jueves, 7 de agosto de 2025

¿QUE ESTÁN HACIENDO EQUIPOS DE CONOCIMIENTO DEL EJECITO ISRAELITA EN LA PATAGONIA? (tanto chilena como Argentina.) – Por la periodista palestina Kawther Salam. Tomado de la Revista PATRIA ARGENTINA – Marzo de 2007. N° 231.


 

   

   En enero, fui de vacaciones a la Patagonia chilena, esperando así, estar lejos por algún tiempo de las malas noticias en los medios de comunicación. Encontré una tierra de una belleza natural casi imposible de describir, pero también encontré a mis viejos conocidos de Hebrón, los soldados de la IDF (Israel Defense Forcé). Fue como si las mismas personas que ocupan mi país se hubiesen trasplantado a la Patagonia después de sus desbordes genocidas. La segunda cosa bastante extraña que llamó mi atención en la Patagonia es que los «extranjeros» están comprando grandes extensiones, de tierra en Chile y en Argentina.

 

   Lejos, la figura más polémica entre los «extranjeros» es Douglas Tompkins; un ecologista que compró 330.000 hectáreas aproximadamente, al norte de Chaitén, y quién también posee tierras en otras localizaciones en Chile y Argentina a través de su Conservation land Trust (http:// theconservationlandtrust.org/). Pero hay también otros, personas ricas y corporaciones, comprando tierras a lo largo de la Patagonia. La controversia alrededor de muchos extranjeros que compran la tierra, es casi siempre un tema de conversación con los habitantes locales: ¿“Ha escuchado usted sobre el gringo?” (“gringo” es una palabra de jerga, ampliamente usada en Latinoamérica para nombrar a los «norteamericanos»), era una pregunta repetida de los vecinos entre Chaitén y Villa O’Higgins.

 

   En una zona dónde la única industria en crecimiento es el Turismo, escuché a varios chilenos que comentaban que los extranjeros siempre parecen recibir más indulgencia del gobierno que ellos mismos. Otros comentan la compra de la Patagonia por extranjeros como el preludio a la fundación de un nuevo estado. No es de extrañarse, están viendo a los militares israelitas explorando su país desde principios de 1980 e incluso desde antes de esa fecha.

 

   Observé a los soldados de la IDF con mis propios ojos: primero en el barco de Puerto Montt a Chaitén, y luego por todas partes hasta Candelario Mansilfa, 1.200 Km al sur. Ellos siempre viajan en grupos de 5 a 7 personas, siempre con una o dos mujeres entre ellos; cada grupo tiene un oficial y evitan el contacto al mínimo necesario con los locales y otras personas. Un chileno con un poco de conocimiento sobre estas materias nos dijo que ellos viajan en formaciones que corresponderían a misiones de «reconocimiento e inserción» en la terminología militar. Esta persona nos confirmó que la exploración de la Patagonia bajo la fachada del turismo ha sido llevada a cabo desde 1976, intensificándose posteriormente cerca de 1982.

 

EL PROCESO DE PALESTINA Y EL DE LA PAGTAGONIA.

(Subtítulo agregado por Santiago Roque Alonso)

Director de PATRIA ARGENTINA.

 

   Mientras la incesante incursión de la IDF ha despertado la curiosidad de los chilenos, me recuerda lo que pasó en mi Patria Palestina desde finales de 1920 y principios de los años treinta, cuando masivas olas de judíos inmigraron como «granjeros». Los judíos comenzaron comprando grandes extensiones de tierra en Palestina a través de testaferros, ya sean personas y empresas. En ese momento los palestinos eran propietarios de la mayor parte de las tierras en Palestina. Me pregunté si el futuro de la. Patagonia se parecerá a la historia de Palestina.

