El primer ataque del demonio.
Una de las características
más especiales de la agitada vida del Padre Pío serán los terribles ataques del
demonio. Ya en sus tiempos de seminarista sintió el primero y bastante
asustador. Lo cuenta él de la siguiente manera:
“Era el año 1905. Estaba en el convento de San Elias. Una noche de gran calor no lograba dormir porque en la habitación siguiente a la mía hacían un espantoso ruido como corriendo muebles y armarios de un sitio a otro. Al fin me asomé a la ventana para saber de qué se trataba y vi venirse contra mí un perrazo negro monstruoso, de cabeza enorme y de ojos brillantes como dos llamaradas. Ante que yo pudiera dar un grito de horror se lanzó contra mí pero cayó hacia abajo, sobre techo de la leña a cuatro metros de profundidad. Yo, lleno de pavor, caí de rodillas junto a mi lecho invocando la protección de Dios, de la Santísima Virgen, de San Francisco, de mi Ángel de la Guarde y de los Santos de mi devoción. Al día siguiente averigüé quién había dormido en la habitación contigua a la mía y me dijeron que allí no había habitado nadie durante el último mes”.
“Era el año 1905. Estaba en el convento de San Elias. Una noche de gran calor no lograba dormir porque en la habitación siguiente a la mía hacían un espantoso ruido como corriendo muebles y armarios de un sitio a otro. Al fin me asomé a la ventana para saber de qué se trataba y vi venirse contra mí un perrazo negro monstruoso, de cabeza enorme y de ojos brillantes como dos llamaradas. Ante que yo pudiera dar un grito de horror se lanzó contra mí pero cayó hacia abajo, sobre techo de la leña a cuatro metros de profundidad. Yo, lleno de pavor, caí de rodillas junto a mi lecho invocando la protección de Dios, de la Santísima Virgen, de San Francisco, de mi Ángel de la Guarde y de los Santos de mi devoción. Al día siguiente averigüé quién había dormido en la habitación contigua a la mía y me dijeron que allí no había habitado nadie durante el último mes”.
Ya veremos otras intervenciones diabólicas muchísimo
más terribles contra este santo religioso que tantas, tantísimas almas le
arrebató al espíritu infernal.
PADRE
PÍO (San Pío de Pietrelcina)
Padre
Eliécer Sálesman
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