Educan a
los judíos en la idea de ser ellos unos superhombres que de ninguna manera
deben mezclarse para nada con esos rebaños de que forman parte las demás
naciones. Estas
teorías, gracias a la educación recibida en las escuelas públicas o secretas y
en el seno de la familia, hacen concebir a los judíos su superioridad sobre
todos los demás hombres. Han llegado
hasta divinizarse ellos mismos considerándose, de derecho, los hijos de Dios.
Este aislamiento de la raza judía se ha
mantenido también por el sistema del “Kaghal”
(Comentario de Nicky Pío: Recomiendo la lectura del KAHAL ORO de HUGO WAST, allí también se nombra a la serpiente simbólica, podrán leer mucho otras cosas más, por ejemplo
entenderán porque los países más ricos en recursos naturales se mueren de
hambre, o porque los que trabajan honestamente terminan quebrando en sus
empresas, sobre todo los que trabajan el campo, y los que nada hacen, “literalmente”
se llenan los bolsillos, cómo los bancos, pero no
cualquier banco, sólo los que tienen a Judíos cómo propietarios. Esto no se
enseña en las universidades. Puedo seguir pero ya no sería un comentario. ),
Que les obliga a todos a prestar mutua ayuda a sus semejantes,
independientemente de la asistencia que reciben de las administraciones
autónomas locales de Sión, conocidas con diferentes nombres: Kakhal,
Consistorio, Comisión de asuntos judíos, Despacho de percepción de bonos, etc.
Todas estas administraciones sirven para disimular el Gobierno de Sión a los
ojos de los gentiles. Estos últimos, por su parte, toman con gran calor la
defensa de la autonomía judía, porque la,
consideran como una autonomía religiosa.
Las ideas inculcadas a los judíos, que
anteriormente hemos citado, tienen una influencia considerable sobre su vida
material.
Cuando leemos obras como Kkopain, § I4. p. 1; Eben-Gaezar, § 44, p.
8, XXXVI; Ebamot, 98, XXV; Kotu-bat, 3 b., XXXIV; Sahndrín, 74, XXX;
Kodanschin, 68-a; todas escritas para glorificar a Sión, vemos que en
realidad en ellas nos tratan y nos siguen tratando como si fuéramos animales.
Creen que los pueblos, sus bienes y las vidas humanas les pertenecen y que
pueden deshacerse de ellas como les parezca, y desde luego sin miedo a
ser castigados.
Con arreglo a sus leyes, todos los malos
tratamientos que proporcionan a los gentiles les son perdonados el día de Año
Nuevo, al mismo tiempo que reciben la autorización
para poder cometer los mismos crímenes durante el año que empieza.
Para
evitar el odio sin piedad de la raza contra los otros pueblos, los jefes judíos
han procurado que los gentiles se enteren de algunos de los secretos del Talmud
y de este modo han excitado el antisemitismo. Estas manifestaciones han sido siempre muy
útiles a los jefes de Sión, porque, aparte de que fomentan el odio en el
corazón de los judíos, inspiran en cambio compasión en el corazón de algunos
gentiles, que tan útiles son a nuestra causa, sobre todo los que se conmueven y
compadecen de la triste suerte de un pueblo que, en apariencia, es tratado tan
injustamente. Este sentimiento hace que muchas
personas se interesen por ellos y formen en las filas de los servidores de
Sión.
El antisemitismo, causa de persecuciones
contra los judíos de las clases inferiores, ha permitido a sus jefes el dominar
y sujetar a sus correligionarios; y lo consiguen fácilmente porque tienen el
talento de presentarse en el preciso momento en que parece que son ellos los
que los salvan. Obsérvase que los jefes judíos
nunca han sufrido nada en las convulsiones antisemitas, en lo que se refiere a
sus bienes personales o a su situación oficial en los cargos públicos que
desempeñan. Esto no tiene nada de
sorprendente, puesto que esos mismos jefes lanzan contra los judíos humildes y
pobres, a los sabuesos cristianos y esos mismos sabuesos se encargan de mantener
el orden entre ellos, lo que contribuye a consolidar a Sión.
Las órdenes de esos jefes no tienen más que
un solo objeto; la formación de una unión universal de todos los sionistas,
unión que poco a poco va quitándose el disfraz. Esta unión, según los
sionistas, ha empezado ya a actuar como si fuera un super-Gobierno que dirija
los Gobiernos del mundo entero según su capricho, y en tal forma que los no
judíos no puedan percatarse.
