martes, 3 de agosto de 2021

Conclusiones del Congreso Antimasónico Internacional de Trento – Por el Padre Alberto Ezcurra Medrano.


 



   El 26 de septiembre de 1896 se reunió en Trento el Primer Congreso Antimasónico Internacional. Fue presidido honorariamente por numerosos obispos y arzobispos de Europa y América, siendo su presidente efectivo el Príncipe Carlos de Lowenstein.

   Las conclusiones a que llegó el mencionado Congreso fueron redactadas, luego de una brillante exposición, por el sabio Profesor Vicente Longo, después de haberse ocupado durante más de veintidós años del problema masónico y de haber estudiado más de ciento cincuenta obras oficiales masónicas. Todas sus afirmaciones, pues, fueron probadas por citaciones y documentos auténticos de la propia Masonería. “Ningún desmentido ha podido producirse después del Congreso para defender la Masonería de las acusaciones que la Sección ha formulado contra ella, lo que prueba una vez más que la Sección ha juzgado exactamente al adversario” (Actes, t. II, pág. 51).

   La Masonería, que recibió la noticia del Congreso con sarcasmos y amenazas, se amedrentó ante la profundidad del ataque, incapaz de una refutación seria, se llamó a silencio, pretendiendo ahogar en él las conclusiones del Congreso.

   Hemos creído conveniente dar a conocer aquí dicho documento, que a pesar de su interés e importancia, no ha tenido la difusión que merece.

 

CONCLUSIONES

 

Primera Sección

 

   Doctrina Masónica. Respuesta a las cuestiones examinadas por la Sección.

   1) ¿Cuáles son las doctrinas religiosas en las cuáles se ha inspirado la Masonería?

 

   A esta cuestión, apoyándose en la autoridad oficial que ha sancionado las doctrinas contenidas en más de 150 volúmenes de obras masónicas, volúmenes que han figurado en la pequeña exposición del Congreso de Trento, se ha declarado por unanimidad.

   Que las doctrinas religiosas y filosóficas reproducidas y propagadas por la Francmasonería son las doctrinas phalicas de los antiguos Misterios de la India, de la Persia, de la Etiopía, del Egipto, de la Fenicia, de la Grecia, de los Romanos, de los Druidas; y, después del Cristianismo, de los Gnósticos, de los Maniqueos, de los Albigenses, de los Pataros y otros semejantes, de los Templarios, de los Filósofos del Fuego o Alchimistas o Rosacruces.

   Estos últimos, el 24 de junio de 1717 fundaron la Masonería en su símbolo actual, para perpetuar bajo su nombre el culto del Phallus, llamado asimismo Naturalismo, o culto de la Naturaleza. Por esto la Masonería se define a sí misma, por boca de la Gran Madre Logia de todas las logias del mundo, Madre Logia de Inglaterra: “La capacidad de la naturaleza, la inteligencia del poder que existe en la naturaleza en sus diversas operaciones”. “En cuanto es la capacidad de la naturaleza, se define por esa simple palabra Luz, la luz por excelencia que ilumina a todo hombre que viene al mundo.”

   “En cuanto es la inteligencia del poder que existe en la naturaleza, se define: “La ciencia que abraza todas las ciencias, sobre todo la ciencia del hombre: “Nosce te ipsum” (Conócete a ti mismo).”

   “Y en cuanto es la variedad de las operaciones de la naturaleza, se proclama: “Un hermoso sistema de moral, bajo el velo de las alegorías y el adorno de los símbolos”.

   “En fin, para resumir, en pocas palabras las precedentes definiciones: “Ella es la ciencia del Santo Nombre de Dios, de la palabra Jehováh, pronunciada e interpretada en logia por Hi-Ho, que quiere decir El-Ella, los dos sexos, las dos potencias generadoras”.

 

   2) ¿Cuáles son las relaciones de la Masonería con el Satanismo?

 

   Respecto de las relaciones de la Masonería con el Satanismo se convino por unanimidad que la simple Masonería o Masonería de los tres primeros grados, de Aprendiz, de Compañero y de Maestro, hallándose como se halla, común y necesariamente dividida en exotérica y esotérica, es decir, que sus miembros, ignorando como ignoran, en su mayor parte, la significación de sus símbolos, y, por consiguiente, no hallándose todavía moralmente preparados y dispuestos para un comercio físico y sensible con los espíritus, o bien con Satán, no existe esta relación bajo el punto de vista físico o sensible entre la Masonería común y los espíritus. Bajo el punto de vista moral e intelectual, sin embargo, tienen una perfecta relación con el satanismo, puesto que es una asociación que se llama a sí misma “Dios”, o como la define Mazzini, “Ecclesia Sancta Dei”, entendiendo por este Dios, a Lucifer o el Sol, principio de la generación material universal.

   Que, en fin, los Maestros de la simple Masonería, bien distintos por sus símbolos y por la separación de sus reuniones, de los Aprendices y Compañeros, a los cuales no les son explicados sus símbolos, pueden practicar, si quieren, el Arte Hermético o negro, la Magia, bajo el nombre de Masonería Sacerdotal, supuesto que por el hecho mismo de ser Maestros, son sacerdotes de Satán, representado en todas las logias simbólicas por la Estrella flamígera o flamente.

 

   3) Las diversas doctrinas profesadas, al menos en apariencia, por los masones ¿tienen una relación entre ellas? Y si la tienen ¿cuál es?

