San Tarsicio mártir de la Eucaristía
Desagraviemos a Cristo.
Cuando el mundo le hace una tan cruda guerra,
todas las almas piadosas debemos agruparnos al pie del altar. ¿Para qué? Para desagraviarle con nuestras
fervorosas comuniones, con nuestras adoraciones, con las expresiones de nuestro
más sentido afecto.
Solo subió al Calvario: ¡qué vergüenza para sus discípulos, para los que tantos beneficios recibieron
de sus manos! No le abandonemos nosotros ahora, y si nos tocase morir, muramos
por El.
Padre
Fr. Bernardino Izaguirre
De
Orden de los Menores.
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