5. ¿Quién me dará que yo descanse en Vos?
¿Quién me dará que vengáis a mi corazón y le embriaguéis para que olvide yo mis
males, y me abrace con mi único bien, que sois Vos? ¿Qué sois Vos para mí?
Apiadaos de mí, para que yo hable. ¿Qué soy yo para Vos que mandáis que os ame,
y si no lo hago, os enojáis conmigo, y me amenazáis con ingentes miserias?
¿Acaso es pequeña miseria el no amaros? ¡Ay de mí! Decidme, por vuestras
misericordias, Señor Dios mío, ¿qué sois Vos para mí? Decid a mi alma: “Yo soy tu salud” (Ps. 34. 3). ¡Decidlo
de modo que yo lo oiga! Ved aquí. Señor, los oídos de mi corazón delante de
Vos; abridlos y decid a mi alma: ¡Yo soy
tu salud! Correré tras esta voz y me asiré de Vos. ¡No me ocultéis vuestro rostro! (Ps. 143, 7). Muera yo (1) para que
no muera, con tal de veros.
(1) Alude al Éxodo, 33, 20, donde dice
Dios.: No me verá hombre alguno y vivirá.
6. Estrecha es la casa de mi alma para que a
elIa vengáis: ensanchadla Vos. Ruinosa está; reparadla. Cosas tiene que
ofenderán vuestros ojos: lo sé, y lo confieso; más ¿quién la limpiará?, o ¿a
quién, fuera de Vos, clamaré? “De mis
culpas ocultas limpiadme. Señor, y de las ajenas perdonad a vuestro siervo”
(Ps. 18, 13, 14). “Creo, y por eso hablo”
(Ps. 115, 1). Vos, Señor, lo sabéis. “¿Acaso
no os he confesado ya mis delitos contra mí mismo. Dios mío, y Vos me habéis
perdonado la impiedad de mi corazón?” (Ps. 31, 5). No entro “en pleito con Vos” (Job. 9, 3), que
sois la Verdad; “y no quiero engañarme a
mí mismo, para que mi iniquidad no mienta contra sí misma” (Ps. 26. 12). No
entro, pues, en pleito con Vos; “porque
si os ponéis, Señor, a examinar las iniquidades, Señor, ¿quién quedará en pie?”
(Ps. 129, 3).
“APOSTOLADO
DE LA PRENSA”
AÑO
1958.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.