martes, 22 de febrero de 2022

“QUIERO SALVARME”

 




   Todos dicen: quiero salvarme, pero pocos ponen los medios para conseguirlo.

   Un cortesano que había gastado su vida al servicio de su rey, fué atacado de una enfermedad  mortal. El monarca, que lo amaba tiernamente, fue a visitarlo con algunos otros de sus cortesanos, y viéndole tan cerca de la muerte, movido a compasión, le dijo:

   — ¿Puedo servirte en algo? Pide cuanto quieras, nada te rehusaré.

   —Señor—respondió el enfermo—en la triste situación en que me hallo, una cosa sola puedo pediros, y es, que me concedáis un cuarto de hora de vida.

   — ¡Oh! Eso no está en mi poder — dijo el rey—pídeme otra cosa en que pueda satisfacerte.

   — ¿Qué? — Replicó el moribundo — hace cincuenta años que os sirvo ¿y no me podéis conceder un cuarto de hora de vida? ¡Ah, si hubiese servido tan fielmente y por tanto tiempo a Dios Nuestro Señor, me concedería no sólo un cuarto de hora más de vida, sino toda una eternidad de bienaventuranza!... Y diciendo esto, exhaló el último suspiro.

   (Dichoso él si supo aprovechar la lección que a otros daba sobre la vanidad de las cosas humanas, y la necesidad de trabajar para salvar el alma)

 

“Revista: Lectura Dominical”


Si es o no deber de todo cristiano luchar contra la Masonería – Por el presbítero Don Félix Sardá y Salvany

 




   JESUCRISTO, Hijo de Dios vivo, al abandonar en cuanto a su presencia visible este mundo, para volver al seno de su Padre, bien que prometiendo estar siempre con su Iglesia para como Cabeza suya dirigirla y ampararla y defenderla, quiso, no obstante, fuésemos los hijos de ella quienes por nuestra parte cooperásemos todos con el esfuerzo, por decirlo así, de nuestros propios brazos, a su conservación y defensa.

—Esto es evidente.

—Como no lo es menos lo que se deduce.

   De ahí nacen para el cristiano dos órdenes de deberes: unos relativos a su santificación y salvación individual; otros relativos al fomento y sostén de la Sociedad divina de que forma parte. De un modo parecido a la doble obligación que al hombre compete en su vida civil: una como particular y miembro o jefe de tal o cual familia; otra como público ciudadano de la patria común a la cual le ligan lazos no menos inviolables.

—También eso paréceme fuera de discusión.

—No hablemos hoy de los infelices cristianos de solo bautismo, y por tanto casi de solo nombre, que llevando costumbres enteramente ajenas a aquella su profesión gloriosísima, resultan verdaderos gentiles prácticos, en algún modo de peor género que los que por desconocimiento absoluto de la fe nacen y viven y mueren en la verdadera material infidelidad. Contrayendo nuestra consideración a los que por el tenor general de su vida suelen llamarse y reconocerse con el dictado de buenos cristianos, hay todavía muchos de éstos que, atentos sólo al cumplimiento de sus deberes privados o individuales, desconocen y olvidan o siquiera atienden menos los otros deberes públicos y por decirlo así sociales, que igualmente les impone la profesión dicha en orden a la Iglesia católica, de la que por el Bautismo fueron hechos miembros y por la Confirmación soldados.(…)

    —Es cierto, como lo es que la palabra del Papa en su consabida Carta al pueblo italiano dio nueva oportunidad a estas materias, que nosotros, dóciles en todo a tan augusta voz, hemos querido ahora tratar con el carácter mismo que el mismo Vicario de Cristo se ha dignado como presentarnos de su mano en un párrafo del citado Documento, que habla del modo siguiente:

   “Tratándose (dice) de la secta masónica, que todo lo ha invadido, no es suficiente ponerse en guardia contra ella. Hay que salir al campo y afrontarla con valor. Lo cual haréis vosotros, amados Hijos, oponiendo prensa contra prensa, escuela contra escuela, sociedad contra sociedad, congreso contra congreso, en una palabra. Acción contra acción.”

   (…) La acción divina, contra la acción diabólica, ha sido en todos tiempos la ocupación exclusiva de la Iglesia católica y de sus hijos. Del Cenáculo de Jerusalén salió, el día de Pentecostés, armada de todas armas la sociedad cristiana a luchar con el demonio, dueño del mundo e ignominiosamente servido por todos los poderes de él, y lo venció. Y en tal día recibieron divina y celestial investidura de paladines de Cristo, para lanzarse a pelear esas batallas, no solamente los Apóstoles, sino muchos otros discípulos del Salvador, y entre ellos con María varias piadosas mujeres, en número todos de ciento veinte. En lo cual no puede menos de verse una exacta representación de todo el pueblo fiel en sus diversas clases y categorías. De allí procedió como de su primera fuente la acción católica que no cesamos de predicar, y de la que el mismo Soberano Pontífice nos traza como con el dedo el más sintético programa.

