domingo, 4 de diciembre de 2022

EL GRAN ORIENTE DE LA MASONERIA SIN MASCARA — Por Monseñor George F. Dillon. Título del original: Grand Orient Freemasonry Unmasked — As the Secret Power Behind Communism. Traducción: R. Moss. (I. – DIOS VERSUS EL MAL)


 


I. – DIOS VERSUS EL MAL

     Hablando de las clases trabajadoras, León XIII dice, en su celebrada encíclica Humanum Genus: “Aquellos que se mantienen a sí mismos por medio del trabajo de sus propias manos, aparte de ser, por su misma condición, más dignos que los demás de caridad y consuelo, están también especialmente expuestos a la tentación que ofrecen hombres cuya conducta se basa en el fraude y el engaño. Por lo tanto, deberían los trabajadores ser ayudados con la mayor amabilidad posible, e invitados a formar parte de sociedades que sean buenas, no sea que se trate de atraerlos hacia otras que no lo son”.

     En esto, como en todas las cuestiones de importancia estar advertido es estar doblemente armado, y es especialmente necesario estar advertido cuando tenemos que contender con un adversario que usa del secreto, el fraude y el engaño. Veremos entonces, que todas las organizaciones del ateísmo aparecen al principio, como lo hace su autor, Satán, vestidas con los ropajes de los ángeles de luz, con su malignidad, su infidelidad y sus designios últimos siempre muy cuidadosamente ocultos. Se posan entre todos los fieles, pero más especialmente entre los hombres jóvenes, para seducirlos y arruinarlos, no mostrando jamás, a menos que sean forzados a ello, la pezuña hendida, y empleando un millón dé medios para aparentar lo que no son. Es, por lo tanto, primero de todo, necesario desenmascararlos; y esto es precisamente lo que el Supremo Pontífice pide a los pastores del rebaño universal que lleven a cabo como el mejor medio de destruir su influencia. “Pero”, dice él en la ya citada encíclica “como conviene a nuestra dignidad pastoral que nosotros mismos señalemos el adecuado modo de proceder, deseamos que sea vuestra regla, primero de todo, arrancar la máscara de la francmasoneria y dejar que se la vea como realmente es, y por medio de instrucciones y cartas pastorales enseñarle a la gente cuáles son los artificios usados por sociedades de esta clase para seducir a los hombres y enrolarlos en sus filas, y hacerles ver lo depravado de sus opiniones y la maldad de sus actos”.

     En este extracto el Santo Padre hace mención especial de la francmasonería; pero, recordemos, no sólo de la francmasonería. Habla él de “sociedades secretas”. Estas otras sociedades secretas son una con la francmasonería, no importa bajo qué nombre estén; y son frecuentemente las formas más depravadas de la masonería. Y aunque lo que en Gran Bretaña es conocido como francmasonería pueda no ser tan maligno como lo es su igual en el Continente —aunque pueda tener poca o ninguna influencia sobre la masa de católicos en los países de habla inglesa— veremos aun que como todas las sociedades secretas en existencia es un peligro para la nación y para los individuos, y tiene escondida en sí misma el mismo ateísmo y hostilidad hacia la cristiandad que posee la peor francmasonería continental.

     Estos, el ateísmo y la hostilidad, la francmasonería los desarrolla en los iniciados, en los más altos grados, y los hace manifiestos, a todo el mundo a su debido momento. La verdad es que cada sociedad secreta está planeada y adaptada para hacer de los hombres los enemigos de Dios y de su iglesia, y para subvertir la fe y no hay ninguna, no importa bajo qué pretexto esté fundada, que no caiga bajo el manejo de un directorio supremo que gobierne todas las sociedades secretas de la tierra. El objetivo de  este directorio es desarraigar la cristiandad, y el orden social cristiano, como así también a la iglesia del mundo —es decir, erradicar el nombre de Cristo y la misma idea cristiana de las mentes y de los corazones de los hombres.


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