Margarita María nació
el 22 de julio de 1647 en la aldea de Lhautecour en la Borgoña francesa.
Destinada por Jesucristo para dar a conocer su Corazón a los hombres, la llenó,
ya desde el comienzo de su vida, de gracias singulares y le infundió gran
horror a toda imperfección, y una inclinación tan vehemente a la pureza que
repetía constantemente: «Dios mío, os
consagro mi pureza y hago voto de castidad.» Llevóla Dios por el camino del
dolor, de modo que toda su vida la pasó en padecer y en amar a Jesucristo. Muerto
su padre, cuando ella tenía cuatro años, sufrió la escasez y la humillación por
haberse encargado del gobierno de su casa a personas extrañas. Las cuales en
todo se opusieron a que abrazara la vida religiosa que finalmente logró,
entrando en el monasterio de la Visitación de Paray-le-Monial en 1671, en el
cual, el 25 de agosto tomó el hábito y a 6 de noviembre de 1672 profesó.
Siempre obedientísima, y mortificada, anduvo por caminos tan levantados que no
poco dudaron primero la maestra de novicias en concederle los votos, y hechos
estos, las superioras que se sucedieron Madres Saumaise y Greyfié en entender
que era espíritu de Dios el que la guiaba. A este fin la sujetaron a todo
linaje de contradicciones, desaires y severidad de trato. En el que tenía con
Dios eran las visiones, éxtasis y comunicaciones diarias continuas y extraordinarias.
En estas angustias proporcionóle el Señor el auxilio del P. Claudio de la
Colombiere. Preparada ya Margarita, el 27 de diciembre de 1673, fiesta de san
Juan Evangelista, el divino Maestro le encargó comunicar a los hombres la ardiente
caridad de su Corazón Sagrado hacia ellos. En la segunda revelación que fué el
año siguiente, le exigió la comunión del primer viernes de cada mes y una hora
de oración en la noche del jueves al viernes; y en 13 de junio, día de Corpus
de 1675 tuvo lugar la célebre revelación en la que le pidió que en el primer
viernes después de la octava de Corpus, se dedicara una fiesta a su Corazón
divino en la que se comulgase en reparación de las injurias que especialmente
recibía estando de manifiesto en los altares. Margarita maestra de novicias, consagró
éstas al Sagrado Corazón. Fué grande la perturbación en el convento por
semejante novedad. Contra toda clase de obstáculos fué tan evidente y poderosa
la acción de Jesucristo, que la imagen de su Corazón fué puesta en el coro y se
le edificó una capilla que fué inaugurada y bendecida el 7 de setiembre de 1688
en que toda la comunidad se consagró al Sagrado Corazón. Llegó el momento en
que la fuerza de los dolores y del amor intenso a Jesús desató a Margarita de
los lazos de la carne y su alma voló a los brazos de Jesús el 17 de octubre del
año 1690," cuando contaba 43 años de edad. Canonizóla Benedicto XV el 13
de mayo de 1920.
Reflexión: Por aquí te persuadirás de que es absolutamente necesario para salvarse
y santificarse conocer, amar y servir a Jesucristo, y pura ilusión creer que se
puede ir al cielo sin guardar las leyes y preceptos que Él nos ha impuesto. Y porque
nos ha dado un medio eficaz para salir de la frialdad espiritual y vencer las
tentaciones por medio de la devoción al Sagrado Corazón, muy responsable será delante
del divino juez el que no se salva, de no haber acudido a tiempo al Sagrado
Corazón de Jesús.
Oración: Señor mío Jesucristo que
maravillosamente revelaste a la bienaventurada virgen Margarita los escondidos tesoros
de tu Corazón, concédenos, por los méritos e imitación de ella que, amándote en
todo y sobre todo, merezcamos morar perennemente en tu propio Corazón. Así sea.
FLOS
SANCTORVM
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