   Es vida el Espíritu Santo, y la vida es movimiento, es fuerza, es actividad; así como la muerte es pasividad absoluta, es la completa inercia, es el no ser. Casi es lo mismo el no obrar. Pidámosle, pues, a Él nos dé tal vida y fuerza como hoy se requieren para corresponder a las presentes necesidades, que tan parecido van tornando el mundo moderno a lo que fué en tiempo de los primeros cristianos y a lo que por el esfuerzo de ellos, sostenidos por la virtud de Dios, dejó de ser muy en breve. Como hoy y más que hoy bramaban en torno del recogido Cenáculo de los primeros discípulos del Crucificado ciegas y enfurecidas muchedumbres; como hoy y más que hoy (…) gobernantes maquinaban leyes (…) contraías a la Iglesia, y afilaban cuchillos para hacerla desaparecer ahogada en mares de sangre generosa. Y la acción católica arrolló aquella formidable acción diabólica, para no dejar de la última más que el ominoso recuerdo. Hoy, pues, como entonces desarróllese acción contra acción, y sea con iguales medios y sea sobre todo por igual Espíritu de Dios que agigante nuestra pequeñez. Iguales serán entonces los resultados.

   (…) Es de ley que haya acción católica, hemos de ser nosotros los católicos, todos los católicos, quienes andemos en ella de continuo a tajos y a puntillazos contra la otra acción, es decir: la  anticatólica. Y como ésta hoy por hoy, está sintetizada en el programa doctrinal y perverso de la Masonería, de ahí la necesidad de la Guerra de frente que os estoy predicando, y de la que la dicha demoníaca secta ha de ser el objeto principal. (…)

 

¡GUERRA DE FRENTE!


lunes, 21 de febrero de 2022

La masonería expresó su reconocimiento por Francisco – Por Sergio Rubin, Clarin. (Año 2013)


  

FRANCISCO SIEMPRE FUÉ MIEMBRO DEL ROTARY (Con lo cual quedó excomulgado)


La elección de Jorge Bergoglio como Papa no sólo es, de lejos, el argentino con mejor imagen en el país – supera el 90 % de aprobación según una encuesta–, sino que está suscitando el beneplácito de los sectores más variados, incluso de algunos que históricamente estuvieron enfrentados con la Iglesia católica.

   Es el caso de la masonería, que acaba de salir a expresar su satisfacción por la llegada del argentino a la silla de Pedro.

   “La Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones, institución enraizada con nuestra patria desde 1857, saluda la designación del compatriota cardenal Jorge Bergoglio como papa Francisco”, dice la entidad en una declaración. Y agrega: “Hombre de vida austera y consagrada a sus devociones, la designación del nuevo pontífice supone un alto reconocimiento para la Argentina”.

   En el comunicado, firmado por el gran maestre, Ángel Clavero, se aclara que “en la masonería argentina, sustentada en los principios de la tolerancia, el respeto profundo a las convicciones íntimas, la libertad, la igualdad y la fraternidad, militan hermanos que profesan o adhieren a la religión católica, junto a otros que pertenecen a otros credos, son agnósticos o carecen de fe”.

   En ese sentido, Clavero dijo que “hay quienes piensan que la masonería está en contra de la Iglesia y de ninguna manera es así; eso forma parte del inconsciente colectivo”. (Este término “Inconsciente colectivo” fue inventado por el Psicólogo Esoterista  Carl Gustav Jung, los masones lo leen mucho – Nota de Nicky Pío) Añadió que “se trata de dos instituciones que trabajan para la sociedad, cada uno a su maneras. Nosotros cultivamos el valor de la filantropía, mientras que la Iglesia ejerce la caridad”.

   Las relaciones entre la Iglesia en la argentina y los masones mejoraron en las últimas décadas. Incluso, a fines de los ‘90 los masones se reunieron oficialmente con el Episcopado. De hecho, hoy los vínculos son muy cordiales. Pero el Vaticano sigue considerando incompatibles sus posiciones. Por tanto, afirma que un católico no puede ser masón. La elección de Francisco obró como una mejora de la relación.

