sábado, 25 de febrero de 2023

MEDITACIÓN SOBRE LA IMAGEN DE DIOS


 


I. El hombre ha sido creado a imagen de Dios: su memoria, su inteligencia y su voluntad son imagen de un Dios en tres Personas. Debes, pues, hacer de suerte que estas tres facultades de tu alma se asemejen lo más posible a su modelo. Para esto, es preciso que la memoria continuamente se acuerde de la omnipotencia del Padre, que la inteligencia considere la sabiduría de Jesucristo, que se hizo hombre para salvar a los hombres, y que la voluntad se abrase toda con el fuego del Espíritu Santo.

¡Que Os ame, oh Dios, que sois la vida de mi alma! (San Agustín).

 

II. El pecado desfiguró enteramente esta imagen de Dios impresa en tu alma y la recubrió con la vergonzosa imagen del demonio, pues el pecador es semejante al demonio y no tiene rasgo alguno de semejanza con Dios. ¿A quién te asemejas tú? ¿Tus acciones no llevan impreso el sello de algún vicio?

 

III. Has de devolver a tu alma su antigua belleza; Jesucristo es el modelo que debes tener continuamente ante tus ojos, a fin de hacerte semejante a Él. Para esto, es preciso tener la corona de espinas en la cabeza, la hiel y el vinagre en la boca, es preciso estar cargado de oprobios, sufrir todo, emprender todo por la gloria de Dios.

Cada uno es el pintor de su propia vida: la voluntad dirige al pincel, las virtudes son los colores, y el modelo es Jesucristo (San Gregorio Niceno).

 

La devoción a las santas imágenes.

Orad por la conversión de los protestantes.


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