Crucifijo blasfemo en la parroquia de Oklahoma “Iglesia Católica de St. Matthew en Elk City” (San Mateo, Ciudad de los Alces)
Quienes frecuentan las
exposiciones, también las de arte sacro, comprueban con disgusto cómo tantos
artistas hacen de Cristo, de la Virgen, de los Santos, tipos repugnantes; con
rostros simiescos o atontados, que recuerdan a los perturbados de un manicomio.
El director de una escuela artística ha dicho recientemente en Roma, que ha llegado
el momento de substituir la figura del Buen Pastor por la figura de un hombre
que lleva sobre la espalda una calavera, a ejemplo de Picasso.
Si nos sublevamos contra la blasfemia articulada por la voz, debíamos sublevarnos también contra la blasfemia expresada por el pincel y el escoplo. Las palabras vuelan, y las obras permanecen.
Un día se presentó a Cristo un hombre
poseído por una legión de demonios. Imploró ser curado y explicó que los demonios
pedían ser transmitidos a otro cuerpo. Cristo libró al poseso y los demonios
entraron en una piara de cerdos.
CIERTO ARTE
CRISTIANO ESTA POSEIDO POR EL DEMONIO, debemos exorcizarlo. No hemos
de tener en cuenta dónde irán a parar estos demonios. Hagamos nuestro el grito
del Apocalipsis, cerrando la puerta de nuestros templos a los blasfemos del
arte cristiano: “¡Foris
canes!” (¡Fuera perros!).
S. Em. CARDENAL COSTANTlNI.
CRISTIANDAD.
N° 317 – AÑO XIV – 1 DE JUNIO 1957
Si, realmente es de mal gusto.
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