 

   Antes de estas masivas olas de inmigración judía, el británico Lord Balfour emitió la fraudulenta «Balfour Declaration»

(http://www.mideastweb.org/mebalfour.htm), por la cual el agonizante Imperio británico entregaba la tierra de Palestina a los sionistas y les «permitió» a los judíos tomar las tierras árabes, probablemente en un esfuerzo desacertado para librarse de los judíos de Europa. Antes de Balfour, uno de los últimos actos del Imperio otomano antes de su caída fue entregar Palestina –que había ocupado durante mucho tiempo– a los británicos. Esta farsa infame recuerda una vez más la de un par de mendigos que se sientan a la entrada de una iglesia, uno de ellos vendiendo la iglesia al otro, en lugar de actuar como honestos compañeros que hacen un trato de buena fe.

 

   En 1947, la ONU aprobó una Resolución que demanda la división de Palestina en dos estados, Israel «la minoría» controlaría  ahora el 56% de la tierra (en ese momento, los judíos sólo poseían aproximadamente el 6% de la tierra), la mayoría Palestina debía controlar el 44% de su Patria. Poco después vino la guerra de 1948 en que los judíos declararon su independencia y el establecimiento de un estado judío, Israel, sobre el 78% de la tierra Palestina. En ese momento la Cisjordania y Jerusalén Oriental quedaron bajo el control de Jordania, mientras que la Franja de Gaza estaba bajo el control de Egipto.

 

   En 1948 mi familia se trasformó en refugiada en nuestra propia patria. Mi madre me dijo que ella era una muchacha joven cuando dejó su pueblo, en lo que ahora se llama Israel. Ella me contaba: «Mi familia dejó todo en el pueblo; estábamos asustados de lo que el Haganah (*) judío había hecho a los palestinos en otros pueblos cercanos. Ellos destruyeron esos pueblos y llevaron a cabo masacres colectivas contra las personas que habían vivido allí.»

 

   El ejército Árabe (compuesto de tropas de todos los países que ahora tienen fronteras con Israel), en ese momento recogió todas las armas particulares de los palestinos, ellos nos convencieron que eran lo suficientemente fuertes como para protegernos y luchar contra Israel, que nosotros deberíamos confiar en ellos y entregarles nuestras armas. Los soldados árabes les dijeron a los palestinos que deberían dejar sus casas por un par de días hasta que la guerra terminase, «no hay ninguna necesidad de llevar sus cosas personales». Este mismo Ejército Árabe estaba dotado sólo de armas rotas para defender Palestina. Ellos tenían sólo tapones de corcho y munición de fogueo en lugar de balas de guerra. Ésta es la tercera traición de los árabes contra los palestinos, después que los Turcos Otomanos habían vendido Palestina a los británicos con anterioridad.

 

   El resultado de esta traición culminó en 1967 con la ocupación por los judíos de las tierras palestinas restantes y de partes de los países árabes que limitan con los judíos. De esta época es que yo recuerdo a un soldado jordano huyendo, pidiéndole un traje a mi madre para ponerse en lugar de su uniforme. También recuerdo a los tanques jordanos que arrancaban de Hebrón sin siquiera luchar. Yo tenía 5 años.

 

   Desde entonces, los ocupantes judíos se arrogaron el derecho para confiscar nuestras tierras agrícolas, demoler nuestras casas con el propósito de construir asentamientos judíos donde quiera les agradase. La inmigración judía de todo el mundo a Palestina, en lo que ahora se llama el «Estado de Israel» aumentó considerablemente. El fenómeno de extranjeros que compran tierras Palestinas no se detuvo después de la ocupación de la Franja Oriental y de Gaza en 1967. De hecho, compañías extranjeras de avanzada que compran la propiedad Palestina aumentaron en gran forma sus actividades. Algunas personas que dejaron Palestina debido a la guerra de 1967, vendieron sus casas en las viejas ciudades de Jerusalén y Hebrón. Después de un corto lapso quedó claro que estos extranjeros de avanzada servían a los intereses de la ocupación judía y a sus colonos.

