lunes, 30 de enero de 2023

Santa Martina, virgen y mártir. — 30 de enero. (+ 230?)


 


   Nació esta nobilísima virgen en la ciudad de Roma: su padre había sido elevado tres veces a la dignidad de cónsul. Informada desde su niñez en las sagradas letras y en las costumbres cristianas, en el imperio de Alejandro Severo fué delatada ante los magistrados; los cuales le preguntaron por qué siendo doncella romana había de reconocer por Dios a un judío condenado por sus crímenes a muerte de cruz y no había de ofrecer incienso al grande Apolo. Respondió ella: Llevadme al templo de Apolo y veréis cómo en nombre de Jesús reduzco a polvo ese demonio que tanto veneráis. Condujéronla, pues, al templo de aquel ídolo, y apenas lo divisó, alzó los ojos y las manos al cielo diciendo: Jesucristo, Señor mío, muestra que eres omnipotente Dios a la vista de este pueblo ciego. Y en diciendo estas palabras, sintióse un espantoso terremoto que llenó a todos de horror, desplomóse una parte del templo y cayó hecha pedazos la estatua de Apolo. Pero los ministros del emperador, así como el populacho gentil, atribuyeron el suceso a una poderosa fuerza mágica de la cristiana virgen y la condenaron a los más atroces suplicios.

   Azotáronla primero con palos nudosos, rasgaron su rostro con uñas de hierro; y entonces fué cuando la vieron cercada de un resplandor celestial que desarmó a los mismos verdugos, los cuales echándose a sus pies, confesaron en alta voz que también eran cristianos. El fiero presidente ordenó que allí mismo les cortasen la cabeza, y arrastraron a la santa virgen al templo de Diana: más lo mismo fué entrar en el templo, que salir de él con espantoso ruido el espíritu infernal que residía en la estatua de la diosa y caerse ésta reducida a polvo. Mandó el juez raer la cabeza de santa Martina, diciendo que tenía en ella sus encantamientos; y habiendo sido conducida después al anfiteatro, soltáronle un león muy grande, para que la despedazase y la devorase: pero en viéndola el terrible león, comenzó a bramar, sin querer arrojarse sobre la santa virgen, antes llegándose a ella, se echó a sus pies y comenzó a besárselos y lamérselos blandamente, sin hacerle ningún daño. Entonces levantó su voz santa Martina, y dijo: ¡Maravillosas son, oh Señor, tus obras! Y a los presentes añadió: ¿No veis cómo los ángeles de Dios refrenan la crueldad de las fieras? Viendo el presidente semejante prodigio, mandó tornar al león a la jaula; y cuando iba a ella, arrebató a Limeneo, pariente del emperador, y lo despedazó. Probó todavía el bárbaro tirano otros suplicios, atormentando a la santa Virgen con el hierro y con el fuego; hasta que rugiendo de coraje, al ver que de todos salía victoriosa, mandó sacarla fuera de la ciudad, y cortarle la cabeza.

 

   Reflexión: El martirio de santa Martina está lleno de espantosos prodigios. Milagro fué el sufrir una doncella noble y delicada tan horrendos suplicios, milagro el arruinar el templo de los falsos dioses y hacer pedazos las estatuas de Apolo y de Diana, milagro el resplandecer con soberana luz en el rigor de los tormentos, milagro el convertirse los sayones de verdugo de la santa en compañeros de su martirio. Así glorificaba el Señor el martirio de los santos. No es maravilla, pues, que la sangre de los mártires fuese semilla de nuevos cristianos; lo que debe espantarnos es que haya tantos cristianos ahora que se deshonren de profesar la fe sellada con tanta sangre y con tantos prodigios.

 

   Oración: Oh Dios, que entre las maravillas de tu poder hiciste victorioso aun al sexo frágil en los tormentos del martirio, concédenos benignamente la gracia da que honrando el nacimiento para el cielo, de la bienaventurada Martina, tu virgen y mártir, nos sirvan de guía sus ejemplos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

 

 

FLOS SANCTORVM


MEDITACIÓN ES PRECISO SER TOTALMENTE DE DIOS.


