domingo, 2 de marzo de 2025

Pensamientos para el mes de San José.


 

   Durante su vida, San José, no se ha preocupado por hacer cosas grandes, sino por cumplir bien la voluntad de Dios, inclusive en las cosas más sencillas y humildes, con mucho empeño y amor.

 

   Enséñame, San José, la prontitud en buscar y realizar la voluntad de Dios, en lo más humilde a los ojos de los hombres, en lo más pequeños a los ojos de los poderosos, y con gran amor a los ojos de Dios.

 

   Por una maravillosa disposición de la divina providencia, San José, tuvo una vida escondida a los ojos de los hombres. Esto nos  puede servir de perfecto modelo a todos los cristianos de vida interior, que en cualquier condición quieren servir fielmente a Jesucristo, y marchar en su seguimiento en el camino de la perfección.

 

   Podemos decir de San José lo que San Ambrosio dijo de la Santísima Virgen: “La vida interior consiste esencialmente en el recogimiento del espíritu, en la vigilancia de todos los afectos del corazón, y en una constante unión con Dios.”

 

   Es la feliz disposición de un alma que, alejada de las cosas externas y sensibles, se ocupa continuamente en los grandes misterios de la fe, y está siempre dispuesta a perfeccionarse en la piedad.

 

   Imitemos a San José...

 

 

 

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