 

   El millonario norteamericano, Shlomo Moskovitch, compró en Ras al Amod, en Jerusalén Oriental, ya que por ley estaba prohibido vender las propiedades a los judíos. Otros extranjeros compraron algunas viejas casas en la antigua ciudad de Hebrón. Todos estos extranjeros estaban sirviendo a la ocupación israelita. La conclusión es:

   «Quien les dio el derecho a los sionistas judíos para construir un estado en Palestina, les dará el mismo derecho para hacer lo mismo a otros pueblos en sus Patria»

(*) Haganah (hebreo: הַהֲגָנָה ha-Haganah, lit. La Defensa, fue la principal organización paramilitar sionista que operaba para el Yishuv durante el Mandato Británico de Palestina

 

   Las actividades de los «turistas» judíos y de otros extranjeros que compran cualquier propiedad disponible, son claramente percibidas por el pueblo chileno y este asunto es cuestión de mucha controversia y discusión, pero lo que no está claro para los chilenos de la Patagonia es el futuro. ¿Qué pasará después? ¿Qué pasará con ellos si los judíos llegan a ser mayoría en la Patagonia y comienzan a hablar de edificar un nuevo estado judío allí?

 

   Nadie sabe con seguridad por qué el alto mando militar israelita está enviando a sus soldados en misiones de exploración a la Patagonia. El gobierno israelí está evidentemente interesado en la Patagonia y ellos están invirtiendo dinero para servir a ese interés. Varios «Hayalim» (Hayalim: en hebreo, el plural de «Hayal», soldado) le dijeron a mi amigo que el IDF financia su viaje después de que ellos completan el servicio militar y las personas con quienes él pudo hablar, todos habían tenido un rol en la inteligencia, sea este en un «trabajo de oficina» no específico o filmando con una cámara de video los combates en el Sur del Líbano y la Franja Oriental

 

   La mayoría de los judíos cree que no hay ningún futuro seguro en Israel y Palestina. La guerra estallará en cualquier momento entre ambos pueblos, aún cuando tengan acuerdos de paz. Muchos judíos ya han dejado Israel e incluso solicitaron pasaportes extranjeros. Muchos judíos han comprado tierras en Europa y en los Estados Unidos. Es interesante que los casos de corrupción contra el primer ministro Ariel Sharon incluyan el intento de adquirir una isla griega.

 

   La última vez que me quedé en casa de mi amiga Anat Even en Tel Aviv, mientras estábamos trabajando juntas, ella compró una nueva cerradura para la entrada de su casa. Estaba asustada y hablaba sobre un nuevo Holocausto en marcha. Dijo que Israel no era un país seguro para los judíos y que en su opinión, las prácticas del gobierno estaban preparando a los judíos para el nuevo Holocausto, y que era importante encontrar un lugar seguro para vivir. Ella estaba hablando con un profundo dolor, tal como si el nuevo Holocausto estuviese pasando en ese instante. Anat me dijo que muchos judíos se sentían de la misma manera.

 

EL “TURISMO” MILITAR DE LOS ISRAELÍES.

(Subtítulo agregado por Santiago Roque Alonso)

Director de PATRIA ARGENTINA.

 

 

   En la Patagonia, vi a muchos israelitas, en los Coffee Shop, restaurantes, en los Ciber |Café –en dónde ellos representaban a menudo el 90% de la clientela– en las calles, en los barcos, en los buses, en el campo y en el bosque, todos ellos eran de unidades de las IDF, soldados y oficiales; lo mismo que acostumbraba a ver en los territorios ocupados pero sin las armas y el uniforme del ejército. Durante algún tiempo pensé que no me encontraba en la Patagonia, sino, de vuelta en las calles de Hebrón o en Israel.

