La Santísima Virgen, en
su Santuario de Fátima no solamente dispensa múltiples gracias curando las
dolencias físicas de quienes fervorosamente acuden a Ella; dispensa también
otro género de gracias, para nosotros de muchos más subidos quilates, gracias
tan necesarias para nuestra salvación.
Estos milagros morales, milagros en sentido
espiritual, son consoladoramente más numerosos que las curaciones instantáneas
de enfermedades materiales. No hay peregrinación en que no se registren varios
de estos milagros morales. Referiremos los principales, extraídos del libro del
Padre Luis G. Da Fonseca, profesor del Instituto Bíblico en Roma.
Fué buscando la salud del cuerpo y halló la
del alma. Un joven de 27 años, muy enfermo, natural de Baixo-Alentejo, jamás en
los años de su vida había entablado relación con sacerdote alguno, siendo por
lo tanto ignorante de toda noción religiosa. Solamente sabía que estaba
bautizado. Oyó decir que en Fátima existía una santa que obraba muchos
milagros. Allá fué en busca de ella, esperando recobrar la salud. En su calidad
de enfermo, fué admitido sin dificultad en el pabellón de los enfermos.
Al ver la multitud de personas que recibían
la comunión, creyó que la Sagrada Hostia era el comprimido milagroso para
alcanzar la salud, y muy ansioso se aproximó a recibirlo. Algunas personas allí
presentes, conociendo la disposición del sujeto, le reprocharon de inmediato:
— ¿Qué
has hecho?... ¿No sabes que no se puede comulgar sin Confesarse y que has
cometido un pecado gravísimo, comulgando en ese estado?
El, dominado de una repentina compunción, se
deshizo en lágrimas, no logrando tranquilizarlo las persuasivas y paternales
frases del sacerdote, que le aseguraba que su pecado, por carecer de malicia,
había sido simplemente material. Terminó el ministro de Dios instruyéndole en
las principales verdades de nuestra santa fe, confesándose muy arrepentido,
dando gracias a la Santísima Virgen, que por su intercesión había logrado la
salud del alma, cuando fué a buscar la del cuerpo.
Se trasladó a otro pueblo donde había
sacerdote para cumplir más asiduamente sus obligaciones cristianas.
“APARICIONES
de la SANTÍSIMA VIRGEN en FÁTIMA”
P.
LEONARDO RUSKOVI´C
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