ES CÓMO EL HUEVO DE LO QUE SERÍA "LA CRUZ PARTIDA"
FÉRURLA DE LOS PÁPAS PABLO VI HASTA EL PAPA ACTUAL.
CRUZ PARTIDA.
Lo que de verdad me
preocupa cómo fiel católico respecto del satanismo, no son aquellas palabras de
Charles
Baudelaire “El mejor truco que el diablo inventó fue convencer al mundo de que
no existe”. Leí en libros principalmente del siglo XIX Y XX, donde probados autores católicos, ya expresaban su
preocupación por el avance del satanismo dentro de la Iglesia. Hoy el hombre
llego a un punto tal “que ya nisiqueira
es capaz de reconocer lo sagrado” y es por ello que festeja lo diabólico.
Ya Dios no está en sus corazones, y menos la Virgen María. Sino miren la
realidad, cómo un católico se siente a rezarle a una imagen del diablo sin
ningún problema dentro de una Capilla Católica. El punto que muchos autores ya
nos previnieron está llegando. Se lo vió claramente en los dos últimos pesebres del Vaticano y ni hablar de la
PACHAMAMA (demonio del inframundo) y
su ritual satánico. El hombre está tomando (usurpando) por incitación del
demonio y sus secuaces acá en el la tierra, el lugar que sólo le corresponde a Dios. Hay
católicos que son conscientes de esto, pero son los menos. Está escrito, no hay
marcha atrás, el hombre ya perdió la fe y con ello el sentido de la fe. La
consecuencia de la apostasía es una sóla, la preparación del camino, de aquel
que conocemos cómo el Anticristo. ¿Nicky Pío exagera como siempre? Entonces
veamos que nos dice el PAPA. S.S. San Pío X.
San Pío X, E Supremi Apostolatus
(fragmento)
Ciertamente,
al hacernos cargo de una empresa de tal envergadura y al intentar sacarla
adelante Nos proporciona, Venerables Hermanos, una extraordinaria alegría el
hecho de tener la certeza de que todos vosotros seréis unos esforzados aliados
para llevarla a cabo. Pues si lo dudáramos os calificaríamos de ignorantes,
cosa que ciertamente no sois, o de negligentes ante este funesto ataque que
ahora en todo el mundo se promueve y se fomenta contra Dios; puesto que
verdaderamente contra su Autor se han amotinado las gentes y traman las
naciones planes vanos (Ps 2,1); parece que de todas partes se eleva la voz de
quienes atacan a Dios: Apártate de nos otros (Job 21,14). Por eso, en la
mayoría se ha extinguido el temor al Dios eterno y no se tiene en cuenta la ley
de su poder supremo en las costumbres ni en público ni en privado: aún más, se
lucha con denodado esfuerzo y con todo tipo de maquinaciones para arrancar de
raíz incluso el mismo recuerdo y noción de Dios.
5.
Es indudable que quien considere todo esto tendrá que admitir de plano que esta
perversión de las almas es como una muestra, como el prólogo de los males que
debemos esperar en el fin de los tiempos; o incluso pensara que ya habita en
este mundo el hijo de la perdición (2Th 2,3) de quien habla el Apóstol. En
verdad, con semejante osadía, con este desafuero de la virtud de la religión,
se cuartea por doquier la piedad, los documentos de la fe revelada son
impugnados y se pretende directa y obstinadamente apartar, destruir cualquier
relación que medie entre Dios y el hombre. Por el contrario -esta es la señal
propia del Anticristo según el mismo Apóstol-, el hombre mismo con temeridad
extrema ha invadido el campo de Dios, exaltándose por encima de todo aquello
que recibe el nombre de Dios; hasta tal punto que -aunque no es capaz de borrar
dentro de sí la noción que de Dios tiene-, tras el rechazo de Su majestad, se
ha consagrado a si mismo este mundo visible como si fuera su templo, para que
todos lo adoren. Se sentara en el templo de Dios, mostrándose como si fuera
Dios (2Th 2,4).
6.
Efectivamente, nadie en su sano juicio puede dudar de cuál es la batalla que
está librando la humanidad contra Dios. Se permite ciertamente el hombre, en
abuso de su libertad, violar el derecho y el poder del Creador; sin embargo, la
victoria siempre esta de la parte de Dios; incluso tanto más inminente es la
derrota, cuanto Con mayor osadía se alza el hombre esperando el triunfo. Estas
advertencias nos hace el mismo Dios en las Escrituras Santas. Pasa por alto, en
efecto, los pecados de los hombres (Sg 11,24), como olvidado de su poder y
majestad: pero luego, tras simulada indiferencia, irritado como un borracho
lleno de fuerza (Ps 77,65), romperá la cabeza a sus enemigos (Ps 67,22) para
que todos reconozcan que el rey de toda la tierra es Dios (Ps 46,7) y sepan las
gentes que no son más que hombres (Ps 9,20).
7. Todo esto, Venerables Hermanos, lo mantenemos y lo esperamos con fe cierta Lo cual, sin embargo, no es impedimento para que, cada uno por su parte, también procure hacer madurar la obra de Dios: y eso, no solo pidiendo Con asiduidad: Álzate, Señor , no prevalezca al hombre (Ps 9,19), sino -lo que es más importante- con hechos y palabras, abiertamente a la luz del día, afirmando y reivindicando para Dios el supremo dominio sobre los hombres y las demás criaturas, de modo que Su derecho a gobernar y su poder reciba culto y sea fielmente observado por todos.
(…)
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