 

   (La mejora entre la Iglesia y la masonería jamás existió ni existirá, lo que existe son masones infiltrados en la Iglesia “lo confirma clavero” ya voy a publicar sus declaraciones “al Diario Época de Corrientes cuando habla de los Jesuitas” Estos infiltrados tienen un objetivo bien claro, de destruir la Iglesia Católica desde adentro, sueño largamente acariciado por la masonería. Obra en sus textos antiguos confiscados a los Iluminados de Baviera – Nota de Nicky Pío)

 

FUENTE: “SIMBOLO” REVISTA DE DIFUSIÓN E INTERÉS GENERAL EDITADA POR LA GRAN LOGIA DE LA ARGENTINA DE LIBRES Y ACEPTADOS MASONES

 

Año LVII Número 97, Mayo 2013, Buenos Aires Argentina. 

Lo que es la Masonería "Cómo se presenta"

 


MASONES Y ROTARIOS HACIENDO SOLIDARIDAD



   La Masonería se presenta como una sociedad filantrópica, humanitaria y progresista, que pretende guiar a la humanidad hacia su bien espiritual, moral y natural, fuera de toda consideración de clase, de raza y de religión.

 

   Desde su fundación, por ejemplo, la Gran Logia Argentina se definió así en sus estatutos: “La Masonería es una institución esencialmente filantrópica filosófica y progresista. Sus principios son: la existencia de Dios, la inmortalidad del alma, y la solidaridad humana. Su base: la libertad civil y de conciencia. Su objetivo: La investigación de la verdad, el estudio de la moral universal, de las ciencias y de las artes; el ejercicio de la caridad y la práctica de todas las virtudes. Sus fines: el amor a la humanidad y su perfeccionamiento. Sus preceptos: la honradez, la ilustración y el trabajo Su divisa: libertad, igualdad y fraternidad. El carácter pacífico de la institución prohíbe ocuparse de asuntos políticos o religiosos, recomendando a sus miembros el respeto a las leyes del país y a la fe religiosa y opiniones políticas de caca uno de ellos, mientras tengan por base la moral..." (La Masonería argentina, por. A. Lappas, pág. 9).

 

   Así se define la Masonería, y protesta siempre, cuando se la presenta como una sociedad secreta, y cuando se la acusa de tener como “como último y principal fin el destruir, hasta en sus fundamentos, todo el orden religioso y civil establecido por el Cristianismo, levantando a su manera otro nuevo con fundamentos y leyes sacadas de las entrañas del Naturalismo”. (León XIII, Humanum Genus).

San Severiano, obispo y mártir. — 21 de febrero. (+ 452)

 




Gobernaba el glorioso san Severiano su Iglesia de Escitópolis en Palestina, como celoso y vigilante pastor, procurando que su clero fuese delante de los seglares con su ejemplar vida, que las iglesias fuesen bien servidas y adornadas, que el pueblo fuese  enseñado en la ley de Dios, que se corrigiesen los vicios, acrecentasen las virtudes y creciesen las obras de piedad, y que a todos los fieles, así seglares como eclesiásticos y religiosos huyesen de toda sombra de herejía y conservasen en toda su entereza la verdadera doctrina de la Iglesia católica. Bajo el reinado de Marciano y de santa Pulquería, el santo abad Eutimio y la mayor parte de los monjes de Palestina habían recibido con singular reverencia y sumisión los decretos del concilio de Calcedonia que condenaba la herejía de los Eutiquianos, los cuales ponían mácula en la divinidad de Jesucristo, pero no faltó un monstruo del infierno llamado Teodosio, que mal hallado con su vocación religiosa, se divorció de Cristo y comenzó a perturbar los monasterios, y con el favor de la emperatriz Eudoxia, que era viuda de Teodosio el Joven y vivía en Palestina, cobró grandes bríos para hacer guerra a la Iglesia de Dios. Llevó a tal extremo su osadía, que se sentó en la silla patriarcal de Jerusalén, desterrando de ella al legítimo patriarca Juvenal, y poniéndose luego a la cabeza de un ejército de herejes y bandidos, persiguió de muerte a los católicos e inundó de sangre toda aquella tierra. Llegaron también aquellos bárbaros a Escitópolis, y como el santo obispo Severiano resplandecía como sol en aquella Iglesia de Cristo, fué una de las primeras víctimas de su ciego furor, porque después de haberle prendido y atado, le arrastraron con grande crueldad fuera de la población, y allí le apalearon y sacrificaron con la inhumanidad que es propia de los herejes. Perdonó a sus mortales enemigos, y selló con su sangre la verdadera fe de nuestro Señor Jesucristo, alcanzando así la corona de ilustre mártir. Con el ejemplo de su cristiana fortaleza se movieron muchos celosos ministros del Señor a predicar sin temor de la muerte la divina palabra a toda aquella cristiandad, por lo cual en lugar de arruinarse y deshacerse, se acrecentó maravillosamente con grande espanto y confusión de los herejes, y señalada gloria de Jesucristo y de su verdadera y divina Iglesia católica.

