TERCER MEDIO.
LA
FRECUENCIA DE LOS SACRAMENTOS.
El tercer medio es la frecuencia de los
sacramentos de la confesión y comunión.
Por la confesión
frecuente,
se conserva la pureza del alma, y se obtiene no solamente la remisión de los
pecados, sino también un aumento de auxilios, para resistir a las tentaciones.
Ten, pues, a este efecto, tu director
espiritual, confiésate siempre con él, consúltale tus negocios, aun los temporales
de mayor importancia, y obedécele en todo, particularmente si fueres
atormentado con escrúpulos, dudas y ansiedades de conciencia. El que obedece a su confesor, no debe abrigar el temor de
engañarse. Qui vos audit, me audit: (Luc. 10. 16.) La voz del confesores la voz
de Dios.
La comunión es
llamada Pan del Cielo, porque, así como, el pan de la tierra conserva la
vida del cuerpo así también la Sagrada Comunión conserva la del alma. Sin este alimento celestial, como dice el Señor no tendrá
vida en ti. (Ver Job. 6. 54.) Por el contrario, al que hace
frecuentemente uso de él, le promete la vida eterna.
(Ver Job. 6.52) He aquí porque el Santo Concilio de Trento llama a este sacramento “un antídoto que nos libra de los pecados veniales y nos
preserva de los mortales”. (Sess, 13
cap. 2.) Toma, pues, la firme resolución de
comulgar al menos cada ocho días y de no omitir nunca esta devoción por ningún
negocio del mundo, porque no hay negocio más importante que la salvación
eterna. Observa además que cuanto más enredado te halles en los negocios del mundo,
tanta mayor necesidad tienes de gracias; porque estás expuesto a mayores
tentaciones.
“Pequeños tesoros escogidos de San Alfonso María de Ligorio”
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.