domingo, 22 de mayo de 2022

EL ROSARIO ORACIÓN SUBLIME (ejemplos) – Por San Luis María Grignion de Montfort.

 




   Evita cuidadosamente el imitar la obstinación de aquella devota de Roma de quien tanto hablan Las maravillas del rosario. Era persona tan piadosa y ferviente, que con su vida santa confundía a los religiosos más austeros de la Iglesia de Dios.

   Quiso consultar a Santo Domingo. Confesóse con él. Impúsole el Santo como penitencia rezar un rosario, y le aconsejó que lo rezara todos los días. Excusóse ella diciendo que tenía todos los días sus ejercicios ya programados: cada día ganaba las indulgencias de las estaciones de Roma, llevaba cilicios, tomaba disciplina varias veces por semana y hacía tantos ayunos y mil otras penitencias. El Santo la volvió a exhortar a seguir su consejo. Pero ella se negó a ello, y salió del confesonario casi escandalizada del proceder del nuevo director, que quería hacerle aceptar una devoción contraria a su gusto.

   Hallándose cierto día en oración y arrebatada en éxtasis, vio a su alma obligada a comparecer ante el Juez supremo. San Miguel colocó en un platillo de la balanza todas sus penitencias y oraciones, y en el otro sus pecados e imperfecciones. El platillo de las buenas obras subía sin lograr equilibrar al otro. Alarmada, imploró misericordia. Dirigióse a la Santísima Virgen, abogada suya, quien dejó caer en el platillo de las buenas obras el único rosario que por penitencia habia rezado. Este pesó tanto que equilibró el peso de los pecados con el de las buenas obras. La Santísima Virgen la reprendió al mismo tiempo por no haber seguido el consejo de su servidor Santo Domingo de rezar el santo rosario todos los días. Al volver en sí, corrió a arrojarse a los pies de Santo Domingo. Contóle lo ocurrido, pidióle perdón de su incredulidad, prometió rezar todos los días el santo rosario y llegó por este medio a la perfección cristiana y a la gloria eterna.

 

Alma piadosa, aprende, pues, cuál es la eficacia, valor e importancia de la devoción del santo rosario y la meditación de sus misterios.

 

   ¡Quién más elevada en oración que Santa Magdalena, a quien los ángeles transportaban al cielo siete veces al día y que había estado en la escuela de Jesucristo y de su santísima Madre! Sin embargo, cuando pidió a Dios un medio eficaz para adelantar en su amor y llegar a la más alta perfección, el arcángel San Miguel vino a decirle de parte de Dios que no conocía otro distinto de considerar ante una cruz —que colocó a la entrada de su cueva— los misterios dolorosos que ella había contemplado con sus propios ojos.

   Que el ejemplo de San Francisco de Sales —ese gran director de almas espirituales en su tiempo— te estimule a hacerte socio de una cofradía tan santa como la del Rosario. Pues, no obstante ser santo, hizo voto de rezar el rosario completo todos los días de su vida.

   San Carlos Borromeo lo recitaba, igualmente, todos los días y lo recomendaba con insistencia a sus sacerdotes, a sus seminaristas y a todo su pueblo.

   San Pío V, uno de los papas más eminentes de la Iglesia, rezaba todos los días el rosario. Santo Tomás de Villanueva, arzobispo de Valencia; San Ignacio, San Francisco Javier, San Francisco de Borja, Santa Teresa, San Felipe Neri y muchos otros grandes hombres que no menciono se distinguieron por esta devoción. ¡Sigue sus ejemplos! Tus directores quedarán satisfechos, y si los informas de los frutos que puedes sacar de él, se apresurarán a animarte a recitarlo.

 

“EL SECRETO ADMIRABLE DEL SANTÍSIMO ROSARIO”


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