AL
LECTOR
Las páginas qué siguen no constituyen una “historia” de la Inquisición. Aunque se
expongan en ellas los elementos principales de la trama histórica del famoso
tribunal —su cómo y su porqué—, la
finalidad perseguida es simplemente apologética.
Entendimos en los artículos de Didascalia
—hoy reproducidos en libro— brindar
a los lectores de la revista, esto es, principalmente a los profesores de
religión y a los alumnos universitarios o de la escuela secundaria, una ayuda y
esclarecimiento en las dificultades, con que podían tropezar en manuales,
vulgarizaciones históricas, lecturas literarias, etc., respecto a tan ardua e
interesante como, en general, científicamente desconocida materia.
Con lo dicho se indica que estas cuartillas
no se enderezan a especialistas, ni tienen pretensiones magistrales.
Las dijimos una, “apología” pero esto ha de entenderse despojado de cuanto de
parcial, tendencioso o banderizo puede llevar anejo tal palabra en el lenguaje
corriente. Basados en los autores mejor informados, pretendimos hacer un
estudio serio y sereno. Más que ensayar una defensa o exaltación absoluta de la
Inquisición, quisimos esbozar su “explicación”
o defensa relativa, es decir, la que surge espontáneamente del estudio de las
circunstancias de tiempo y ambiente en que se produjo este fenómeno histórico,
y de la comparación con las otras instituciones de igual o parecido carácter. A
estas finalidades precisas obedecen la elección de los temas y la insistencia
sobre el lado luminoso de la Inquisición. Mucho tiene asimismo valor de
argumento “ad hominem” contra
protestantes, racionalistas, librepensadores, liberales y otros denigradores
sistemáticos del Santo Tribunal. De allí también la alusión frecuente a lo
contemporáneo.
Cuanto antecede está contenido, a nuestro
entender, en el subtítulo de la obra “Esclarecimiento
y cotejo”. Creímos, sin embargo, nuestro deber explicarlo más extensamente
para evitar todo equívoco e impedir se le exijan a estas páginas lo que ellas
no pretenden dar.
Recopilación de artículos periódicos, el
volumen tiene, sin duda, los defectos propios de tal género de publicaciones:
algunas repeticiones, no orden rígido de cuestiones, desproporción relativa de
sus capítulos y un tanto por ciento de contorno y aderezo literario u oratorio.
Pedimos por ellos la benévola consideración del lector.
Aunque, por lo regular, en nuestro ambiente
suele entenderse antonomásticamente por Inquisición a la española, hemos
tratado en estas páginas también de la Inquisición medieval, ya porque ésta
sirvió de inspiración y precedente a aquélla, ya sobre todo, porque, habiendo
sido comunes en general los principios, procedimientos y penas, son comunes las
acusaciones y había de ser común la defensa. No nos hemos ocupado, en cambio, “ex professo” de la Inquisición Romana
o Santo Oficio, aunque lo más de lo escrito puede valer también para ella,
porque no se la suele atacar en conjunto sino más bien en algunos de sus
procesos (Giordano Bruno, Galileo, etc.),
que, Dios mediante, han de ser objeto de otros escritos.
Para completar la obra, hemos añadido —amén de algunos retoques y ampliaciones—
una introducción ideológica someros datos sobre el origen y desarrollo de la
Inquisición, y una breve bibliografía.
Esperamos en Dios que esta colección de
artículos resulte una popularización —¡no
una vulgarización!—, que sea de provecho a cuantos, sin ocios para estudios
especializados, quieran tener una información seria e imparcial sobre el tema
tan debatido del Santo Tribunal de la Inquisición.
El
Autor
Editorial
“APIS” Rosario (Rep. Argentina) Año 1958
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