El purgatorio es un lugar de expiación para las
almas de aquellos que, si bien murieron en gracia de Dios, no han satisfecho
enteramente a la divina Justicia.
¿Quiénes van al
Purgatorio? 1)
Los que mueren con pecados veniales. 2)
Los que no han satisfecho en esta vida
la pena temporal merecida por sus pecados. Con la confesión bien echa se
perdonan las culpas graves y la pena eterna, el Infierno, pero no siempre queda
perdonada la pena temporal. Dios, perdonando el pecado mortal, ordinariamente
conmuta la pena eterna en una temporal, que debe pagarse en esta vida Con
penitencias y obras buenas, o en el Purgatorio.
Existencia del Purgatorio.
Niegan la existencia del Purgatorio los
protestantes y otros herejes. Nosotros afirmamos su existencia con los
siguientes argumentos:
Pruebas de fe.
— 1) En el
libro de los Macabeos se lee que, después de una batalla, Judas Macabeo mandó a
Jerusalén doce mil dracmas de plata para que se ofrecieran sacrificios por los
pecados de los que habían muerto en el combate. Esto arguye que, aun después de
muertos, tenían aquello soldados penas que expiar. No pena eterna, porque en el
Infierno no hay redención; luego se habla allí de pena temporal, o sea del
Purgatorio.
A renglón seguido dice
el mismo autor inspirado: Es, pues, santa y saludable obra el rogar por los
muertos, para que sean libres de sus pecados.
Los
protestantes que rechazan el dogma del Purgatorio, han quitado de la Biblia
este pasaje de los Macabeos, o bien dicen que este libro no es inspirado; pero
los judíos y cristianos no dudan de su
inspiración.
2) Testimonio de
Jesucristo. —
Al hablar de los pecados contra el Espíritu Santo, dice qué no se remitirán ni
en este mundo ni en el otro. Con estas palabras da a entender que hay pecados que se remiten en la otra vida, y
que por lo tanto existe Un lugar donde se remiten, a saber el Purgatorio.
Pruébase por la razón,
— Muchos mueren en gracia de Dios, pero con el alma manchada de pecados
veniales o sin haber satisfecho enteramente a la divina Justicia. Estas almas
no pueden ir al infierno porque son amigas de Dios; tampoco pueden ir a la
Gloria porque escrito está: No entrará
en ella ninguna cosa contaminada. (Apoc., XXI, 27). Luego es forzoso que antes
de ir al Cielo pasen un tiempo en lugar de
expiación; luego debe admitirse el Purgatorio.
Penas.
Las
hay de dos clases:
l) La pena del daño,
que consiste en la privación de la vista de Dios: es el mayor dolor de las
benditas ánimas.
2) La pena del sentido, que consiste en el
tormento del fuego que en intensidad es igual al fuego del Infierno. El mismo
fuego, dice un Santo, atormenta al justo y al réprobo.
Las almas sufren estos tormentos con la
mayor resignación; al verse manchadas con el pecado, se avergüenzan de comparecer
ante la presencia de Dios y de sus bienaventurados y voluntariamente se
sumergen en aquellas llamas.
¿Cuánto tiempo duran
esas penas? —
No es igual para todas las almas: depende de la cantidad y gravedad de sus
faltas (veniales), de la mayor o menor penitencia hecha durante la vida en
satisfacción de sus pecados, de los sufrimientos que reciben, etc.
Cómo podemos aliviar a las almas del Purgatorio.
Podemos
aliviar a las benditas ánimas con oraciones, indulgencias y otras buenas obras,
pero sobre todo con la Santa Misa.
Se
llaman sufragios las obras buenas que se hacen en favor de las benditas ánimas
del Purgatorio; dichos sufragios son sólo a manera de suplicas que la divina
Justicia acepta en la medida que cree conveniente; por eso, un alma no siempre
obtiene infaliblemente todos los efectos de los sufragios aplicados a ella
especialmente. En ningún caso resultan inútiles los sufragios, porque si Dios
no los aplica a un alma, los aplica a otra.
La devoción a las benditas almas es
utilísima porque hace practicar muchas obras buenas, causa grande gozo en el
cielo y ayuda en gran manera a conseguir la salvación de quien practica esta
devoción: Nuestro propio interés debe por lo tanto impulsarnos a aliviar esas
almas. En la misma medida que por ellas nos interesamos, se interesaran los
hombres de nosotros cuando nos hallemos en aquel ardentísimo fuego del que muy
pocos se libran.
Indulgencias.
Indulgencias son la remisión de la pena
temporal debida por nuestros pecados, que nos concede la Iglesia fuera del sacramento de la penitencia.
LA RELIGIÓN EXPLICADA (Año 1953)
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