Benedicto
XV dijo, en un memorable discurso sobre las virtudes heroicas de Santa
Teresita:
“La infancia espiritual es condición
necesaria para obtener la vida eterna: los fieles de todas las naciones deben
entrar generosamente en el camino por el que Sor Teresa del Niño Jesús alcanzó
el heroísmo de la virtud.”
Las palabras del pontífice no son más que un
eco del Evangelio:
“Si no
os hacéis como niños pequeños, no entraréis en el reino de los cielos.”
La infancia espiritual, según Benedicto XV,
es un camino necesario para la salvación y una condición indispensable para
alcanzar el Cielo. Todo es sencillo en el pequeño sendero que propugna Teresa. ¡Basta con humillarse y amar al Amor! No
todos pueden alcanzar la perfección por los caminos difíciles, duros y
aterradores de los anacoretas y gigantes de la penitencia y la santidad, como
san Hilario, Margarita de Cortona o Simón el Estilita. Es imposible imitar a
estos héroes. Lograrlo requeriría una gracia muy especial del Cielo, que podría
ser muy difícil de obtener sin presunción. Es cierto que todos estamos llamados
por Jesús a la perfección:
“Sed perfectos como vuestro Padre celestial
es perfecto”
Debe, pues, haber otro camino, accesible a
almas débiles, pobres y pequeñas, como las nuestras, que también puedan amar a
Dios y alcanzar la santidad y la perfección. Teresa dijo:
“Afortunadamente, hay muchas moradas en el
Reino de los Cielos. Si solo existieran aquellas a las que se accede por
caminos incomprensibles para mí, ciertamente no entraría allí... Pero si existe
la morada de las grandes almas, de los Padres del Desierto y de los mártires de
la penitencia, también debe haber la de los niños pequeños, y nuestro lugar
está reservado entre ellos.”
Pensamientos
para cada día del año. Tomado del “Breviario de la Confianza” Monseñor Brandão,
Ascânio. Año 1936.
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