 

   Reflexión: Los herejes siempre han sido los mismos: rebeldes, orgullosos y homicidas como Lucifer, padre de todos los apóstatas y herejes. Ellos burlan y hacen escarnio de la llaneza y simplicidad que hay en Cristo, desprecian las santas tradiciones de la Iglesia, blasfeman de los santos y santas de Dios, y aborrecen y persiguen con loco atrevimiento a todos los fieles católicos. Ellos se tienen por los sabios, por los hombres discretos y humanos, y con todo se fingen unas monstruosidades de doctrinas abominables y perversas, y sólo para sí quieren la libertad de pensar y de obrar a su antojo, y no hay lobos más feroces que estos hombres sin entrañas, cuando a su salvo pueden hacer presa en el rebaño de Cristo. Tú ruega a Dios con cuidado que los convierta, y abominando de sus pestilenciales errores, guárdate de ser muy amigo de tu propio parecer, y obedece a Jesucristo, doctor divino de los hombres, y a su santa Iglesia infalible, en la cual está depositado el tesoro de la verdad de Dios.

   Oración: ¡Oh Dios omnipotente! Vuelve los ojos piadosos sobre nuestra flaqueza, y pues nos oprime el peso de nuestras acciones culpables, ampáranos por la intercesión  gloriosa de tu bienaventurado pontífice y mártir san Severiano. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

 

“FLOS SANCTORVM” – AÑO 1949.

 

 


sábado, 19 de febrero de 2022

¿Casualidad?




 El V…rus primero se llama delta que en el alfabeto griego se representa con un triángulo y luego omicron que se representa con este símbolo O…el iris del ojo…

Combinados nos da el resultado que ven en la imagen arriba… ¿Casualidad?

Los masones aman la simbología, eso les hace creer que son especiales, y esconden mensajes detrás de ellos. La verdad, es que ni ellos saben que se esconde detrás de sus símbolos. Solo son instrumentos (serviles) en manos de los verdaderos poderosos.


Origen talmúdico de la secta (masonería) – Por F. FERRARI BILLOCH

 




   “La gran asociación cabalística conocida con el nombre de MASONERIA” (De la revista masónica “Latomia”.)

   “La cábala disidente es la obra de los rabinos, que han falsificado la tradición talmúdica."

   (Gougenot des Mousseaux.)

 

      Pero ¿de dónde surgió y cómo surgió esa secta?

   Muy vagos son los orígenes de la Masonería. Los historiadores imparciales y los historiadores masónicos no se han puesto de acuerdo — ¡ni se pondrán jamás!—. La verdad es que no se le puede precisar su oscuro origen.

   “La Masonería —dicen ellos: Casard, Ragón, Clavel, Almeida, Des Etangs... — ha nacido del odio del mal y del amor al bien (dualismo). Es, por consiguiente, tan antigua como el hombre y durará mientras éste exista.”

   Hay historiador masón que, de absurdo en absurdo, supone nada menos que el primer hombre, Adán, es el fundador del Arte Real y que enseñó a sus hijos la Geometría y artes conexas. La desfachatez de Oliver lleva las estúpidas suposiciones de Anderson a situar el origen del masonismo en el Paraíso Terrenal (¡ !) y hace de Moisés un gran maestre — un Morayta, por ejemplo — y de Josué un modestito hermano orador. Preguntádselo a cualquier hermano, y con fe de masón os jurará que es verdad.

   ¿Por ventura en el templo de la Logia Fraternidad Ibérica, de Sevilla, no aparecen los nombres de Budha, Zoroastro, Pitágoras, Moisés, Solón, etc., etc., como masones? En la desfachatez de apropiarse grandes figuras de la Historia no tienen rival los hombres del mandil. ¡Si hasta el desgraciado príncipe don Carlos, primogénito de Felipe II, lo presentan como un mártir de la Masonería! Claro que el príncipe, como es sabido, anduvo en relaciones con los herejes flamencos; pero ya veremos en el momento oportuno cómo ese MONSTRUO invisible de los PODERES OCULTOS quiere envolver con su baba repugnante ¡¡nada menos que el solio pontificio!!

   Desde luego, la Masonería no es una organización surgida esporádicamente. Se ha venido desarrollando poco a poco, y tanto sus ideas como sus medios de acción le han sido transmitidos por una porción de sociedades más o menos ocultas, y, por otra, se ha ido filtrando en ciertas agrupaciones, que ha llegado a absorber, tomando de ellas lo que consideraba necesario.