 

   A esta cuestión se ha unánimemente respondido que las diversas doctrinas públicamente profesadas por los masones bajo los diferentes nombres, se resumen en el Masonismo “por el todo en el todo” o en el Dios Gran Todo del Panteísmo idealista y del Materialismo bajo el nombre de ciencia positiva o Positivismo.

   Que esas doctrinas, en el lenguaje simbólico universal de los masones, reciben de ellos el nombre de “Masonería ostensible a los profanos”.

   Que tienen entre ellas una íntima relación, en cuanto todas identifican al universo con Dios.

   Que provienen todas de la Masonería, escuela y seminario de ateísmo.

   Que su relación consiste únicamente en la sustitución del concepto de un Dios generador del Universo, al concepto cristiano del Dios creador del Cielo y de la Tierra.

   Y que esta institución se halla indicada en la Masonería por el nombre del Arquitecto del Universo, aplicado a Dios. Y el Arquitecto supone la preexistencia o la coexistencia de la materia sobre la cual debe ejercerse la arquitectura y emplearse los instrumentos para ponerla en obra.

 

   4) ¿Cuál es el fin de la Masonería?

 

   A esta cuestión, después de una larga discusión, se ha respondido unánimemente: Que el objeto de la Masonería es la destrucción universal en el orden físico, intelectual y moral.

   a) En el orden físico, o de la existencia, puesto que la Masonería ha divinizado la muerte o la destrucción universal, sustituyendo a la Santísima Trinidad Cristiana por la Trinidad india de un Dios Generador, Destructor y Regenerador, representado por su Triángulo, realizado en el Cosmos por el principio general según el que “mors unius est generatio alterius” (la muerte de uno es la generación del otro), y viceversa, sucesiva y eternamente, y puesto en práctica por los masones con grave perjuicio de la sociedad humana, bajo los especiosos nombres de lucha por la vida, revolución perpetua y progreso indefinido.

   b) En el orden moral, el objeto de la Masonería es la destrucción universal, puesto que deifica el principio del mal, y con él, todos los vicios bajo el nombre de todas las virtudes.

   c) En el orden intelectual, su objeto es la destrucción universal de la verdad, por la profesión explícita y necesaria del secreto, de la mentira, del perjurio y de la blasfemia cotidiana.

   En una palabra, resumiendo todo lo que precede, se ha concluido que así como apagando u oscureciendo, en cierta manera, el Sol, los que cierran los ojos a su luz, apagan y oscurecen la vida, el orden y la belleza del Universo; los masones, falseando el concepto cristiano de un Dios Creador, por la sustitución del concepto de un Dios Generador, tienden a la destrucción universal, visto que en todos los ritos simbólicos y en todas las ceremonias religiosas profesan la adoración y el culto del maldito pecado mortal en acto, “per peccatum mors”; y visto que adoran la rebeldía universal de Satán y la lujuria infinita de la humanidad, que son el Alpha y Omega de su dios, la Destrucción.

 

SEGUNDA SECCIÓN

 

Acción Masónica. Definiciones.

MEDITACIÓN SOBRE LA HONRA CON QUE DIOS COLMA A LOS SANTOS.

 





   I. Dios honra a los santos en la tierra, les da poder casi absoluto sobre la naturaleza, les da a conocer lo secreto de los corazones, les alza el velo de lo porvenir y les granjea el respeto de los pueblos. Mientras la gente se aleja horrorizada de los cadáveres comunes, tiene gran veneración por las cenizas y las reliquias de los santos. Si realmente amas tú la gloria verdadera, si quieres dejar aquí abajo memoria verdaderamente inmortal, trabaja por hacerte santo. ¡Tus amigos son muy honrados, oh Dios mío! (El Salmista).

 

   II. En el cielo, los santos son aun incomparablemente más honrados. Son todos más gloriosos que los reyes en su trono: son los favoritos de Dios, los príncipes de su corte, y no temen ya perder la dicha de que gozan. Si tan grandes peligros se corren para ganar el favor de los príncipes de la tierra, ¡qué no deberemos hacer para hacernos amigos de Dios! ¿Qué haces para esto? ¿Buscas, acaso, la ocasión de agradar a Dios en todo?

 

   III. ¿Quieres participar de los honores que se tributan a los santos en el cielo y en la tierra? Imítalos; ama, como ellos, la humildad; oculta tus virtudes, y Dios las manifestará; desprecia las riquezas y los honores del mundo, y Dios te coronará de luz y te colmará de riquezas en el cielo. ¡Quieres llegar adonde llegaron los santos y tomas un camino diametralmente opuesto al que ellos siguieron! Aspiras sólo a los bienes de la tierra, ¿cómo puedes esperar que alguna vez Dios te conceda los bienes del cielo?

 

   El deseo de la santidad. Orad por la conversión de los pecadores.

 

   ORACIÓN: Señor, concedednos la gracia de imitar a los que honramos, y enseñadnos a amar a nuestros enemigos, ya que celebramos el Hallazgo de aquél que imploró, para sus perseguidores,  la misericordia de J. C. N. S.


lunes, 2 de agosto de 2021

Celo de San Alfonso María de Ligorio para reformar las costumbres de su grey y remover los escándalos.