 


I. Acaba Martina de perder a sus padres y ya se desembaraza de sus riquezas para darse a Dios sin reserva. El medio que debemos emplear para ser totalmente del Señor es el desapego del mundo. Si tu posición no te permite dar tus bienes a los pobres como hizo Martina, desapega tu corazón, por lo menos, de las riquezas y de las vanidades mundanas. No se puede servir a dos señores a la vez, no se puede ser al mismo tiempo de Dios y del mundo. Elige, de estos dos partidos, el que te es más ventajoso. ¿Necesítase pensar mucho cuando se trata de darse a Vos, oh Dios mío?

 

II. Piensa en las recompensas que acuerda el mundo a los que le sirven. Salomón fue colmado de todos los bienes de la tierra y, sin embargo, declara que todo es vanidad. Pregúntate a ti mismo. ¿No es verdad, acaso, que estás ya disgustado de los bienes del mundo apenas tienes su posesión; que nunca ha estado contento tu espíritu y que siempre algo le ha faltado a tu felicidad? Mundo falaz, ¿por qué nos prometes tantas cosas que no puedes dar? (San Agustín).

 

III. Si quieres realmente confesar la verdad, convendrás conmigo en que nunca has sido más dichoso ni has estado más contento que después de haber cumplido algún acto de virtud. Si tan liberalmente Jesucristo te recompensa en este mundo, ¿qué no te reservará para el otro? Si los placeres que el demonio te ofrece están mezclados con tanta amargura, ¡cuáles no serán los tormentos que te prepara! Entrégate a Dios y verás que no hay placer comparable al que se gusta en el servicio de este bondadosísimo Señor. ¿Qué placer más grande que el disgusto del mismo placer?

 

El amor de Dios.

Orad por la conversión de los idólatras.


domingo, 29 de enero de 2023

Descargar desde MediaFire Vida de San Francisco de Sales Tomo I Y II

 




Descargar tomo I: AQUÍ

 

Descargar tomo II: AQUÍ


MEDITACIÓN SOBRE EL CORAZÓN DE SAN FRANCISCO DE SALES.






I. El corazón de San Francisco de Sales ardía con el fuego del amor divino. Este amor le hizo emprender todo lo que juzgó apto para contribuir a la gloria de Dios y a la salvación del prójimo. Sus predicaciones, sus pláticas, sus libros, son pruebas de esta verdad. ¡Ah! si amases a Dios como él, te burlarías de las riquezas, de los placeres, de los honores, y no dejarías perder las ocasiones de incitar a los demás a amar al Señor. ¡Oh Dios que sois tan amable! ¿Por qué sois tan poco amado? ¡Oh fuego que siempre ardéis, fuego que nunca os extinguís, abrasad mi corazón!

 

II. El corazón del Santo sólo tenía dulzura y ternura para el prójimo; después de su muerte no se le encontró hiel en el cuerpo. Consolaba a los enfermos, daba limosna a los pobres, instruía a los ignorantes, y con su afabilidad trataba de que se le allegasen los pecadores, a fin de conducirlos enseguida al redil de Jesucristo.

 

III. Ese corazón, en fin, que era todo amor para Dios y toda dulzura para el prójimo, trataba a su cuerpo como a enemigo; para domar sus pasiones no retrocedía ante mortificación alguna, ante sacrificio alguno. Examina la causa de tus penas, y verás que provienen de las pasiones que no supiste domeñar. Aquél que ha vencido a sus pasiones adquirió una paz duradera.

 

Nota de Nicky Pío: La pasión dominante de San Francisco de Sales era “LA IRA” (Que es una pasión)  pero la tenía bien sujeta que se ganó que lo llamen “El del Santo de la DULZURA”. Incluso cuando se examina su cuerpo se encuentra además de lo que dice la meditación, sus riñones achicharrados, para que se vea hasta qué punto contenía la ira.

 

La dulzura.

Orad por la orden de la Visitación.




sábado, 28 de enero de 2023

MEDITACIÓN SOBRE LA VIDA DE SAN PEDRO NOLASCO



I. El primer efecto de la caridad de nuestro santo fue consagrar todos los bienes al alivio de los desventurados; por ahí debes comenzar a imitarlo. ¿Qué has hecho hasta ahora para aliviar a tu prójimo en sus necesidades? ¿Qué puedes hacer? Por lo menos ruega a Dios por él, si no puedes hacer más. Sufre con paciencia las imperfecciones de los demás.