 

   En el barco entre Puerto Montt y Chaitén, me encontré viajando con un grupo del ejército israelita, cuatro soldados y una mujer. Durante todo el viaje del barco hablaron en inglés. Cuando la nave llegó a Chaitén en medio de la noche, había otro grupo de soldados judíos que esperaban por ellos y entonces, todos ellos, comenzaron a hablar en hebreo. Ellos me identificaron como Palestina cuando hice una llamada telefónica. Estaba hablando con mi amigo, diciéndole que había un grupo de soldados israelitas caminando detrás de mí. De repente uno de ellos me gritó y preguntó a donde iba a quedarme. Recuerdo que yo le contesté «En el Infierno hecho por Israel.»

 

   El próximo día, en la mañana, me encontré a más israelitas en la oficina de transporte. Decidí ignorarlos. Mi amigo me había recomendado que no hablara con los israelitas. Él dijo que la «Patagonia está llena de soldados israelitas; es mejor que evites problemas y no hables con ellos.»

 

   Viajando más al sur, en un barco, entre Villa O'Higgins y Candelario Mansilla, un oficial israelita estaba hablando con un grupo de turistas. Cuando él les dijo que era de Israel, un hombre escocés contestó de una extraña manera, «Ah, nunca hemos visto a un israelita viajando solo, ellos siempre van en grupos, probablemente hay alguien esperando por usted en el otro lado» (esto resultó ser verdad). El oficial dejó de hablar con los europeos rápidamente. Cuando este israelita me preguntó si yo era judía o si podía hablar hebreo, contesté que era Palestina, pero mi amigo cortó nuestra conversación. Durante el resto del viaje, este oficial estaba visiblemente preocupado con su mochila, nunca la perdía de vista. Él no permitía a nadie que la tocara, incluso el personal del barco cuando las acomodaban. Si alguien bajaba al lugar para buscar algo, el oficial bajaría junto a él y se aseguraría que su mochila no se tocaría o se movería de su lugar.

 

   En la rampa del barco en Candelario Mansilla, había dos grupos militares israelíes, para viajar en dirección contraria, aparentemente esperando al oficial que se encontraba a bordo de la nave. Todos le rodearon e intercambiaron información entre ellos, los tres oficiales al parecer intercambian información sobre los dispositivos portátiles que ellos llevaban consigo. Después se retirarían a un lugar privado en los bosques cercanos, dejando a los soldados de sus unidades en la rampa. He visto a las unidades de inteligencias de las IDF comportarse de la misma manera en la Cisjordania.

 

   Traté de ignorar a estas unidades de las IDF, pero todos estábamos sentados en el mismo lugar en espera del regreso de la nave. Uno de los soldados de las IDF me reconoció por mi película «Hebrón: la Ciudad sin Misericordia» que él había visto e informó a sus amigos que yo era una periodista Palestina.

 

   Una mujer judía me ofreció para que me sentara al lado del fuego dónde el grupo de los IDF estaba cocinando. Me preguntó ¿De dónde vienes? Contesté, de Austria. La mujer se rió ruidosamente y me preguntó nuevamente: ¿De dónde es usted? De Palestina, y usted ¿De dónde es? le pregunté. Ella contestó de Palestina. Mi amigo le dijo que  « ¡eso es bullshit!» A su vez yo le expresé: usted es de Israel. La Hayalet (en hebreo soldado hembra) estaba llevando un Koffir Palestino. Su novio hablaba algo de árabe y dijo: «Nosotros somos Bruto, el Kuffar» y continuó lanzando delirantes insultos en su bastante limitado árabe.

 

   De los soldados que sirven en los territorios ocupados, sólo los oficiales de inteligencia aprenden el árabe. Mi amigo comprendió la manera insolente en que ellos estaban hablando conmigo y me instó a que dejara de hablar con los IDF. Esto los hizo enfadar. La mujer empezó a hablar sobre ello con mi amigo, pero él decidió cortar el contacto debido a la postura evidentemente agresiva de los soldados.

