sábado, 5 de noviembre de 2022

MEDITACIÓN SOBRE CÓMO DEBEN USARSE LAS GRACIAS DE DIOS

 




I. Dios da a todos los hombres gracias suficientes para salvarse, si ellos quieren aprovecharlas; pero los cristianos reciben muchas más que los otros. Agradece a Dios estas gracias, sobre todo la de tu vocación al cristianismo, que es la fuente de gran número de otras, y sabe que serás castigado más severamente que los paganos, si no sacas provecho de las gracias que Dios te concede tan generosamente.

Tanto más graves son nuestros pecados cuanto más abundantes fueron en nosotros las gracias (San Cesáreo).

 

II. Abusase de la gracia cuando se resiste a sus inspiraciones, se aplaza el obedecerla, o se rehúsa escuchar lo que nos dice en el fondo del corazón. Escucha la voz de Dios que te habla; para oírla, huye del ruido del mundo, calma las tempestades que las pasiones excitan en tu alma, obedece sin tardanza.

Camina mientras tienes luz y no remitas tu conversión a la hora de la muerte.

 

III. Recompensa de los que aprovechan las gracias de Dios es recibir otras mayores; como castigo de los que de ellas abusan es ser privados de las que les estaban destinadas. ¡Ten cuidado!, la gracia que desprecias será, acaso, causa de tu reprobación. No has querido trabajar por tu salvación cuando lo podías; vendrá la muerte y te quitará la posibilidad de hacer algo por tu alma.

Justo castigo del pecado es no poder ya practicar la virtud después que se ha rehusado hacerlo cuando se podía (San Agustín).

 

Respetar a los eclesiásticos. Orad por los sacerdotes.


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