miércoles, 1 de marzo de 2023

EL PECADO MORTAL ES PISAR SOBRE LAS HUELLAS DE SATANÁS — Por un Sacerdote Católico de la “Congregación de la Misión” de nombre anónimo.


 



   Pocas cosas hay tan vergonzosas para el pecador, como al considerar que pecando, sigue las pisadas del demonio. ¡Oh si me fuere dable lector carísimo, hacerte conocer toda la infelicidad de este estado! Para esto, contempla primero al justo, para que puedas apreciar mejor al infeliz pecador. “Al justo, le dice el mismo Dios que bien: como si le dijera; ¡que enhorabuena él nació y que enhorabuena morirá, que todo le sucederá bien! y que ni una sola cosa le sucederá mal; porque él está sin pecado, vive en la amistad de Dios, se llena todos los días de buenas obras, y es el alma feliz que sigue en un todo los vestigios de Jesucristo.”

   Al pecador le dice que mal; “porque tiene los pecados los vicios y los crímenes; tiene a maldición de Dios y tiene la fatal gloria, de que brillen en su alma los vestigios del diablo.”

   Por esto no tiene el pecador ni la paz, ni la, tranquilidad, ni la mansedumbre, ni la unión con Dios; así como tiene la soberbia, y la inquietud, y la ira y la cólera. Oh terribles efectos los del pecado mortal. ¡Oh desgracia lamentable la del pecador! Cuando pecamos, seguimos a Satanás; y cada paso es un emponzoñar el alma, y las potencias, el cuerpo y los sentidos, el corazon y los afectos: es un envenenar la lengua, para que profiera palabras lascivas, la memoria, para que se alimente de malos recuerdos, y las entrañas, para que solo conciban monstruos de iniquidad.

   ¡Ah lo diré¡ Examina tus obras de pecado alma carísima, y las verás que son como las operaciones del demonio. ¿Y por qué pecaste? ¿Acaso ignorabas lo que es el pecado? No lo ignorabas, sí lo sabias; y no obstante, lo cometiste: por esto tu pecado te hizo más criminal, porque lo hiciste con entero conocimiento de qué obrabas como el demonio.

    De lo dicho debes inferir la necesidad de la penitencia: y que debes hacerla desde este momento, para que haciéndola desde ahora logres un absoluto perdón: y no padezcas eternamente.

 

“DE LA NECESIDAD DE LA PENITENCIA”

Año 1867.

 


No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.