 

   Yo estaba disfrutando sentada a orillas del lago jugando con el agua, recordando a mi patria cuando el ejército judío me causó el trauma y me echó de mi país, cuando fui sorprendida por la mujer judía que me trajo una taza de menta para beber. Ella empezó la conversación diciéndome que un hombre de su grupo me había identificado. Él había visto mi película «Hebrón: la Ciudad sin Misericordia». Se sentó a mi lado y comenzamos a hablar. Me preguntó si quería volver a casa, si me sentía bien, y se contestó a sí misma. Ella dijo que yo no parecía feliz, seguramente porque no veía a mi madre...

 

   Le dije que volvería pero después de interponer una queja contra Israel en la Corte Europea de Derechos Humanos (Furopean Court of Human Rights). Nunca olvidaré lo que me hicieron los soldados del IDF. Le pregunté si había servido en la Franja Occidental (Cisjordania). Ella contestó que sí. Le pregunté qué tipo de trabajo había hecho allí y me contestó: «sólo un estúpido trabajo, es todo lo que ellos nos enseñan a hacer allí». Le conté algunas de las cosas que soldados de IDF, hombres y mujeres, habían hecho en la Franja Occidental y le ofrecí leer mi sitio web. Le pregunté ¿Para qué misiones los mandaron a Chile las IDF? La dejé desconcertada y me fui con mi amigo.

 

   Di un paseo alrededor de la montaña. Y nuevamente me encontré con la Hayalet. Hablamos otra vez, yo le comenté sobre las misiones que algunos extraños extranjeros están cumpliendo en la Patagonia so pretexto del turismo. Ella se enojó y dijo «eso es una mentira». Hablé sobre la importancia de desarrollar la Patagonia y de cerrar el camino para que estos extraños extranjeros no puedan alcanzar los objetivos de su codicia. Hablé sobre construir buenos caminos entre el norte y el sur y cómo las personas ricas deberían ayudar para que el gobierno haga algo sobre esto... Recuerdo su respuesta nerviosa cuando ella me preguntó «¿Por qué usted no le escribe al gobierno para hacer algo sobre esto?» a lo que le respondí, «Sí, quiero hacerlo, en efecto» y continué hablando sobre la importancia de desarrollar el área e impedir que los extranjeros pretendan ocupar esta tierra. Ella no parecía contenta sobre lo que estaba oyendo. Dijo que yo era una mujer de ciudad y me acusó por pensar destruir la naturaleza. Todo el tiempo ella estuvo aplastando los tábanos con sus dedos. Nos separamos.

 

   Volviendo hacia el Norte, escuché un montón de divertidas historias sobre los «turistas» israelitas. Esta es una: algún tiempo atrás, en Puerto Tranquilo una pareja de israelitas alquilaron un cuarto por una noche. Para ahorrar dinero, ellos se levantaron muy temprano, salieron furtivamente por la ventana e incluso empujaron su automóvil por aproximadamente 200 metros para que el dueño no les oyera escaparse. El dueño llamó a la policía y fueron aprehendidos. Entre Chaitén y Candelario Mansilla hay sólo aproximadamente 60.000 habitantes en todo la Patagonia chilena, los caminos son pocos, y a pesar de las grandes distancias todos se conocen. Aquí, es muy difícil escaparse con acciones «estúpidas». De crímenes importantes casi no se escucha. Me dijeron que solo dos casos fueron llevados ante la Corte de Justicia de Cochrane (capital de la provincia) en un período de siete años. El juez supuestamente renunció de aburrimiento.

 

   Puerto Tranquilo es un pueblo pequeño cerca del Lago General Carrera. A pesar del incidente anterior en relación a mi viaje, el pueblo recibe muchos visitantes de Israel y el turismo incluso se ha especializado en parte en dichos visitantes. Las señales en hebreo puede verse en algunas casas y tiendas, muchos lugareños están supuestamente aprendiendo hebreo. Una pensión ha especializado sus servicios para los visitantes israelitas: precios bajos, cuartos limpios, el dueño primero nos habló en un hebreo destartalado. En las calles pueden verse muchos israelitas, escuche hablar en hebreo un par de veces. Me recordaron los asentamientos en Franja Occidental.