 

II. El segundo efecto de su caridad fue obligarse, con voto, a sacrificar su libertad, si era necesario, para el rescate de los cautivos. ¿Cómo comprometerías tu libertad por el prójimo, tú, que le rehusas una moneda? Sin embargo, por ti ha pagado Jesús y quiere que le pagues lo que le debes, en la persona del prójimo. Visita a los encarcelados, consuela a los afligidos y cuídate de no afligir a nadie con tus palabras o tu mal humor. Esa persona a quien menosprecias es más cara a Jesús que el mundo entero.

 

III. El propósito principal de este ilustre fundador fue arrancar de la perdición eterna las almas de los cristianos a quienes el tedio de una prolongada cautividad invita a renegar de la fe; así quería, al mismo tiempo, salvar el cuerpo y el alma de esos desventurados. La mejor caridad que puedes hacer a tu prójimo es contribuir a la salvación de su alma; no pierdas ocasión alguna de hacerlo, todas son preciosas.

 

La caridad para con el prójimo.

Orad por los pobres cautivos.

 

viernes, 27 de enero de 2023

MEDITACIÓN SOBRE EL BUEN EJEMPLO


 



I. San Juan Crisóstomo predicaba tanto con sus ejemplos como con sus discursos. El buen ejemplo produce tres diferentes impresiones en nuestro espíritu Nos hace amar lo que admiramos, pues la virtud tiene encantos que arrebatan nuestro corazón; en segundo lugar, nos hace falta desear llegar a ser semejantes a los que admiramos; en fin, facilita la práctica de la virtud. Cada uno de nosotros querría ser virtuoso si no existieran las dificultades que imaginamos que encontraremos en el camino de la virtud. El buen ejemplo derriba este obstáculo al mostrar que no es difícil hacer lo que tantos jóvenes y tantas personas delicadas hacen sin pena, y aun con placer. Ánimo, alma mía, nada han hecho los santos que no puedas llevar a cabo con la gracia de Dios.

 

II. Nada podemos hacer que sea más agradable a Dios, más útil al prójimo y a la salvación de nuestra alma, que predicar la virtud con nuestro ejemplo. Los justos, dice San Juan Crisóstomo, son cielos que narran la gloria de Dios y dan a conocer su poder y su bondad. Acaban la obra de la Redención, convirtiendo al prójimo mediante su vida santa. ¡Qué felicidad para ti, poder contribuir con tus buenos ejemplos a la conversión de un alma por la cual ha muerto Jesucristo, y que sin ti no hubiera aprovechado la sangre derramada por el Salvador! ¿Dejará Dios de recompensar tu celo?

 

III. Realiza todas tus acciones por el doble motivo de agradar a Dios y edificar al prójimo. Suprime tus acciones, aun las indiferentes, que puedan escandalizar a tu hermano. ¡Jesucristo murió por él y tú no te quieres privar de un pequeño placer para contribuir a su santificación! Señor, si no puedo predicar la modestia y la humildad desde el púlpito, las predicaré mediante una vida humilde, mediante un exterior modesto y recatado. Es el medio con que cuento para imitaros, oh Señor Jesús, a Vos que durante treinta años nos habéis enseñado con vuestro ejemplo, y que sólo durante los tres últimos años de vuestra vida predicasteis. El testimonio de la vida es más eficaz que el de la lengua: cuando la lengua calla, hablan los actos (San Cipriano).

 

 

El respeto por la palabra de Dios.

Orad por los predicadores.


jueves, 26 de enero de 2023

MEDITACIÓN SOBRE LAS LÁGRIMAS DE SANTA PAULA


 



I. Santa Paula se retira del mundo para dedicarse libremente a los ejercicios de piedad por todo el resto de sus días. Imita a esta santa; deja las compañías demasiado bullangueras, ama la soledad de tu interior y la lectura de los buenos libros. ¿Por qué tardas? ¿Por qué no consagras a Dios el tiempo que te queda de vida? ¡Ay! tanto has trabajado para el mundo; ¿acaso es mucho dar a Dios si le das sus restos?

