viernes, 3 de enero de 2025

LAS MARAVILLAS DEL SANTO NOMBRE – Por el Rvdo. Paul O’Sullivan, O.P. (E. D. M.).


 


   “Por lo cual Dios le exaltó y le otorgó un nombre sobre todo nombre, para que al nombre de Jesús doble la rodilla todas las criaturas del cielo, tierra e infierno…” (Filipenses II. 9-10).


    Se dedica este librito afectuosamente a la Dulce Madre de Jesús. Nadie quiere el Nombre de Jesús tanto como Ella.


CARTAS DE APROBACIÓN.

 

APROBADO POR SU EMINENCIA, EL CARDENAL PATRIARCA DE LISBOA 4 de Marzo 1947.

 

   NUNCIATURA APOSTOLICA EN PORTUGAL. 7 de Marzo 1947.

 

   Mi Querido Padre Paul O’Sullivan, Mis más cordiales gracias por el amable regalo de su precioso libro, “Las Maravillas del Santo Nombre”, que he leído con mucho interés.  Noto que está explicada con gran claridad y precisión la doctrina del Santo Nombre. La cual es muy querida para la Iglesia.

   Ciertamente el uso de este libro encenderá en los corazones de sus lectores una ilimitada confianza en la omnipotencia del Santo Nombre.

   Me complazco en dar a ésta última obra suya una calurosa aprobación que es un valioso eslabón en la larga cadena de sus celosas y útiles publicaciones.

   Bendiciéndole con todo el corazón y recordándole en la más alta estima,

   Muy sinceramente suyo,

   PEDRO CIRIACI, Arzobispo de Tarsus

   Nuncio Apostólico.

 

CARTA DEL PADRE GENERAL DE LA ORDEN DE SANTO DOMINGO.

SANTA SABINA.

29 de Agosto 1945.

 

   Al Reverendo Padre Paul H. O’Sullivan.

   Querido y Reverendo Padre.

 

   Apreciamos su dedicación durante los últimos cuarenta años a todo tipo de Propaganda Católica, sobre todo, a la propaganda de la prensa.

   Su actividad ha sido verdaderamente maravillosa. Ahora se ha lanzado una verdadera cruzada en favor del Santo Nombre de Jesús, que ha sido coronada con muchos éxitos.

   Todo esto nos llena el corazón de alegría y mandamos nuestra paternal bendición con la bendición de nuestro Santo Padre Santo Domingo.

   Le rogamos acepte nuestro sincero afecto,

   Padre M. S. Gillet, O.P.

   Padre General.

 

AL LECTOR.

 

   Querido Amigo,

   Lee este librito despacio y con atención, no una sino muchas veces podrás dar gracias a Dios por el resto de tu vida.

   Este libro te dará mucha felicidad y te obtendrá de Dios maravillosas gracias y bendiciones.

   Te enseñará las Maravillas del Santo Nombre de Jesús, que entienden pocos Cristianos.

   La frecuente repetición de este Nombre te salvará de muchos sufrimientos y grandes peligros. El mundo ahora está amenazado con las más graves calamidades. Cada uno de nosotros puede hacer mucho para salvarse de los males que van a venir, y ayudar mucho al mundo, a la Iglesia, y a nuestro Santo Padre, el Papa, simplemente repitiendo con frecuencia “Jesús, Jesús, Jesús.”.

 

   —el Autor.

 

Capítulo I.

 

LAS MARAVILLAS DEL SANTO NOMBRE.

 

   Hemos oído y repetido desde la infancia el Santo Nombre de Jesús, pero muchos, demasiados, no tienen una idea adecuada de las grandes maravillas de este Santo Nombre.

 

   ¿Qué sabes, querido lector, del nombre de Jesús? Sabrás que es un nombre santo y que habría que inclinar la cabeza cada vez que se dice. Es muy poca cosa. Es como si uno viera un libro cerrado y se fijara solamente en el título de la portada. No sabes nada de los preciosos pensamientos que el libro contiene.

 

   Así es, cuando pronuncias el Nombre de Jesús, sabes muy poco de los tesoros que en Ello se oculta.

 

   Este divino nombre, en verdad, es una mina de riquezas, es un manantial de la más alta santidad y el secreto de la felicidad más grande que un hombre puede esperar y gozar en esta tierra.

 

   Lee, y lo verás.

 

   Es tan poderoso, tan seguro, que nunca deja de producir en nuestras almas los más maravillosos resultados. Consuela al más triste corazón y hace fuerte al más débil pecador. Nos obtiene todo tipo de favores y gracias, tanto espirituales como temporales.

 

   Debemos de hacer dos cosas:

 

   Primero, entender claramente el significado y el valor del Nombre de Jesús.

 

   Segundo, debemos habituamos a decirlo devota y frecuentemente cientos y cientos de veces todos los días. Lejos de ser algo aburrido, será algo de inmenso gozo y consolación.

 

“LAS MARAVILLAS DEL SANTO NOMBRE”

 

 

 


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