 

   Orígenes judeocabalísticos de la Masonería. — Influencias talmúdicas. —Cómputo del tiempo.

sábado, 12 de febrero de 2022

MEDITACIÓN SOBRE LA PRESENCIA DE DIOS


 



I. Almas justas, Dios os ve cuando sufrís; ve vuestros combates y vuestras victorias; ¡qué consuelo en vuestras aflicciones! ¿Qué soldado no se expondría a la muerte bajo la mirada de su rey? Cuando gimo, cuando me impaciento, Dios me ve; ¿me atrevería a cometer esta cobardía en presencia de un hombre honrado? No basta que Dios me vea, es preciso que esté siempre presente a mi espíritu.

 

II. No solamente ve Dios nuestras aflicciones, sino que es Él quien nos las envía o quien permite que las tengamos. No te irrites, pues, contra la mano de tu perseguidor, ni te impacientes en tus enfermedades: Dios quiere que ellas te aflijan. En adelante recibe con entera resignación todos los males que te envíe, y dile a Dios con Jesús: ¡Padre mío, que se haga vuestra voluntad y no la mía!

 

III. Dios recompensará estos sufrimientos; si es su espectador lo es solamente para ser, Él mismo, la recompensa. “Yo seré –dice Él– vuestra recompensa”. Él será quien enjugue tus lágrimas; invócalo en la aflicción. Él consoló a Santa Eulalia y a tantos otros mártires en sus suplicios; Él colmaba de gozo a Job en su estercolero. Ten presente en tu espíritu, en tus sufrimientos, este pensamiento: Dios ve mis sufrimientos, Dios los recompensará; y tus dolores se disiparán, crecerá en ti el valor. Tienes a los ángeles y al Señor de los ángeles como espectadores en las luchas que sostienes contra el demonio (San Efrén).

 

El recogimiento.

Orad por los muertos.


Santa Eulalia, virgen y mártir. — 12 de febrero. (+ 304)

 




   Al tiempo que el presidente Daciano entró en Barcelona para hacer carnicería de los cristianos, vivía retirada en una heredad de sus nobles padres una santa doncella de edad de trece años, llamada Eulalia, virgen hermosísima, y abrasada del amor de Jesucristo, a quien ya había consagrado su pureza virginal.

   Vino a su noticia la crueldad de Daciano, y fué combatida en su corazón de dos contrarios afectos: de tristeza y alegría; de tristeza, porque temía que algunos cristianos flacos no desmayasen en la fe por temor de tan rigurosos tormentos; de alegría, porque deseaba morir por Cristo y juzgaba que era llegado el tiempo en que Dios le quería hacer tan gran merced. Y con este fervor y deseo del martirio, movida del Señor, se salió secretamente de casa de sus padres y se fué al tribunal del juez para reprenderle de la tiranía y crueldad que usaba con los cristianos. Asombróse Daciano al ver una niña como aquella, y oír su reprensión; pero volviendo luego en su acuerdo juzgó que se hallaba ya en uno de aquellos trances, más difíciles en que los mismos niños cristianos habían puesto, debajo de sus pies todo el orgullo y poderío de los tiranos de Roma.

   No contestó, pues, con blandas palabras, como merecía la hermosa y tierna Eulalia, sino con grandes y fieras amenazas. ¿Quién eres tú, le dice, que así te atreves a menospreciar las leyes de los emperadores? Respondió la valerosa y candorosa niña: Yo soy Eulalia, sierva de Jesucristo Hijo de Dios, al cual se debe toda reverencia y adoración, y no a los ídolos vanos. Rugió de coraje el presidente, y quería ver decapitada de un solo golpe a la que así ha hablaba, pero no le estaba bien tomar venganza en aquella débil criatura, y ordenó, que atadas las manos fuese conducida a la cárcel para ver si podían rendirla allí con un cruel castigo de azotes.


   Desnudan, pues, el cuerpo virginal de aquella blanca paloma de Jesucristo, y con bárbara crueldad descargan sobre ella repetidos y fieros golpes hasta dejarla toda bañada en sangre. Pero Eulalia ni se queja ni da un solo gemido, ni muda siquiera el semblante apacible y sereno. Tienden luego aquel santo cuerpecito en el potro y lo atormentan con uñas de hierro, con hachas ardientes, con aceite hirviendo, con plomo derretido y con cal viva. Pusiéronla después en una cruz, y aun en este ignominioso suplicio prevaleció la santa virgen y dejó confusos a los verdugos y al tirano. Finalmente, después de haber sido paseada por la ciudad para espantar con su vista a los cristianos, fué degollada en el campo, donde los cristianos la hallaron por la noche cubierta de nieve, y la sepultaron honoríficamente.

