…Entonces
los demonios comenzaron a gritar:
“¡Oh
enemiga nuestra! ¡Oh ruina y confusión nuestra! ¿Por qué viniste del cielo a
atormentarnos en forma tan cruel? ¿Será preciso que por ti, ¡oh abogada de los
pecadores, a quienes sacas del infierno; oh camino seguro del cielo!, seamos
obligados —a pesar nuestro— a confesar delante de todos lo que es causa de
nuestra confusión y ruina? ¡Ay de nosotros! ¡Maldición a nuestros príncipes de
las tinieblas!
¡Oíd, pues, cristianos! “Esta Madre de
Cristo es omnipotente, y puede impedir que sus siervos caigan en el infierno.
Ella, como un sol, disipa las tinieblas de nuestras astutas maquinaciones.
Descubre nuestras intrigas, rompe nuestras redes y reduce a la inutilidad todas
nuestras tentaciones. Nos vemos obligados a confesar que ninguno que persevere
en su servicio se condena con nosotros. Un solo suspiro que Ella presente a la
Santísima Trinidad vale más que todas las oraciones, votos y deseos de todos
los santos. Ea tememos más que a todos los bienaventurados juntos y nada
podemos contra sus fieles servidores.
Tened también en cuenta que muchos
cristianos que la invocan al morir y que deberían condenarse, según las leyes
ordinarias, se salvan gracias a su intercesión. ¡Ah! Si esta Marieta —así la
llamaban en su furia— no se hubiera opuesto a nuestros designios y esfuerzos,
¡hace tiempo habríamos derribado y destruido a la Iglesia y precipitado en el
error y la infidelidad a todas sus jerarquías! Tenemos que añadir, con mayor
claridad y precisión —obligados por la violencia que nos hacen—, que nadie que
persevere en el rezo del rosario se condenará. Porque Ella obtiene para sus
fieles devotos la verdadera contrición de los pecados, para que los confiesen y
alcancen el perdón e indulgencia de ellos.”
“EL
SECRETO ADMIRABLE DEL SANTÍSIMO ROSARIO”
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