 



Pero si tanto trabajó Alfonso por la exacta disciplina del clero y de las sagradas vírgenes, ¡oh! ¡y cuánto no se ocupó y se afanó todavía por el bien y provecho espiritual del resto de su grey! Comprendía él muy bien que antes de edificar y de plantar, es necesario descombrar y destruir los obstáculos, esto es, extirpar el vicio y desterrar el mal, para poder despues establecer el bien y radicar la virtud; por lo que sus primeros pensamientos y sus primeros afanes con respecto al pueblo, fueron corregir las costumbres y desterrar los vicios, a fin de poder luego conducir más fácilmente al bien y aun procurar la perfección, según la vocación y el estado de cada uno. Con este objeto, sin omitir fatiga y sin atender a ninguna indisposición de salud o a cualquiera otra cosa, se ocupaba continuamente, como ya se ha dicho, en predicar en forma de misiones, y en dar instrucciones, y en hacer catequismos, exhortaciones y novenas, ya en una, ya en otra iglesia, y aun algunas veces en las plazas públicas. Hallándose en la visita de algunos distritos en que habia muchos pueblecillos o aldeas próximas, en los días festivos, particularmente después de haber predicado por la mañana en uno de ellos, iba por la tarde a predicar a otro: de esta manera, desatándose unas veces contra el vicio y representando toda su deformidad, y otras mostrando la infinita misericordia de un Dios que da tiempo al pecador para volver en sí y espera su arrepentimiento, y otras explicando é insinuando los deberes de la vida cristiana, procuraba la conversión de los pecadores, la reanimación de los débiles y de los tímidos, y un más exacto cumplimiento de las obligaciones propias de cada estado.

 

   Y no contento con todo esto, también hacia venir todos los años misioneros, esto es, sacerdotes de su congregación o de la de Nápoles, o a los padres operarios píos, a los religiosos del orden de predicadores u otros celosos ministros evangélicos, para que recorriesen su diócesis en varias direcciones, predicando la palabra divina y convirtiendo almas a Dios. Quería además que los predicadores cuaresmales de su diócesis predicasen de modo que todos los comprendiesen, para sacar fruto de sus fatigas, por lo que muchas veces iba él mismo a escucharlos y los obligaba a dar en la semana de Pasión los ejercicios espirituales a todo el pueblo en forma de misión, de lo cual, se saca mucho provecho. Por esto solía decir por este tiempo a su secretario: Me alegro de que en esta semana de Pasión se haga misión en toda mi diócesis. El celo de Alfonso nunca satisfecho y cada vez más industrioso, pasó aún más adelante, porque tanto en Airola como en Durazzan, estableció una congregación de sacerdotes que debían reunirse una vez a la semana en un lugar destinado al efecto, y allí despues de haber hecho oración mental, debían ocuparse de adquirir la debida instrucción en confesar por medio de confesiones prácticas, así como en predicar, haciendo ejercicios propios de las misiones. Y a fin de que se amaestrasen aún más para estar en estado de ir a su tiempo a las misiones, los mandaba en compañía de otros misioneros, particularmente con los de su congregación cuando iban a predicar a su diócesis. Instruidos de este modo, los mandaba despues, de cuando en cuando, a los sitios más distantes y remotos de ella, donde habia ranchos y pequeñas aldeas de gente pobre, idiota y dispersa; y bendiciendo el Señor esta obra, no era poco el fruto que se recogía. No dejaba al mismo tiempo de instruir y amonestar su grey con cartas pastorales, edictos, notificaciones, avisos y otras cosas semejantes, según lo exigía la necesidad y él lo juzgaba oportuno. Quería también que sus vicarios foráneos y los párrocos vigilasen cuidadosamente a cerca de las buenas costumbres, y que de palabra o por escrito le informasen plenamente de cualquier desorden que ocurriese. Frecuentemente llamaba a estos mismos y a algunos religiosos y otras personas de saber, para consultar con ellos y dictar las medidas más eficaces y adaptadas al bien y provecho de su grey; y si llegaba a saber que entre sus diocesanos habia sinsabores, litigios, odios o enemistades, no omitía diligencia alguna para componer, tranquilizar y reconciliar sus ánimos y mantener por todas partes la paz y la caridad fraterna. Habiendo sabido, una vez que se hallaba en Arienzo, que habia sido herido mortalmente un joven bien nacido de aquel país, corrió inmediatamente a visitarlo, y con sus dulces e insinuantes palabras lo indujo, así como a la madre, a perdonar al ofensor: le mandó diariamente los alimentos durante el tiempo que sobrevivió, y despues de su muerte asignó a  la madre una pensioncita por cuenta de su mesa episcopal. Murió también en la misma ciudad otro diocesano suyo, a resultas de una herida que le infirió un soldado, y Alfonso acudió a interponerse con el hermano y la madre del difunto para obtener el perdón y la remisión en favor del matador, como en efecto la obtuvo.

