sábado, 6 de noviembre de 2021

Sociedades secretas –Por el P. Niceto Alonso Perujo. (Parte III)

 



Nota de Nicky Pío: En esta parte se van a encontrar entre otros temas, con las llamadas “Sociedades Bíblicas” tema en la que pueden profundizar. Para los que no sepan los masones profanan las Sagradas Escrituras, colocándole en el centro de todas sus logias. Pero ellos dicen que sólo es parte del mobiliario. Aviso que esta es la penúltima entrega…

 

   Después de esto a nadie sorprenderán los repugnantes alardes de ateísmo que han hecho algunas logias, sus horrendas blasfemias, sus excitaciones incesantes contra la Iglesia y los sacerdotes, y aun contra toda religión positiva, y como consecuencia, la infernal secta de los solidarios, que se obligan entre sí, por medio de un pacto formal, a vivir sin religión y morir sin sacerdotes, a no bautizar a sus hijos, a los entierros civiles, a la enseñanza laica, a seguir las inclinaciones de la naturaleza, y otras cosas que la pluma se resiste a escribir.

   Por lo que hace a revoluciones políticas, lodo el mundo sabe que han tomado parte activa, o a lo menos han apoyado todas las acaecidas desde un siglo a esta parte, y en especial la de España en Septiembre de 1808, como lo ha demostrado cumplidamente: el erudito Sr. Lafuente en su obra citada arriba (1).

   (1) De hecho y por la fuerza de las cosas, escribe Mgr. Dupanloup, la Masonería es una sociedad política y revolucionaria: ella ejerce una influencia directa sobre las revoluciones, ella las prepara, ella las hace; y cuantos en la masonería marchan a la cabeza del movimiento, arrastrando consigo toda la masa de los adeptos, éstos, verdadero corazón y alma de la secta, tienen por fin supremo el convertirla, según la enérgica y profunda expresión de M, Enrique Martín, en Laboratorio de la revolución, ó según el Il. Pial, en iglesia de la revolución. — Estudio sobre la francmasonería, parte III, y a continuación lo demuestra con testimonios de los mismos masones, y hechos de la historia contemporánea.

   Pueden verse Los Misterios de la Masonería, por León Taxil, donde se ponen de manifiesto las ridiculeces de estos sectarios y las maldades de que son capaces, y La Iglesia y la Masonería, por X, en la que se citan con abundancia de datos la mayor parte de los crímenes realizados por esta secta en la presente centuria. —  (Nota del Editor).

   De lo cual se infiere que estas sectas merecen verdaderamente el nombre de pestes, y que han sido justísimamente condenadas por la Iglesia en nombre de los intereses de la religión, de la tranquilidad pública y de la moralidad.

   Sociedades bíblicas. “Las sociedades bíblicas y las asociaciones de los misioneros protestantes, decía en 1833 el Monthly Review, hace más de treinta años que han empezado sus trabajos. Han reunido y gastado más rentas que un príncipe, y tienen agentes en todas las partes del globo. Las islas más apartadas de los mares del Sud, del Océano Pacífico y de los mares de la India, han sido visitadas por sus enviados. Los hemos oído proclamar mil veces, no solamente que la idolatría estaba destruida en sus islas pequeñas, sino que aun la Tartaria, la Persia y la India estaban a punto de ceder a los esfuerzos de los misioneros y abrazar la religión de la cruz... La sociedad bíblica de Londres tiene solamente en Inglaterra 625 sociedades auxiliares que trabajan bajo su dirección; y hay otras muchas semejantes en París, Lyon, Tolosa y otros ¡michos puntos de Francia, asi como también en his principales capitales de Europa y América.”