 

   Reflexión: Dígame quienquiera que esto leyere, ¿de dónde le vino a la santa niña tan maravillosa e invencible constancia? Las niñas tiemblan, las niñas se estremecen a la sola vista o imaginación de tales horrores. Claro está: pertenecen al sexo débil y son lo más débil de su sexo. Confiese, pues, todo hombre de sano juicio, que aquí hay un prodigio estupendo de la virtud de Cristo, el cual escogió a una flaca criatura como Eulalia, para hacer ostentación de su fortaleza soberana contra los más poderosos enemigos de su santo Nombre.

 

   Oración: Suplicámoste, Señor, nos concedas el perdón de nuestros pecados por la intercesión de la bienaventurada virgen y mártir Eulalia, que tanto te agradó, así por el mérito de su castidad, como por la ostentación de tu infinito poder. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

 

FLOS SANCTORVM – Año 1949

viernes, 11 de febrero de 2022

MEDITACIÓN SOBRE CÓMO ES PRECISO SOPORTAR LAS ENFERMEDADES


 


I. La enfermedad es un presente de Dios que, a menudo, nos es más útil que la salud. Dios tiene sus designios cuando nos envía una enfermedad: quiere castigarnos por nuestros pecados, o apartarnos de ellos, o bien ejercitar nuestra paciencia y darnos ocasión de adquirir méritos. Si seriamente buscases la razón de tus sufrimientos, encontrarías que Dios quiere acosarte para que renuncies a tus vicios y lleves una vida más santa. No nos quejemos de nuestras enfermedades, ellas pueden ser para nosotros fuente de grandes virtudes (Salviano).

 

   II. Sufre pacientemente los dolores de tu enfermedad, súfrelos de buena gana y por el amor de Dios. Mas, como Dios te impone el deber de velar por tu salud, recurre a los medios humanos. Sigue las prescripciones del médico y obedece a los que te cuidan. El que sufre tiene muchas ocasiones de practicar la virtud: aprovecha diligentemente estas ocasiones.

 

   III. No murmures, no te impacientes; persuádete de que estás en tu lecho como en una cruz, y mira con qué paciencia sufrió Jesús en la suya. Para imitarlo, piensa en todos los pobres enfermos abandonados y en los suplicios de las almas del purgatorio; y recuerda que en las adversidades y en los sufrimientos es donde se reconoce al hombre virtuoso. En la adversidad, el pecador se queja y su impaciencia se derrama en blasfemias; el justo sufre con paciencia (San Cipriano).

 

La paciencia.

Orad por los enfermos


jueves, 10 de febrero de 2022

MEDITACIÓN SOBRE SAN BENITO Y SANTA ESCOLÁSTICA

 








I. ¡Oh, cuán hermosa es la fraternidad fundada sobre el amor de Dios más aún que sobre la comunidad de la sangre! ¡Cuán bueno, cuán agradable es habitar en común, cuando la amistad está sellada con la misma fe, las mismas esperanzas y el mismo amor! ¡Cuán dulces son las conversaciones que tienen como tema a Dios! Hagamos reinar entre los nuestros esta amistad santa, tan provechosa para el alma. Que las alegrías del cielo, y no las vanidades de la tierra, sean la materia de nuestras conversaciones, y contribuiremos a hacernos unos a otros, mutuamente, dichosos en este mundo y en el otro.

 

II. San Benito se queja a su hermana de impedirle el regreso a su monasterio. “Que Dios te perdone –le dice–; ¿qué has hecho, hermana mía?” “Te pedí una gracia –le responde ella– y me la rehusaste; me dirigí a Dios y Él me ha escuchado”. Por buenos que sean nuestros parientes, Dios es mucho mejor aún. Cuando vuestra madre os olvidare –nos dice Él mismo–, Yo no os olvidaré. Pedid y recibiréis –nos dice Jesucristo–. Todo lo que pidiereis a mi Padre en mi nombre, Él os lo concederá. Reanimemos, pues, nuestra confianza; si nada obtenemos, es porque nos falta confianza.

 

III. Dios no sólo oye las oraciones de los que lo aman, sino aun los deseos de sus corazones. Santa Escolástica ni una palabra pronuncia; esconde su cara entre las manos para llorar; y, cuando levanta su frente, ha sido ya escuchado su deseo. Si queremos que nuestros anhelos sean acogidos por Dios, no tengamos, como nuestra santa, sino deseos puros. Si desea ella tener consigo a su hermano por más tiempo, es para hablar con él de las cosas del cielo. Oh Señor, poned en nuestros labios oraciones dignas de un cristiano, y dad a nuestros corazones deseos que podáis satisfacer.

