viernes, 19 de diciembre de 2025

“El Rosario de Ampére”

 



 

   Arrodillado una vez en una iglesia de París, rezaba devotamente el Santo Rosario el sabio Ampére, el cual a los once años descollaba como matemático y a los diez y ocho había rehecho todos los cálculos de la mecánica analítica de Lagrange, sin que estos profundos estudios le impidiesen aprender como jugando el latín, el griego, el italiano y la botánica. Pero lo que le dio más celebridad fué la invención del telégrafo eléctrico, si bien tardó algo en llevarse a la práctica el principio descubierto por él.

 

   Pues bien; Federico Ozanam, no incrédulo entonces, pero Sí atravesando lo que gráficamente ha llamado el P. Gratry la Crisis de la fe, entró en el templo, y movido por la curiosidad, se adelantó para reconocer a aquel anciano cuya piedad le sorprendía. Calcúlese su sorpresa al descubrir al sabio de quien era entusiasta admirador. Profundamente conmovido, se arrodilló detrás del maestro, y la oración y las lágrimas brotaron a la vez de su corazón. El triunfo fué tan glorioso para la fe, que Ozanam llegó a ser uno de los fundadores de las Conferencias de San Vicente de Paúl. Con frecuencia repetía: «El rosario de Ampére ha hecho más sobre mí que todos los libros y todos los sermones.»

 

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