Martirologio Romano 10 de febrero
SANTA
ESCOLÁSTICA, Virgen n. hacia el año 480 en Nursia, Italia; † hacia el año 543
en Montecassino, Italia.
Patrona de monjas. Protectora contra las lluvias y tormentas.
SANTA
ESCOLÁSTICA, Virgen
Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os
abrirá. (Lucas 11, 9)
En
Monte-Casino, santa Escolástica, Virgen, hermana de san Benito Abad; cuya alma
vio el Santo, en forma de paloma, salir del cuerpo y volar al cielo.
En Roma, los santos Mártires Zótico, Ireneo,
Jacinto y Amancio.
Allí mismo, en la vía Lavicana, diez santos
soldados Mártires.
También en Roma, en la vía Apia, santa
Sotera, Virgen y Mártir, que, según escribe san Ambrosio, siendo de noble
linaje, menospreció por Cristo los Consulados y Prefecturas de sus padres; y
por no ofrecer sacrificios, como le ordenaban, fue cruel y prolongadamente
abofeteada, y superados también otros géneros de tormentos, por último, pasada
a cuchillo; voló alegre al celestial Esposo.
En Campania, san Silvano, Obispo y Confesor.
En el Establo de Rodas, territorio de Siena,
san Guillermo, Ermitaño.
En una aldea de Ruán, santa Austreberta,
Virgen, célebre en milagros.
Y en otras partes, otros muchos santos
Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Deo Gratias.
SANTA
ESCOLÁSTICA, Virgen
Santa Escolástica iba
cada año a visitar a su ilustre hermano San Benito. Éste, no
tolerando que una mujer entrase en su monasterio, la recibía en una casa
cercana al Monte Cassino. En su última visita, rogó a su hermano prolongase
hasta el día siguiente su piadosa conversación. Habiéndole respondido el santo
que no podía pasar la noche fuera de su claustro, apoyó Escolástica su cabeza
en la mesa, prorrumpiendo en lágrimas, y de inmediato Dios envió una violenta
tempestad, para impedir a Benito el regreso a su monasterio. Tres días después,
vio el santo el alma de su hermana subir al cielo en forma de paloma.
MEDITACIÓN
SOBRE SAN BENITO Y SANTA ESCOLÁSTICA
I.
¡Oh, cuán hermosa es la fraternidad fundada sobre el amor de Dios más aún que
sobre la comunidad de la sangre! ¡Cuán bueno, cuán agradable es habitar en
común, cuando la amistad está sellada con la misma fe, las mismas esperanzas y
el mismo amor! ¡Cuán dulces son las conversaciones que tienen como tema a Dios!
Hagamos reinar entre los nuestros esta amistad santa, tan provechosa para el
alma. Que las alegrías del cielo, y no las vanidades de la tierra, sean la
materia de nuestras conversaciones, y contribuiremos a hacernos unos a otros,
mutuamente, dichosos en este mundo y en el otro.
II. San Benito se queja a su hermana de
impedirle el regreso a su monasterio. “Que Dios te perdone –le dice–; ¿qué has
hecho, hermana mía?” “Te pedí una gracia –le responde ella– y me la rehusaste;
me dirigí a Dios y Él me ha escuchado”. Por buenos que sean nuestros parientes,
Dios es mucho mejor aún. Cuando vuestra madre os olvidare –nos dice Él mismo–,
Yo no os olvidaré. Pedid y recibiréis –nos dice Jesucristo–. Todo lo que
pidiereis a mi Padre en mi nombre, Él os lo concederá. Reanimemos, pues,
nuestra confianza; si nada obtenemos, es porque nos falta confianza.
III. Dios no sólo oye las oraciones de los
que lo aman, sino aun los deseos de sus corazones. Santa Escolástica ni una
palabra pronuncia; esconde su cara entre las manos para llorar; y, cuando
levanta su frente, ha sido ya escuchado su deseo. Si queremos que nuestros
anhelos sean acogidos por Dios, no tengamos, como nuestra santa, sino deseos
puros. Si desea ella tener consigo a su hermano por más tiempo, es para hablar
con él de las cosas del cielo. Oh Señor, poned en nuestros labios oraciones
dignas de un cristiano, y dad a nuestros corazones deseos que podáis
satisfacer.
La
caridad en nuestras relaciones con el prójimo.
Orad
por vuestra familia.
ORACIÓN
Oh
Dios, que para mostrar la inocencia de Escolástica, vuestra virgen, hicisteis
subir su alma al cielo en forma de paloma, concedednos por sus méritos y
oraciones que vivamos una vida tan pura, que merezcamos llegar a las alegrías
eternas. Por J. C. N. S.
Fuentes:
Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S. J., Tomo I;
Patron Saints Index.
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