miércoles, 22 de noviembre de 2017

Qué anchurosa debe ser la inmensidad de nuestro corazón




   ¡Qué anchurosa debe ser la inmensidad de nuestro corazón, que aun vaciando en él las maravillas todas que Cristo depositó en sus Sagrarios, todavía queda hambriento!

   La Comunión tiene estas dos propiedades: extingue y adormece el afán por las cosas de la tierra y despierta el hambre por las celestiales. El que de veras ha gustado el sabor eucarístico, siente náuseas por cualquier alimento que no sea Cristo.


Padre Fr. Bernardino Izaguirre
De Orden de los Menores.



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