 

   En una ocasión dos caballeros jovencillos, por ese vano puntillo de honor tan perjudicial al alma como al cuerpo, se desafiaron, y habiéndolo sabido Alfonso los hizo llamar al instante y les demostró que habían cometido un pecado mortal con solo el hecho del desafio y su aceptación, aunque no se hubiese verificado el duelo, amonestándolos para que no volviesen a intentarlo. Luego tomó el mayor empeño en promover todos los obstáculos y medidas más eficaces para impedir en lo sucesivo semejantes desordenes y aun recurrió a la autoridad civil: además de que habiendo sabido que los duelos no eran tan raros en Nápoles hizo una súplica al rey mismo para que se dignase refrenarlos, y al estar dictándola exclamaba de cuando en cuando: Pobres almas, pobres almas que van en, derechura al infierno. Despues de esto compuso una disertación sobre la impiedad de los duelos, en la que recopiló todas las leyes no solo eclesiásticas, sino civiles del reino de Nápoles, que los prohíben, y la mandó al rey y aun a muchos ministros, a fin de que dictasen los remedios más oportunos, como en efecto sucedió, pues se promulgó una ley bastante severa contra ellos. Ni tampoco fué nunca menor el empeño de Alfonso para reprimir y corregir el atrevimiento de los que no tienen ningún embarazo en abrir su boca profana contra el cielo y de proferir con su sacrílega lengua infames blasfemias. Habiéndosele referido que uno de estos incorregibles había vomitado una blasfemia abominable, mandó inmediatamente suplicar en su nombre al gobernador de Arienzo, que hiciese poner en la cárcel al que había osado cometer un delito tan execrable y digno del mayor castigo, para reparar el escándalo y sirviese de público ejemplo a los demás.

 

   Si el celo de Alfonso fué siempre tan fervoroso y tan incansable para alejar y quitar de su grey cualquiera vicio, nunca lo fué tanto respecto de otros, como lo fué en hacer una continua y vigorosa guerra al de la deshonestidad, y en procurar remover los escándalos públicos; porque este vicio, como él decía, lleva la mayor parte de los hombres al infierno. Y en verdad que con él  también corre pareja la sed inmoderada e ilícita del oro, que forman los dos caminos más espaciosos y más frecuentados por donde las almas corren afanosas para precipitarse en el antro infernal. Sin embargo, no es posible referir todo cuanto practicó con las obras y de palabra para extirpar completamente de su grey este vicio brutal. Luego que sabía que alguno de los soldados que estaban de guarnición en Arienzo, tenía malas relaciones con una mujer, hablaba al comandante para hacerlo mudar de residencia, y lo mismo hacía con los dependientes del tribunal, escribiendo al comisario y mandando llamar con frecuencia al jefe de ellos para recomendarle que tuviese la mayor vigilancia con ellos. Vió con desagrado que en Arienzo solían dejar detenidas a las mujeres delincuentes en las habitaciones de los alguaciles por falta de una cárcel separada, y para cortar este escándalo rogó al duque de aquel lugar que destinase otra cárcel para esas mujeres, el que tanto por lo racional de la petición, cuanto por la opinión que tenía de la santidad de Alfonso, no vaciló un momento en hacer lo que le pedía.

MEDITACIÓN SOBRE LAS CUALIDADES DEL VERDADERO CELO





   I. Todos debemos estar animados de un ardiente celo por la gloria de Dios y la salvación de las almas. Quien ama a Dios no puede ver con indiferencia que se ataque su honor. Si ve a su prójimo internado por mal camino, hace todo por volverlo al bien; y, si no lo logra, gime y reza por él. ¿Así haces tú? Si no tienes celo, deduce que careces de amor. El celo es la señal de que Dios ha descendido a un alma (San Bernardo).

 

   II. No basta que nuestro celo sea ardiente; es menester, para que dé fruto, que sea tierno y compasivo. Los pecadores, decía San Alfonso, son ovejas descarriadas que Jesucristo iba buscando por entre las zarzas del camino y que volvía a traer al redil llevándolas sobre sus hombros para ahorrarles las fatigas del retorno. Es el modelo que se propuso en toda su conducta; de ese modo, ¡a cuántas ovejas descarriadas recondujo al ovil del divino Pastor! Mira si en las advertencias que haces a tus hermanos y en todas las buenas obras que realizas, no entra tu amor propio en gran medida en vez del amor de Dios y del prójimo. Que sea la caridad la que inflame tu celo.

 

   III. En fin, nuestro celo debe ser constante. San Alfonso, al fundar su Congregación del Redentor, hizo voto de no perder nunca el tiempo. Quería que Dios no hallase en su vida ni una sola hora que no estuviese consagrada a su gloria y a la salvación de las almas. ¿Qué intereses persigues tú? ¿Son los tuyos o los de Jesucristo? ¿Cuánto tiempo dedicas a ellos? No te olvides de la suerte reservada para el servidor que enterró su talento. Fue acusado, no de haberlo perdido, sino de haberlo dejado improductivo. No te canses de ganar almas para Jesucristo, pues tú mismo fuiste ganado por Jesucristo (San Agustín).

 

   El celo. Orad por el éxito de las misiones.

 

   ORACIÓN: Oh Dios, que habéis inflamado de celo apostólico al bienaventurado Alfonso María, vuestro confesor pontífice, y os servisteis de su ministerio para dar una nueva familia a la Iglesia, haced, os lo suplicamos, que instruidos por sus saludables consejos y fortificados con sus ejemplos, podamos llegar a Vos dichosamente. Por J. C. N. S.

