viernes, 19 de abril de 2024

Los dos amigos y el oso (fábula) – Por Félix María Samaniego.

 


   


A dos amigos se apareció un oso:

el uno, muy medroso,

en las ramas de un árbol se asegura;

el otro, abandonado, a la ventura,

se finge muerto repentinamente.

El Oso se le acerca lentamente:

mas como este animal, según se cuenta,

de cadáveres nunca se alimenta,

sin ofenderlo lo registra y toca,

huélele las narices y la boca;

 no le siente el aliento,

ni el menor movimiento;

y así, se fue diciendo sin recelo:

«Este tan muerto está como mi abuelo.»

Entonces el cobarde,

 de su grande amistad haciendo alarde,

del árbol se desprende muy ligero,

corre, llega y abraza al compañero,

 pondera la fortuna

de haberle hallado sin lesión alguna,

y al fin le dice:

 

—Sepas que he notado

que el Oso te decía algún recado.

¿Qué pudo ser?

 

—Diréte lo que ha sido;

Estas dos palabritas al oído:

APARTA TU AMISTAD DE LA PERSONA

QUE SI TE VE EN RIESGO TE ABANDONA.

 

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