 

BUENA FE, INGENUIDAD, IGNORANCIA E INDIFERENCIA DE LOS PATAGONICOS.

(Subtítulo agregado por Santiago Roque Alonso)

Director de PATRIA ARGENTINA.

 

   Los chilenos generalmente son muy amistosos con los extranjeros y dan la bienvenida a los visitantes de su país, a los cuales parecen mirar con interés y curiosidad. Lo que cuenta para la gente de la Patagonia son los pequeños detalles en la conducta personal. Se acuerdan bien de las personas agradables durante mucho tiempo, sólo debido a eso, pero lo mismo puede decirse sobre aquéllos que se comportan de malas maneras. De mis interacciones con la gente de la Patagonia quedó claro que ellos no saben nada sobre la historia de lo que pasó en Palestina (pero ellos están muy conscientes de los desarrollos presentes) ni del paralelo qué parece estar desarrollándose en su país. Fuera de una elite muy diminuta, la gente de la Patagonia parece no estar interesados en la política más allá de sus problemas locales y cuando hablan sobre la política, lo hacen de una manera muy cortés.

 

   La presencia constante de grupos de las IDF en la Patagonia está siendo registrada por los chilenos de la región, no en un sentido político, sino basado en su experiencia. Hay muchas historias que cuentan en la región como aquella de la pareja que salió furtivamente escapando por una ventana. Varias veces, antes de alquilarme un cuarto, me preguntaron si yo era de Israel. En la mayoría de las casas dónde me alojé, me dijeron que ellos no aceptaban a los de las IDF («Israelitas»). Esto parece haber creado un mercado para aquéllos que sólo se especializaban en ellos.

 

   Es doloroso hablar sobre esto, pero por la causa de la paz sólo puedo esperar que las personas de la Patagonia de Chile (y Argentina), no tengan que experimentar aquello que los Palestinos experimentaron, que ninguno de ellos tenga recuerdos dolorosos como los míos respecto la ocupación israelita. Éste es mi deseo para la Patagonia, para estas personas buenas con las cuales me encontré, para este hermosa obra de arte hecha por la naturaleza. Espero que ambas, las personas y la tierra, nunca conozcan la ocupación que destruye la humanidad, la belleza y la naturaleza. Espero que nunca un asentamiento (ocupación) sea implantado en este hermoso fin del mundo. De la misma manera, no deseo un nuevo Holocausto para mi amigo Anat y nuestro pueblo. Yo espero que la paz llegue pronto a nuestro país y de que termine la ocupación.

 

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   Kawther Salam (Palestina), periodista, ha trabajado con grupos de paz israelíes y periodistas extranjeros para documentar la situación en los Territorios Palestinos Ocupados desde septiembre de 2000. Escribió un diario semanal de sus experiencias; para el sitio Web de Gush Shalom y colaboró en tres películas para la TV israelí. Ella hizo un informe sobre los abusos de los derechos humanos por parte de las Fuerzas de Defensa Israelíes (IDF), denunció a soldados identificados y elevó quejas legales contra ellos. La Sra. Salam también se enfrentó con islámicos locales escribiendo artículos que criticaron al fundamentalismo islámico, condenó el atentado suicida, y expuso la corrupción municipal de las autoridades palestinas en Hebrón. Ha sido físicamente agredida y amenazada numerosos veces porque se rehusó a aceptar las normas de la vestimenta conservadora local. Como se multiplicaron las amenazas de las IDF de los pobladores israelíes, y de los extremistas islámicos, huyó de la región y recibió asilo en Austria en diciembre de 2002.

 

Human Rights Watch

350 Fifth Avenue, 34th Floor, New York, NY 10118-3299, USA.

 

 

 

 

 

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