 




VIDA DE SAN ALFONSO MARÍA DE LIGORIO EN AUDIO MP3 (Para escuchar y descargar)

 

SAN ALFONSO MARÍA LIGORIO,

Obispo, Confesor y Doctor de la Iglesia

 

San Alfonso María de Ligorio, nacido en Nápoles en 1696, dejó el foro por el sacerdocio. Obró un gran número de conversiones y fundó la Congregación del Redentor. Toda su vida estuvo consagrada a ganar almas para Jesucristo, a inspirar a los fieles una tierna devoción a la Pasión del Salvador, a la Santa Eucaristía y a la Virgen Madre de Dios. Empleó los momentos que le dejaba la predicación de la palabra de Dios en la composición de gran número de obras de teología y piedad, que lo hicieron elevar al rango de los Doctores de la Iglesia, por disposición de Pío IX. Murió en 1787.

sábado, 24 de julio de 2021

Una trampa que debe ser evitada: las sociedades católicas secretas – Por Arnaud De Lassus.

 





   ¿Puede combatirse la masonería volviendo contra ella sus propias armas al crear sociedades católicas secretas? He aquí cómo el Padre E. Barbier trata el tema en su libro “Las infiltraciones masónicas en la Iglesia” (Desclée, 1910).

   El católico es hijo de la luz. El simple buen sentido indica que, si con el pretexto de dirigirse más libre y seguramente hacia su objetivo, busca las vías subterráneas y secretas, se encontrará fatalmente, tarde o temprano, con que camina lado a lado junto a los hijos de las tinieblas, a riesgo de ser extraviado por éstos en un laberinto del cual ellos poseen los secretos.

   La tentación de recurrir a organizaciones secretas, sea religiosas, sea políticas y religiosas a la vez, puede ser grande para los espíritus activos e inquietos en las épocas de desorganización social y de opresión jacobina, cuando la libertad del bien está entrabada de mil maneras y cuando los poderes exteriores están coaligados para arruinar toda tentativa de reacción saludable.

   Sin embargo, aun entonces, el principio de toda acción católica permanece invariable: es marchar a cielo descubierto. Lo demás es ilusión. Por lo demás, allí están los hechos y ellos se encargan de enseñarnos que se cae en la propia trampa. Para demostrar este peligro no será necesario invocar el ejemplo de lo que pasa en el mundo angloamericano, donde pululan asociaciones de este género bajo la forma de sociedades filantrópicas o de socorros mutuos.

   [...] invocaremos aquí el argumento que es decisivo para todo creyente sincero, el de la autoridad de la Santa Iglesia, y nos limitaremos a recordar algunos documentos emanados de la Santa Sede, donde la cuestión es zanjada de raíz, porque apuntan al principio mismo de las sociedades secretas.

    Una declaración de la Sagrada Penitenciería, con fecha 21 de septiembre de 1850, fija la extensión de las Bulas Pontificias contra las sociedades de este género. Elia expresa: “Las asociaciones que declaran no conspirar en modo alguno contra la religión o el Estado y, sin embargo, forman una sociedad oculta confirmada por un juramento, quedan comprendidas en estas Bulas”.

   Una instrucción del Santo Oficio dirigida a los obispos el 18 de mayo de 1884 dice: “Aparte de estas sociedades [la masonería y las sociedades anticatólicas], hay otras sectas prohibidas y que deben ser evitadas, so pena de falta grave, entre las cuales hay que incluir, sobre todo, las que exigen de sus adeptos un secreto que no pueden revelar a nadie y una obediencia absoluta a jefes desconocidos”.

   En la misma página, en una nota, el editor de las Acta Aposticae Sedis expone que todas las sociedades ocultas están alcanzadas por las prohibiciones de la Iglesia, sea que ellas exijan o no juramento, porque son sociedades contrarias al derecho natural. No existen, en efecto, según el derecho natural y el derecho divino, sino dos sociedades independientes y perfectas: la Iglesia y el Estado. Todas las otras sociedades deben estar ligadas a una u otra; son miembros de ellas y no puede existir una asociación que sea legítima si ella no depende de la Iglesia o del Estado.

   Ahora bien, una sociedad secreta, por el solo hecho del secreto, pasa a ser Independiente de la Iglesia y del Estado, que no tienen ningún medio de control respecto a su organización, su fin o su actuación.

   Tal sociedad no tiene, pues, su origen en el derecho natural, ni en el derecho divino revelado: la autoridad que la gobierna no viene de Dios; ella viene, por lo tanto, del demonio y es fundamentalmente ilegítima.

   Tal es, en sustancia, el comentario a los decretos de la Santa Sede.

 

“LA MASONERÍA”

Conocimiento elemental

 


MEDITACIÓN: TODOS BUSCAN SUS INTERESES.



 



   I. Cada cual procura sus intereses. El avaro busca las riquezas; el voluptuoso, los placeres; el soberbio, los honores. Saca de esta verdad dos conclusiones: la primera, que no hay que contar con la abnegación de los hombres, sino que hay que confiar en la bondad de Dios; la segunda, que debes deplorar la ceguera del mundo que se adhiere enteramente a bienes pasajeros, mientras descuida los bienes eternos. Que la gloria de Dios sea el fin de todas tus acciones y no tu gloria propia o tu placer.

 

   II. Muy pocas personas hay que busquen la gloria de Jesucristo; hasta es lo más frecuente que los que parecen consagrados a los intereses de Dios, busquen todavía su propia gloria o algún interés temporal. ¿Cuál es el fin que persigues en todo lo que emprendes? En vano pretenderás trabajar por Dios: tu conducta y tus acciones desmienten tus palabras. ¿Puede acaso la lengua negar lo que hace la mano y la palabra destruir lo que ejecutan los actos? (Tertuliano).