 

La caridad en nuestras relaciones con el prójimo.

Orad por vuestra familia.


miércoles, 9 de febrero de 2022

MEDITACIÓN SOBRE LAS ENFERMEDADES.


 


I. Si padeces alguna enfermedad, recuerda que Dios te la envía para ejercitar tu paciencia; convierte en mérito el sufrir con resignación lo que no puedes evitar, hagas lo que hagas. Tus murmuraciones, tus impaciencias, no harán sino irritar tu mal y volverte desagradable a los demás y a ti mismo. ¿Cómo te conduces en tus enfermedades?

 

II. Sufre por amor a Jesucristo los dolores que te envía; son los dones y presentes que hace a sus amigos. Ofrécele todo lo que sufres; dile: “Señor, aumenta mi dolor, pero aumenta mi paciencia”. Piensa en lo que han sufrido los santos por Jesús; piensa en lo que Jesús ha sufrido por ti; pon tus ojos en su cruz, muy liviana te parecerá la tuya, y dirás: ¿Qué son estos sufrimientos en comparación de los de mi Dios?

 

III. Piensa en los suplicios del infierno que has merecido por tus faltas; este pensamiento te hará encontrar agradables tus dolores y te impedirá recaer en tus pecados. ¡Dios mío, soportaré tormentos mucho más crueles, si me prolongáis la vida para darme tiempo de hacer penitencia! Si no puedo soportar sin gemir un dolor tan breve, acompañado de todo el alivio posible, ¿cómo podría aguantar las penas del infierno? Los dolores sin fin de la otra vida pueden ser redimidos en ésta (San Euquerio).

 

La devoción a los Santos.

Orad por los enfermos.


Santa Apolonia, virgen y mártir, — 9 de febrero. (+ 252)



 



   Fué santa Apolonia de la ciudad de Alejandría, y vivió toda su vida virgen, con gran recato, modestia y ejemplo. Estaba en aquella ciudad un mago o hechicero, cruelísimo enemigo de los cristianos, el cual, por instigación del demonio comenzó a mover a todo el pueblo para que defendiese su antigua religión y culto de sus falsos dioses, y persiguiese y quitase de sobre la faz de la tierra a los cristianos que la impugnaban y traían, al mundo una nueva y extraña religión y predicaban que un hombre crucificado era Dios. Fueron las palabras de este mago como centellas de fuego que cayeron como sobre yesca seca en los corazones de aquella gente idólatra y perdida, y así los encendió de tal manera que luego entraron en las casas de los cristianos, robando todo lo rico y precioso que había en ellas, y quemando lo que no era tal y atormentando y matando con atroces géneros de muerte a muchos cristianos que hubieron a las manos, entre los cuales fué una Santa Apolonia, virgen, que era ya anciana de edad y de grandes y admirables merecimientos, y muy respetada, en aquella ciudad.  Quisieron persuadirla que negase la fe de Cristo y sacrificase a los dioses; y como la santa estuviese constante y firme, le dieron muchos golpes y le quebrantaron las mejillas, y con gran violencia y furor le arrancaron todos los dientes, y habiendo  hecho una grande hoguera, la amenazaron que la quemarían viva, si no blasfemaba de Cristo.


 

Entonces la santa se detuvo un poco y recogió su alma, e hizo oración al Señor, y encendida de su amor y de aquel fuego divino con que estaban abrasadas sus entrañas, con particular instinto e impulso de Dios, sin el cual lícitamente no lo pudiera hacer, corriendo se arrojó en el fuego, del cual fué consumida, quedando espantados los gentiles por ver que la santa había sido más pronta en tomar la muerte, que ellos en querérsela dar. Sucedió este martirio siendo Papa San Fabián, y Filipo emperador, y lo escribió San Dionisio Alejandrino en una de sus epístolas, que refiere Eusebio Cesariense en su Historia eclesiástica.

 

   Reflexión: Casi desde el mismo tiempo en que la fervorosa mártir Santa Apolonia dió la sangre y la vida por amor de Cristo, comenzaron los fieles a implorar su protección en muchas enfermedades, y señaladamente los que padecían dolores de muelas o de cabeza. Si adolecieres de semejantes males, acude con gran confianza a la santa, haciéndole la siguiente oración que se lee ya en el Breviario antiquísimo de la iglesia de Colonia: “Oh Dios, por cuyo amor la bienaventurada virgen y mártir santa Apolonia sufrió con tanta constancia; que le arrancasen todos los dientes, suplicámoste nos concedas que todos aquellos que imploraren su intercesión, sean libres de males de dientes, y de cabeza, y después de las miserias de este destierro, les otorgues la gracia de que arriben a los gozos eternos de la patria celestial. Por Nuestro Señor Jesucristo, Hijo vuestro, que siendo Dios, vive y reina con Vos en unidad del Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén.”