Naturalmente, la principal fuerza de Sión
para sus conquistas, radica en su oro, pero no basta sólo adquirir el oro, es
necesario que progresivamente aumente su valor. El precio elevado del oro tiene
tendencia a que llegue a servir de moneda corriente, y por causa de las disensiones
interiores e internacionales, se va acumulando todo entre las manos de Sión. La
historia de la familia de los Rothschild que ha sido publicada en la Libre
Parole de París lo prueba ampliamente.
La fuerza del capitalismo se estableció por
medio de las crisis hechas bajo la bandera del liberalismo y la protección de
teorías económicas y sociales, manejadas científicamente.
Esta apariencia científica, dada a esas
teorías, ha proporcionado y sigue proporcionando, inmensos servicios a Sión.
La existencia
del escrutinio del voto, ha proporcionado siempre al Gobierno de Sión el
conseguir todas las leyes que pueden ser favorables a sus designios, y para
conseguirlo, echan mano del vino y de la corrupción de las gentes siempre que
sea necesario, así como de una gran parte del populacho siempre que les pueda
ser útil, social o políticamente. Los intelectuales en su miseria, los
liberales cortos de vista y en general, todos los que se asemejan a ellos, han
proporcionado grandes servicios a Sión. Pero a Sión el Gobierno que más le conviene
para sus manejos y del que más provecho puede sacar, es el régimen
republicano, porque es el que proporciona toda
clase de libertades a los anarquistas, que es el ejército de Sión.
Esta es la causa
de la propaganda intensiva del liberalismo que maneja la Prensa adicta a Sión. Esta Prensa calla cuidadosamente el hecho
suficientemente probado de que en una república no existe la libertad
individual, y sí sólo la de las mayorías para oprimir a las minorías, aunque el derecho esté de parte de estas últimas.
Según esto, las mayorías siguen siempre a los agentes de Sión, popularizados
por los anuncios y los artículos de los periódicos, a los que Sión, con el
consejo de Montefiore, sabe gratificar espléndidamente.
Hoy, de una manera inconsciente o voluntaria,
todos los Gobiernos del mundo obedecen las órdenes de ese super Gobierno de vividores
que, en definitiva, es el de Sión. Él es quien
organiza las coaliciones entre esas naciones, de las que es acreedor por sumas
que nunca podrán pagar y que crecerán indefinidamente.
Sión calcula los valores y los bienes, sin
olvidar los territoriales; calcula qué hombres son los que pueden desempeñar
mejor los altos puestos y aquellos que reúnen disposiciones determinadas para
hacerles el reclamo, pone en tutela a aquellos que no le sirven para nada o que
considera indeseables, empleando para ello las denuncias o la astucia. También
suele emplear para ello la Prensa, de la que casi es dueño absoluto.
En nuestros días, para hacer su reclamo,
Sión ha lanzado frases como “ideas del tiempo”, “teorías
de la ciencia”... Sión hace que los hombres triunfen o se
pierdan, por ser el amo de las Bolsas, del comercio y de la diplomacia; Sión
dirige todo para reeducar los pueblos sobre la base del materialismo corruptor
de las almas, de los principios, y del genio del creador. Los partidarios del materialismo transforman a los
hombres en figuras mecánicas, que no ven más que los bienes materiales, y los
convierten, por el afán de lucrarse, en esclavos ciegos y sin voluntad de los
capitales de Sión.
Por ello, estos capitales, gracias al
sistema de deudas gubernamentales, han absorbido todos los de las naciones; y ese Gobierno, privado de sentimientos y lleno de odio
por la humanidad, coloca a todos los no judíos en una esclavitud sin
precedentes.
El fin de la libertad
de los pueblos se acerca y también el de la libertad individual, que no puede existir allí donde
el dinero da el poder a las masas y les permite maltratar a una minoría privada
de toda clase de derechos, aunque ésta sea mucho más digna y mucho más
inteligente. (Comentario de Nicky Pío: Sólo
los recursos económicos ilimitados pueden dar el poder suficiente a una elite,
para privar de libertad al planeta entero. A un poco más de 100 años de estas
explicaciones de Nilus, esa privación de la libertad de los pueblos y de las
personas en forma individual ya es un hecho indiscutible.)
La historia de los Rothschild demuestra que Francia debe su era republicana a
Sión. Ningún diputado francés ha salido adelante si
los votos de sus electores no concordaban con los propósitos del Gobierno
sionista.
¿Qué
le ha ocurrido a la pobre Francia?
¡El
que tenga oídos para oír, que oiga!
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