 

   III. El mejor medio que hay para procurar tus intereses y trabajar para ti mismo es servir a Dios, porque es el medio que tienes para poner orden en tu negocio más grande, que es la salvación de tu alma. Dios mío, ¡cuán bueno sois! Nada puedo hacer por ti sin trabajar para mí. Y, a la vez, ¡cuán culpable soy para querer más perderme ofendiéndoos que salvarme sirviéndoos! Dios puede ser feliz sin mí, sin Él yo no puedo ser sino desgraciado. Dios no tiene necesidad de tenernos por servidores, y nosotros tenemos necesidad de tenerlo por Señor (San Agustín).

 

 

   Reflexión: El cuidado de la salvación. Orad por los enemigos de la Iglesia.

 

   Oración: Que la bienaventurada Cristina, virgen y mártir, implore por nosotros vuestra misericordia, Señor, ella que siempre os fue agradable por el mérito de su castidad y por la valentía en confesar vuestro santo Nombre. Por J. C. N. S.


jueves, 22 de julio de 2021

Anna María Taigi, esposa, madre y mística.

MEDITACIÓN SOBRE LAS LAGRIMAS DE SANTA MARÍA MAGDALENA.


 



   I. Las primeras lágrimas de Magdalena fueron lágrimas de contrición. Impelida por el dolor de haber ofendido a Dios, busca a Nuestro Señor, lo encuentra en la casa del fariseo y en ella hace una confesión pública de sus pecados. A partir de ese instante renuncia a sus criminales placeres y cambia de vida. ¡Dichosas lágrimas, que borrasteis los pecados de Magdalena! Ojos míos, ¿cuándo lloraréis los desórdenes de mi juventud? ¿Por qué retardar mi conversión? Mundo, placeres, honores, os dejo para siempre: dejadme en adelante llorar mis pecados, ¡dejadme un instante a fin de que gima! (Job).

 

   II. Magdalena vertió lágrimas de compasión cuando vio a Jesús en manos de los verdugos. Lo acompañó hasta el Calvario; se mantuvo al pie de la cruz y mezcló su llanto con la Sangre adorable de Jesús. Nosotros vemos todos los días a nuestro divino Salvador clavado en la cruz, todos los días meditamos sobre su Pasión; ¿por qué, pues, nuestro corazón permanece insensible ante sus sufrimientos? ¿Por qué nuestros ojos no vierten lágrimas? ¡Ah! es porque no tenemos por Jesús el mismo amor que Magdalena. La fe de esta mujer fue grande, su amor ardiente, su arrepentimiento sincero (San Lorenzo Justiniano).

 

   III. El deseo de ver a Jesús, después de su resurrección, le hizo bañar en lágrimas la tumba del divino Maestro. El deseo de contemplarlo en el cielo la hizo suspirar y gemir en la gruta a la que se había retirado. Llora ella noche y día porque su exilio se prolonga, y no se le permite unirse a su Bienamado. Viértense lágrimas por una bagatela; mas, ¿quién llora de haber perdido a Jesús? ¿Quién llora por su extravío?

 

   Petición: La penitencia. Orad por la conversión de los pecadores.

 

 ORACIÓN: Oh Dios, que al ruego de la bienaventurada María Magdalena habéis resucitado a su hermano Lázaro, muerto hacía ya cuatro días, haced que experimentemos los efectos de su poderosa intercesión. Vos que, siendo Dios, vivís y reináis por los siglos de los siglos.


jueves, 15 de julio de 2021

¿Cómo el clero, y el pueblo católico enfrentaban las calamidades naturales de todo tipo, incluyendo las epidemias? ¿Cuál era el peor temor?


 


   Se las detenía con Rogativas, con Procesiones,…ya no sé si existen en la actualidad estas formas públicas de rogar a Dios, a fin de que tenga piedad de nosotros los pecadores. Creo que el modernismo se las llevo, y el hombre moderno confía ya más en las obras de sus manos que en la Divina providencia. 

   Pues lo que más temían los católicos en cualquier calamidad, era morir sin los sacramentos. La muerte instantánea de miles de personas que no tiene tiempo de recibir los auxilios de la Iglesia. 

   ¿Acaso, esos son nuestros temores hoy?





De la oración que se hace ante el Santísimo Sacramento – Por San Alfonso María de Ligorio.


 


   En cualquier lugar en que se haga la oración, es siempre agradable a Dios; mas parece que Jesucristo agradece de un modo particular la que se le hace ante el Santísimo Sacramento, porque otorga más abundantemente sus gracias y sus luces a los que se llegan a visitarle.  Se ha quedado en este Sacramento, no sólo para alimento de las almas que lo reciben en la santa comunión, sino también para que los que le busquen puedan gozar de su presencia en todo tiempo y en todo lugar. Van los piadosos peregrinos a Loreto donde Jesús vivió, y a Jerusalén en donde fué crucificado; pero, ¡cuánto mayor no ha de ser nuestra oración, al tener delante de nuestros ojos el tabernáculo, en que este mismo Dios, que habitó con nosotros y por nosotros murió en el Calvario, reside noche y día personalmente!

 

   No es permitido a toda clase de personas hablar privadamente a los reyes de la tierra; mas todos sin excepción, ricos y pobres, nobles y plebeyos, pueden hablar cuando quieran al Rey del Cielo, Jesucristo, y exponerle sus necesidades, y pedirle sus mercedes en este Santo Sacramento, donde está pronto a dar audiencia a todos, y a todos les oye y los consuela.