 

   Oración: Señor Dios, que experimentaste la constancia singular de la bienaventurada virgen y mártir tuya, Santa Apolonia, cuando le arrancaron con horrible sufrimiento todos los dientes y muelas de su boca virginal, y quisiste que triunfase de la misma impiedad por medio del fuego, concede que los que reverenciamos y hacemos memoria de su sagrado martirio, seamos libres de los dolores del cuerpo y enfermedades del alma. Por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.

 

FLOS  SANCTORVM

de la familia cristiana.

Editorial Santa Catalina (1949)

 

Nota de Nicky Pío: En la versión electrónica de este libro, que se puede descargar en internet, falta la vida de esta santa y mártir. Como tengo el libro físico, pude publicar esta parte faltante en el libro digital.


lunes, 7 de febrero de 2022

MEDITACIÓN SOBRE LA ORACIÓN


 


I. Es preciso rezar a Dios varias veces durante el día, pero sobre todo por la mañana al levantarse, y por la noche antes de acostarse. Asimismo sería menester rezar a Dios en todos los momentos del día, porque a cada momento recibimos beneficios del cielo. ¡Encontramos tantas coyunturas para hablar a los hombres, y no las hallamos para hablar a Dios! ¿Cuántas veces por día rezas a Dios? Examínate, humíllate, determina el tiempo que quieres consagrar a la oración, y sé fiel a la resolución que hayas adoptado.

 

II. Dices que tienes muchas ocupaciones que te impiden dedicarte a orar como quisieras; te respondo con San Gregorio: “Cuanto más agobiado estés de trabajo, más debes orar, porque tienes necesidad del auxilio del cielo para hacerlo bien y para no pecar en las ocasiones en que te encontrares. Consulta a Dios en todas tus empresas; pídele sus luces y sus auxilios, y tendrás éxito”.

 

III. Si te falta tiempo para tus ejercicios de piedad, sigue el consejo de Jesucristo: Vigilad y orad. Quítale una media hora a tu sueño, no te molestará; tantos lo hacen, y cumplen con sus deberes de estado tanto o mejor que tú. Con tanta frecuencia trasnochas para divertirte, o para ocuparte de tus negocios; quita algo a esas ocupaciones que te amargan la vida y que no te dejan tiempo para pensar en Dios. Desecha todo lo que te hace la vida presente corta para el trabajo y larga para el dolor (San Euquerio).

 

La oración.

Orad por el acrecentamiento de la devoción.


domingo, 6 de febrero de 2022

MEDITACIÓN SOBRE LA CASTIDAD REPRESENTADA POR LA ROSA

 




I. Considera las rosas que trae el ángel a Dorotea; descubrirás en ellas tres cualidades que debe poseer una virgen para conservar la pureza. El color de la rosa es el pudor, y el pudor es el compañero de la virtud. ¿Quieres ser casto? Ten pudor; él guarda las murallas de tu corazón. Huye de los lugares donde se ven o se oyen cosas capaces de herir la pureza y de avergonzar a la virtud.

 

II. Tiene la rosa sus espinas, que punzan a todos los que se le aproximan, nobles o ricos, rústicos o pobres. ¡Qué gran lección para una virgen! Siempre debe conservar una circunspección y una severidad que aparten de ella a las personas de vida desordenada; nunca debe complacerse en palabras, ni en actos, por mínimamente deshonestos que sean. Además, las espinas son emblema de la mortificación, y la mortificación es la salvaguardia de la pureza del cuerpo y del alma. Sin ella, imposible conservarse puro.

 

III. La rosa se eleva hacia el cielo, como para decir que sólo tiene belleza y amor para Dios, y que de Él espera el rocío y la luz necesarios para su conservación. Almas castas, pedid a Dios la pureza, no os fiéis de vosotras mismas; si Dios no os la concede, inútiles son vuestros cuidados y austeridades. Aprended de esta flor, vírgenes consagradas a Dios, que no debéis tener belleza sino para agradar a Dios, ni amor sino para Él. Que las vírgenes no busquen otra cosa que agradar a Dios, porque de Él solo esperan la recompensa de su virginidad (San Cipriano).

 

La confianza en Dios.

Orad por vuestros amigos.