MEDITAR EL ROSARIO PARA CONSOLAR
Si la meditación permite alimentar nuestra
devoción, también permite consolar a Nuestro Señor y así atraer gracias de
misericordia. Así lo vemos cuando Nuestro Señor tomó el cáliz de su agonía: sus
discípulos ya no estaban con él, se habían dormido. Sin embargo, les había
dicho: “MI ALMA ESTÁ TRISTE, PERMANECED
AQUÍ Y VELAD”.
Nos pide esta presencia, esta vigilia, esta
meditación.
Los niños de Fátima vieron esta tristeza de
Nuestro Señor. Como si lo hubieran visto tomar el cáliz de su agonía. La visión
de esta tristeza de Dios impulsó en ellos el deseo de consolarlo por la
meditación.
A Francisco, que tenía la misión de consolar
a Dios, Nuestra Señora le pide el rezo del rosario. Francisco irá al Cielo,
promete la Señora, pero tendrá que rezar muchos rosarios. Haciéndolo, acompaña
a Nuestro Señor y lo consuela. El “PERO”
de María no debe ser mal interpretado. No significa que Francisco no está tan
bien dispuesto como su hermana o su prima. Significa que como su misión es
consolar a Nuestro Señor, tendrá que rezar muchos rosarios porque la meditación
Lo consuela.
Revista de la Cruzada Cordimariana –– Octubre -2014-
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