 

II. Santa Paula llora aun sus menores pecados veniales. Aquélla que tanto buscó agradar al mundo, decía la santa, nunca debe desagradar a Dios. Llora igualmente el tiempo que diste a la vanidad y a los placeres. ¿Dónde están ahora? ¿Dónde esos dorados días de tu juventud? Todo pasó, no te queda sino el triste recuerdo de haber ofendido a Dios por algo que ya no existe más. Borra esos pecados con tus lágrimas. ¡Cuán agradables te parecerán estas lágrimas si consideras que extinguen el fuego que debía quemarte en el purgatorio! Repasaré todos los años de mi vida en la amargura de mi alma (Isaías).

 

III. Las aflicciones, las persecuciones, te arrancan incesantemente lágrimas. Se te priva de tus bienes, se empaña tu reputación, se te agobia con menosprecios; consuélate, seca tus lágrimas, no pongas tu confianza en los hombres, vete a desahogar el corazón delante de Jesús crucificado; quéjate a Él, pídele consejo y serás pronto consolado.

 

La confianza en Dios.

Orad por las viudas.


martes, 24 de enero de 2023

San Timoteo, obispo y mártir. (+ 93 de J. C.) 24 de enero


 


Nació este apostólico varón y mártir de Cristo en Licaonia, de padre gentil y de madre judía. Viniendo san Pablo con san Bernabé a Listra, entre otros que se convirtieron a la fe, fué uno Timoteo, cuyos padres hospedaron a los apóstoles en su casa, y les entregaron a su hijo, mozo de buen ingenio y bien inclinado; y el apóstol san Pablo le tomó en su compañía y le tuvo por hijo y discípulo amantísimo, enseñándole aquella doctrina que él había aprendido en el tercer cielo, y llevándole consigo en sus peregrinaciones, como compañero suyo muy amado. Llámale en sus Epístolas, hermano, hijo carísimo en el Señor, ministro de Dios y coadjutor suyo en el Evangelio. Y en algunas de ellas, pone la salutación: Paulo y Timoteo, siervos de Jesucristo, como si fueran aquellas Epístolas de ambos y no de sólo san Pablo. Más aunque san Timoteo fué tal como le pinta el mismo Apóstol de las Gentes, no por eso se descuidaba de sí, antes era más humilde y penitente: y padeciendo mucha flaqueza de estómago y otras enfermedades, bebía agua con tanto rigor, que fué menester que el mismo apóstol le mandase que bebiese un poco de vino, porque así convenía a su salud. Después de haber participado de las fatigas apostólicas de san Pablo en Macedonia, Asia, Grecia, Acaya, Palestina y Roma, fué nombrado obispo de Éfeso en lugar de san Juan Evangelista a quien el emperador Domiciano había desterrado a la isla de Patmos: mas no vivió san Timoteo muchos años en aquella silla: porque haciendo allí una fiesta los gentiles, en la cual, enmascarados, usaban de una bárbara crueldad contra los hombres y mujeres que topaban por las calles, dándoles muchos golpes con unas mazas, y matando a algunos de ellos, pensando que con aquel sacrificio aplacaban a los dioses; el santo obispo les reprendió y procuró apartar de aquella sacrílega locura; y fué tanto lo que se enojaron contra él, que le arrojaron todo lo que les venía a las manos; y asiendo de él con gran crueldad y fiereza, le arrastraron y le dejaron por muerto.

Los cristianos acudieron y le hallaron boqueando, poco después dio su espíritu al Señor.

Su cuerpo fué sepultado en un lugar llamado Pión, con gran sentimiento y devoción de los fieles, hasta que el emperador Constancio, hijo del gran Constantino, trasladó sus reliquias a un templo, que edificó en honra de los apóstoles; y el emperador Justiniano le acrecentó, y le hizo más suntuoso y magnífico. San Ignacio en una epístola que escribe a los de Éfeso, les dice: «Vosotros habéis conversado con Pablo y con Juan y con el fidelísimo Timoteo». Y en otra carta, que escribe a los de Filadelfia, dice «que Timoteo se debía contar entre el número de los santísimos varones, que en virginidad y pureza pasaron su vida».


