“Por
lo cual Dios le exaltó y le otorgó un nombre sobre todo nombre, para que al nombre
de Jesús doble la rodilla todas las criaturas del cielo, tierra e infierno…” (Filipenses
II. 9-10).
CARTAS
DE APROBACIÓN.
APROBADO POR SU EMINENCIA, EL CARDENAL PATRIARCA DE LISBOA 4 de Marzo 1947.
NUNCIATURA APOSTOLICA EN PORTUGAL. 7 de Marzo 1947.
Mi Querido Padre Paul O’Sullivan, Mis más
cordiales gracias por el amable regalo de su precioso libro, “Las
Maravillas del Santo Nombre”, que he
leído con mucho interés. Noto que está explicada
con gran claridad y precisión la doctrina del Santo Nombre. La cual es muy
querida para la Iglesia.
Ciertamente el uso de este libro encenderá
en los corazones de sus lectores una ilimitada confianza en la omnipotencia del
Santo Nombre.
Me complazco en dar a ésta última obra suya
una calurosa aprobación que es un valioso eslabón en la larga cadena de sus
celosas y útiles publicaciones.
Bendiciéndole con todo el corazón y
recordándole en la más alta estima,
Muy
sinceramente suyo,
PEDRO CIRIACI, Arzobispo de Tarsus
Nuncio Apostólico.
CARTA
DEL PADRE GENERAL DE LA ORDEN DE SANTO DOMINGO.
SANTA
SABINA.
29
de Agosto 1945.
Al
Reverendo Padre Paul H. O’Sullivan.
Querido y Reverendo Padre.
Apreciamos su dedicación durante los últimos
cuarenta años a todo tipo de Propaganda Católica, sobre todo, a la propaganda
de la prensa.
Su actividad ha sido verdaderamente
maravillosa. Ahora se ha lanzado una verdadera cruzada en favor del Santo
Nombre de Jesús, que ha sido coronada con muchos éxitos.
Todo esto nos llena el corazón de alegría y mandamos
nuestra paternal bendición con la bendición de nuestro Santo Padre Santo
Domingo.
Le rogamos acepte nuestro sincero afecto,
Padre M. S. Gillet, O.P.
Padre General.
AL
LECTOR.
Querido
Amigo,
Lee este librito despacio y con atención, no
una sino muchas veces podrás dar gracias a Dios por el resto de tu vida.
Este libro te dará mucha felicidad y te
obtendrá de Dios maravillosas gracias y bendiciones.
Te enseñará las Maravillas del Santo Nombre
de Jesús, que entienden pocos Cristianos.
La frecuente repetición de este Nombre te
salvará de muchos sufrimientos y grandes peligros. El mundo ahora está
amenazado con las más graves calamidades. Cada uno de nosotros puede hacer
mucho para salvarse de los males que van a venir, y ayudar mucho al mundo, a la
Iglesia, y a nuestro Santo Padre, el Papa, simplemente repitiendo con
frecuencia “Jesús, Jesús, Jesús.”.
—el Autor.
Capítulo
I.
LAS
MARAVILLAS DEL SANTO NOMBRE.
Hemos oído y repetido desde la infancia el
Santo Nombre de Jesús, pero muchos, demasiados, no tienen una idea adecuada de
las grandes maravillas de este Santo Nombre.
¿Qué sabes, querido lector, del nombre de
Jesús? Sabrás que es un nombre santo y que habría que inclinar la cabeza cada
vez que se dice. Es muy poca cosa. Es como si uno viera un libro cerrado y se
fijara solamente en el título de la portada. No sabes nada de los preciosos pensamientos
que el libro contiene.
Así es, cuando pronuncias el Nombre de
Jesús, sabes muy poco de los tesoros que en Ello se oculta.
Este divino nombre, en verdad, es una mina
de riquezas, es un manantial de la más alta santidad y el secreto de la
felicidad más grande que un hombre puede esperar y gozar en esta tierra.
Lee, y lo verás.
Es tan poderoso, tan seguro, que nunca deja
de producir en nuestras almas los más maravillosos resultados. Consuela al más
triste corazón y hace fuerte al más débil pecador. Nos obtiene todo tipo de
favores y gracias, tanto espirituales como temporales.
Debemos de hacer dos cosas:
Primero,
entender claramente el significado y el valor del Nombre de Jesús.
Segundo,
debemos habituamos a decirlo devota y frecuentemente cientos y cientos de veces
todos los días. Lejos de ser algo aburrido, será algo de inmenso gozo y consolación.
“LAS
MARAVILLAS DEL SANTO NOMBRE”
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