 

   La gente del mundo que no conoce otros placeres que los terrenos, no concibe qué placer pueda gozarse al pie del altar en donde está la hostia consagrada; más para las almas que son amantes de Dios, las horas y los días enteros pasados delante del Santísimo Sacramento no son más que minutos: tan dulces son los goces que el Señor allí les da a probar.

 

   ¿Pero cómo podrían los mundanos gozar de estas dulzuras, ellos cuyo corazón y cabeza no están llenos sino de tierra? San Francisco de Borja decía que para que reinase en nuestros corazones el amor divino, era menester antes quitar de ellos la tierra; de otra manera, el amor divino, ni siquiera entra allí, porque no encuentra lugar donde estar. Cesad, dice David, y ved que yo soy Dios. Para percibir el sabor de Dios y experimentar cuán dulce es para quien le ama, es menester quedar vacante, esto es, despegarse de los afectos terrenos. ¿Queréis encontrar a Dios? Desprendéos de las criaturas y lo encontraréis, decía Santa Teresa.

miércoles, 14 de julio de 2021

Táctica masónica (CÓMO JUEGA LA SECTA SUS DOS GRANDES ALAS NEGRA Y ROJA) – Por F. Ferrari Billoch. Año 1939. (IIa Parte)


 



COMENTARIO NUESTRO: Estas dos últimas publicaciones nos muestran como el marxismo, actúa con un manual en la mano y quienes en última instancia, los financian y hasta los dirigen. Sus estrategias ya fueron escritas y puestas en práctica. Tienen mucha experiencia haciendo el mal (odio y terror para implantar el miedo). Y hoy en 2021 siguen el mismo libreto. Sin importar el país que quieran destruir. Y siempre, el objetivo es el mismo, la Iglesia Católica, la sociedad cristiana, porque es el único obstáculo,  y por qué NO SÓLO ES UNA BATALLA TERRENA, SINO QUE TAMBIÉN SE LIBRA EN EL PLANO ESPIRITUAL. No dejen de leer las publicaciones que hicimos sobre las “Dos banderas” es sumamente importante que lo lean y lo asimilen. Vamos al libro.  

 

   Bela Kum, el fatídico agente soviético, desencadena el terror en Hungría. — Ciento treinta y tres días de crímenes y de sádicas torturas. — Cómo se llegó a la dictadura de los Comisarios del pueblo. —La Masonería, a través de la socialdemocracia, da paso a la ola roja. —La brutal ferocidad de los asesinos comunistas. — Estadística de pesadilla.

 

   Por los periódicos anda estos días, con gran revuelo, la noticia de que Bela Kum se halla en España. Por lo visto ha desembarcado en Cádiz, como agente del Komintern, con un millón de pesetas, dispuesto a repetir la locura roja de Hungría. Un enviado de «Le Matin» afirma haberse entrevistado con él en cierto lugar de Barcelona.

   Auténtica o no la noticia — todos sabemos que el agitador soviético ha estado en la U. R. S. S. algún tiempo meditando sobre sus errores técnicos y perfeccionándose en los métodos de los grandes jefes de la revolución mundial —, Bela Kum (1) puede servirnos como aglutinante en esa borrosa frontera que separa el comunismo de la Masonería. Desde luego, la línea divisoria no existe. Existe, sí, una zona de penumbra que todos «ellos», claro, se esfuerzan en llenar lo más posible de bruma para escamotear el contacto, el puente que enlaza la MASONERIA NEGRA con la ROJA.

   Claro que este contacto existe. ¡Naturalmente! Ya demostré, con documentos oficiales (2), cómo funcionan las logias bajo el signo de Carlos Marx, con fuerzas de CHOQUE; cómo marxistas y judíos nutren los cuadros de las organizaciones masónicas; cómo... Pero dejemos esto para el momento oportuno.

   Volvamos a Bela Kum, que es quien ahora nos interesa, y veámosle de jefe del Gobierno rojo húngaro. Con detalles de su actuación, con toda su monstruosa ferocidad de émulo de los paranoicos de la Revolución francesa.

 

   (1) Desgraciadamente, acordada por el Komintern la provocación de la revolución comunista española, Bela Kum, cuyo verdadero nombre es Aron Cohn, ha podido andar libremente por la Península con el siniestro plan de preparar el terreno para la instauración de un régimen de terror, tal como implantó en Hungría. No es él quien únicamente prepara la tragedia española. Como colofón al 16 de febrero, Rusia ha mandado cerca de un centenar de agitadores especializados, que hallan ya un camino trillado. ¿Qué saldrá de esas andanzas de Bela Kum, Ovsenko, Borodin, Neumman?... Esos especialistas andan de un sitio a otro, poniendo su planta en los más apartados rincones del mundo para provocar terribles catástrofes revolucionarias. ¡Dios salve a España!

   (2) Véase «La Masonería al desnudo».

martes, 13 de julio de 2021

Masonería Roja – Por F. Ferrari Billoch. Año 1939. (I° Parte)


 



“Sois parásitos de la anarquía; no la podéis contener porque es vuestro sustento y vivís de ella”. Calvo Sotelo.

“República, espíritu revolucionario y socialismo están, indudablemente, ligados”. H.: A. Levey, Grado 33.