Perrone nos da una idea de la asombrosa actividad que emplean estas sociedades. “Se estableció la sociedad, dice, en 1805, y desde esta fecha al 1810, o sea en un espacio de treinta y seis años, distribuyó doce millones de ejemplares de la Biblia, traducidos a 148 idiomas. En el año 1838 recaudaron estas sociedades, solo en Inglaterra, 846.316 libras esterlinas, que equivalen a unos 80 millones de reales; y los ingresos en el resto del mundo subieron a 1.500.000 libras esterlinas, o sea unos 150 millones de reales. En 1839 contaba la sociedad con cinco mil misioneros, cincuenta imprentas, trescientos coadjutores y maestros y centenares de ministros indígenas.”

   Tan colosales sacrificios, lejos de producir fruto alguno saludable, han causado gravísimos daños. Inundado el mundo de versiones Ínfleles, mutiladas y llenas de errores graves, y constituyendo a los simples fieles, y aun a los paganos, en jueces supremos del sentido de los libros santos, han convertido en germen de errores y de corrupción esas páginas enviadas del Cielo para luz de los entendimientos y santificación de las almas (2). Además exponen la Biblia a la profanación y al desprecio de los infieles, retardando así su conversión, en lugar de promoverla, pues sabido es que aquellos la destinan a usos profanos y aun indignos, y se burlan de muchas cosas que chocan con sus viejas preocupaciones. Y algunas veces han sido causa de persecuciones contra los cristianos, como sucedió en la China, por haber abandonado en la orilla del mar multitud de ejemplares vertidos al idioma de aquel país.




   (2) Por tal causa, dice el Papa Gregorio XVI en su Encíclica de 8 de Mayo de 1844, que como ya en su tiempo se lamentaba San Jerónimo, hacen común el arte de entender las Sagradas Escrituras a la habladora vieja, al anciano chocho, al palabrero sofista y a todos, de cualquiera condición que sean, con tal que sepan leer, y lo que es aún más absurdo y casi inaudito, ni aun a los infieles se niega esa común inteligencia de los libros divinos.

   Con razón, pues, han condenado repetidas veces los Romanos Pontífices estas sociedades, manifestando sus verdaderos propósitos, que son hacer la guerra a la Iglesia católica, como claramente han confesado muchos de sus miembros. Los Papas, celosos de la pureza de las Sagradas Escrituras y del respeto que merecen, han calificado a las sociedades bíblicas con el nombre de pestes (3), atendiendo a los funestos efectos que han producido. Ellas son para las almas lo que es la peste para los cuerpos.


TODA LOGIA TIENE UNA BIBLIA EN EL CENTRO

   Pero no es extraño que las hayan condenado los Romanos Pontífices, cuando los mismos protestantes las han combatido como inútiles y perjudiciales. En un folleto titulado Razones por las que no soy miembro de la sociedad bíblica, M. Arturo Perceval hacia revista de las traducciones de la Biblia hechas en Europa y Asia, y declaraba que contienen errores tan groseros y herejías tan monstruosas, que son capaces de alarmar todas las conciencias, aunque sean poco timoratas. En su indignación contra los innobles autores de estas traducciones, que habían ya costado a la sociedad muchos millones, exclamaba: “Sepan, pues, ya los pobres engañados de Inglaterra, con qué fin se emplean sus sueldos por semana. Seguramente que es para helarse la sangre en las venas de un cristiano el pensar en la presunción sacrílega de una sociedad que así se atreve a burlarse de la revelación del Todopoderoso, y que tiene la osadía de presentar a las naciones paganas, y de ofrecer a la credulidad de los que la sostienen, estos ejercicios de niños de escuela, como la palabra sagrada de Dios.

(3)  Las sociedades bíblicas han sido condenadas por todos los Pontífices que ha habido desde su origen, El nombre de peste se lo aplicaron Pío VII en su Breve de 29 de Junio de 18I6, León XII en su Encíclica de 3 de Mayo de 1821, y Pío IX en el párrafo 4° del Syllabus.

 

“LECCIONES SOBRE EL SYLLABUS”

(Año 1894)

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