobiografía de Santa Margarita María Alacoque"


 


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MEDITACIÓN SOBRE LA PASIÓN DE JESUCRISTO.

 



I. Contempla a Jesús clavado en la cruz; mira cuánto sufre en todo su cuerpo. Su sagrada cabeza está coronada de espinas, su rostro magullado, sus manos y sus pies taladrados; todo su cuerpo, en fin, está cubierto de llagas y es presa de los dolores más crueles. ¡He ahí el estado en que se encuentra Jesús, mi Cabeza, mi Rey y mi modelo! Es menester que me asemeje a Él; en esto consiste mi perfección y mi dicha. ¡Ay! vivo en medio de placeres mientras Jesús es colmado de oprobios y sufrimientos. No conviene que los miembros sean afeminados cuando la cabeza está coronada de espinas (San Bernardo).

 

   II. El Corazón de Jesús estaba sumergido en amargura y dolores tanto como su cuerpo. Él preveía que sus sufrimientos serían inútiles para la mayor parte de los hombres. Tenía piedad del enceguecimiento de los judíos. Estaba afligido más de lo que se puede imaginar, por la tristeza, los suspiros y las lágrimas de su Madre, al pie de la cruz con el discípulo amado. ¡Oh espectáculo doloroso! ¿Puedo yo contemplar a Jesús y a María en este estado sin derramar lágrimas, sin compadecer los dolores del Hijo y la aflicción de la Madre?

 

   III. Para librarme del infierno, Jesús soportó esta muerte tan ignominiosa y tan cruel. Estaba yo perdido sin remedio si no hubiera muerto Él por mí. ¡Nada había hecho para merecer este favor; y aun ahora ni siquiera pienso en él! No sólo no doy mi sangre por este Dios que murió por mí, sino que le rehúso una lágrima, un suspiro; ¡añado nuevos pecados a mis faltas antiguas! Reconoce cuán grave es la herida del pecado, puesto que fueron menester, para curarlo, las heridas de Jesucristo (San Bernardo).

 

   Meditación sobre la pasión. Orad por la conversión de los cismáticos.