domingo, 20 de marzo de 2022

MEDITACIÓN SOBRE LA PUREZA DE INTENCIÓN.

 



 I. Haz buenas obras como San Cutberto; mas, como él, hazlas con intención pura y santa. Si tu intención es pura, tu obra será luminosa; si es mala, sólo harás obra de tinieblas. ¿Qué fin te propones al realizar tus actos, aun los más santos? A menudo trabajas sin pensar para qué lo haces. Cuídate en tus intenciones; Dios no recompensará sino lo que se haya hecho por su amor.

II. ¿No es acaso la vanidad, la que, muy a menudo, te impulsa a obrar? Practicas la virtud, das limosna, frecuentas la Iglesia; ¿no es acaso para adquirir fama de hombre de bien? Si fuere así, tendrás tu recompensa en este mundo: los hombres te alabarán; pero Dios te castigará. ¡Qué ceguera preferir una vana honra a la gloria eterna, alabanzas de hombres a la estima de Dios!

III. Haz, pues, tus buenas acciones en secreto y no delante de los hombres. Si es necesario que se manifiesten, purifica tu intención, renuncia a la vanidad que puede corromper las acciones más santas. Pon tu intención desde la mañana; renuévala al comienzo de tus principales actos. Todo lo que hago, Señor, quiero hacerlo para agradaros. Sólo Vos tenéis derecho a mi amor.

 

Buscad la pureza de intención. Orad por los que están constituidos en dignidad.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.