Reflexión: Con sangre selló el Hijo de Dios su Evangelio, con sangre lo sellaron sus santos apóstoles, con sangré lo sellaron sus discípulos, como el glorioso san Timoteo, y con sangre de millones de mártires se propagó sobre toda la tierra. Parece pues imposible que haya cristianos que adoren la cruz sangrienta de Cristo, y al mismo tiempo los ídolos del interés terrenal y del placer sensual, como los gentiles y los moros. No quieras tú gozar antes de tiempo. Mira el santo crucifijo como modelo de los predestinados, y oye al apóstol san Pablo que dice: Si nos crucificamos con Cristo, reinaremos con Cristo en su gloria.


Oración: Oh Dios omnipotente, mira con ojos piadosos nuestra flaqueza, y pues nos oprime el peso de nuestros pecados, alivíanos de él, por la gloriosa intercesión de tu bienaventurado mártir Timoteo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

 

 

FLOS SANCTORVM


MEDITACIÓN SOBRE LOS TRES EFECTOS DEL CELO POR LAS ALMAS.


 



I. Aunque no todos los cristianos sean apóstoles, deben con todo tener celo por la salvación del prójimo. Pero a fin de que ese celo esté bien ordenado, cada uno debe comenzar por convertirse a sí mismo. Tú tienes celo por la conversión de tus parientes, de tus amigos, de tus servidores; les adviertes caritativamente sus faltas; este celo es digno de alabanza; pero, si no te adviertes a ti mismo, es indiscreto; mira si no tienes los defectos que reprochas a los demás.

 

II. Contribuye todo lo que puedas, con tus palabras, a la salvación de los demás. Jesucristo no tuvo a menos conversar con los niñitos, ni con la Samaritana, para mostrarles el camino del cielo. Una buena palabra que digas a ese pariente, a ese amigo, a ese servidor, ganará su alma para Dios. Jesucristo ha derramado toda su sangre para rescatar esa alma, ¿y tú no quieres decir una palabra para impedir que se condene? ¿Dónde está tu caridad?

 

III. ¿Quieres ser un verdadero apóstol? Predica con tus actos. Lleva una vida ejemplar; más conmoverás cuando te vean, que oyendo al más famoso de los predicadores; tu modestia detendrá aun a los más libertinos. ¿Cuántas ocasiones de trabajar por el prójimo dejas escapar? Es seguro, dice San Gregorio, que Dios te pedirá cuenta del alma de tu prójimo, si descuidas trabajar en su salvación en la medida en que lo puedas.

 

 

El celo por las almas.

Orad por los eclesiásticos.


lunes, 23 de enero de 2023

MEDITACIÓN: NUESTRA VIDA ES UNA NAVEGACIÓN.


 



I. El mundo es como un dilatado mar, nuestra vida es su travesía. Para arribar felizmente al puerto, es menester imitar a los pilotos, que ni miran el mar, ni la tierra, sino solamente el cielo. Así, durante todo el curso de tu vida, dirige tus miradas hacia lo alto: no consideres sino el cielo. Que tu amor y tu esperanza estén en el cielo: pídele valor, espera de él tu recompensa; que tu esperanza toda provenga de lo alto (San Agustín).

 

II. Se está expuesto en el mar a las calmas y las tempestades, a los escollos, a los piratas y a otros mil peligros; pero se los evita, ora por la pericia del piloto, ora por los socorros del cielo. Nuestra vida es una mezcla de bienes y de males, de alegrías y de tristezas; tiene sus momentos de calma y sus días de tempestad; el demonio, nuestros enemigos, la carne, las pasiones, son para nuestra alma como rocas y escollos; los evitaremos sin embargo si imploramos el auxilio de Dios, y si seguimos los consejos de un director espiritual prudente y sabio.

 

III. La muerte es el puerto a que debemos arribar. A veces la nave naufraga en el puerto, otras da con playas cuyos habitantes son más peligrosos que los escollos y tempestades. ¡Ay! estamos en esta mar sin saber a ciencia cierta a qué puerto arribaremos; sin embargo, vivamos bien y no temeremos la muerte. Aquél que no quiere ir a Jesús, ése sólo debe temer la muerte (San Cipriano).

 

Meditad en el paraíso.

Orad por los navegantes.