 

  

   Vamos a entrar—ya es hora—en lo que podríamos llamar parte práctica, la realidad, de toda esa serie de zarandajas rituálicas, ceremonias seudorreligiosas, tan ridiculas como pintorescas, con que en los talleres se deslumbra a las almas inferiores.

   El consorcio judíomasónico ha extendido su red de organizaciones tenebrosas ¡y ahí está, en las logias, la cuerda de nudos que enlaza las columnas del templo, símbolo de la cadena que aprisiona al mundo! —; vamos a ver los trágicos efectos de esta red de células clandestinas reflejadas en el aspecto social.

   Sin reparar en medios ni en procedimientos — uno de esos medios es reclutar gentes carentes de sanos principios, bajo las fórmulas amables, liberaloides, de las logias —, el consorcio judíomasónico labora en la sombra para llegar a la destrucción de la civilización occidental.

   La civilización cristiana es el único obstáculo serio que se opone a la implantación de la tiranía judíomasónico. El mundo no caerá aherrojado, esclavizado, a sus pies, hasta borrar de la conciencia de las generaciones el signo excelso de la CRUZ. He aquí lo que se propone.

¿Medios?

   Uno, las logias; otro, agitando esa otra gran ala de la Masonería, el ala roja, que elabora bajo un signo supremo:

   LA LUCHA DE CLASES.

   Y he aquí el secreto de su táctica criminal:

   Mueve una u otra ala según el tiempo y las circunstancias. EL GRAN MONSTRUO ha desplegado sobre la Tierra dos grandes EJERCITOS, alas monstruosas de ese vampiro insaciable diseñadas a través de las maquinaciones del SANEDRIN. El las mueve y las hace jugar con una ciencia diabólica, con procedimientos criminales. De engaño, de hipocresía también...

   Veamos:

   Ante un Estado autoritario, potente, fuerte, con régimen de paz y prosperidad nacional — cada ciudadano, en sus ocupaciones: el obrero, en el tajo, en la fábrica; el funcionario, en su oficina; en sus profesiones liberales, la clase media...—, el GRAN MONSTRUO mantiene en reserva su ala ROJA y mueve con cautela, con procedimientos ladinos, subterráneos, el ala NEGRA de sus ejércitos: en el antro de las logias conspiran los hombrecitos del triángulo.

   Conspiran contra todo. Contra lo divino y contra lo humano, ignorantes, la mayoría de las veces, del origen de la consigna que están obligados a acatar y cumplir.

   En la calle, también mediante procedimientos arteros — ¡oh, salen bien aleccionados de las «tenidas»! —, van formando un falso ambiente, que los papanatas y los inconscientes contribuyen a enrarecer, sin sospechar que hacen el juego a las maquinaciones de la secta maldita. Acude en su ayuda la Prensa siniestra: se pide a través de unas violentas campañas de injurias y de miseria moral, libertad, democracia, liberalismo... Cuando todo se ha derrumbado — y está a punto de perderse todo, ¡hasta el honor!—, el GRAN MONSTRUO, al amparo de los banderines liberaloides, despliega las guerrillas de sus jaurías ROJAS (*). Es la misma línea de procedimiento revolucionario que ya preconiza Lenín en su obra «Dos tácticas»: «Para esa lucha titánica debe tener (el comunismo) el camino libre, debe servirse de todas las armas a su alcance. La democracia, la plena libertad política, son sus mejores armas».

   Es entonces cuando una ola de odio y de rencores desatados, estimulados por todos los venenos de las campañas demagógicas, invade la Nación. El marxismo, con sus puños crispados y sus crímenes, se enseñorea de la calle.

   Es la lucha de clases, dirigida ya, no desde las logias, sino desde Moscú. Y en el ámbito nacional —angustia y caos en la economía— se produce la gran tragedia de los atentados, huelgas, sabotajes, rebeliones, movimientos anárquicos... ¡Es la REVOLUCION EN MARCHA!

   LA MASONERIA ROJA ha sucedido a la MASONERIA NEGRA.

   Y los hombrecitos grises, que en las «tenidas» veían satisfecha su vanidad con un mandil y unas bandas bordadas primorosamente y unos cintajos policromos, y hacían prácticas de oratoria barajando frases hueras entre alharacas a unos postulados imposibles, se ven de pronto en la responsabilidad del Poder. Los últimos estratos se han elevado a la superficie. Es una ley que se cumple en todas las conmociones revolucionarias. ¡Ah! La secta cumple sus compromisos y satisface el pagaré. Pero esos hombres son más esclavos que nunca.

   «Sois parásitos de la anarquía —ya les dijo Calvo Sotelo desde su escaño, con la frente alta y la coraza de su prestigio de hombre de alta mentalidad —; no la podéis contener porque es vuestro sustento y vivís de ella».

   Les dijo. Mientras tanto, iba señalando tantísimos casos que se salen de la esfera de los conflictos sociales para entrar en los límites del Código Penal, de la criminalidad y de la delincuencia.

   Y es que son peleles manejados por los hilos invisibles de los PODERES OCULTOS, figurones de un reinado efímero que cualquier día desaparecen de pronto por el escotillón del olvido.

   Así son todos. Así, yo vi una madrugada en el ambiente bohemio del Café Castilla, ocupando modestamente una mesa en un rincón, a Kerenski, dueño un día de un pueblo de 160 millones de almas.

   Pero así son los hombres que hace y deshace la revolución.


“ENTRE MASONES Y MARXISTAS…”