viernes, 9 de mayo de 2025

A los padres y madres, para reservar la paz entre Ellos, y en la Familia – Por San Carlos de Borromeo Arzobispo de Milán. Año 1631.


 



A los padres y madres, para reservar la paz entre Ellos, y en la Familia – Por San Carlos de Borromeo Arzobispo de Milán. Año 1631.

 

Oficio del padre de familia:

 

– Ser cristiano de nombre y de obras. Honrar y reverenciar a los grandes, a los Sabios, a los Legisladores y a las Leyes;

 

– En las conversaciones, considera el tiempo, el lugar y las personas;

 

– Procura no desagradar a los malos, procura agradar a los buenos y prudentes;

 

– Antes de trabar amistad, considera con quién, y el motivo;

 

– En todas las ocasiones, di la verdad, y con pocas palabras;

 

– Ten una mujer, para procrear  hijos, y procurarte una compañía; durante el día no estés ni triste ni feliz, sino sereno;

 

– No pongas a descubierto tus secreteos, ni los ajenos;

 

– Ser señor absoluto de todo lo que tienes;

 

– No ser pródigo, para que no ser vituperado;

 

– No seas avaro, para no ser blasfemado;

 

– Estima a una mujer en las cosas necesarias;

 

– No través con ella contienda, ni la corrijas en público;

 

– Se prudente al contratar, concluir y obrar;

 

– No consientas que tu mujer salga, o se reúna en veladas en fiestas y juegos;

 

– Sé para tu mujer no sólo un marido, sino también un padre amoroso, un hermano y un maestro;

 

– Toma el gobierno de la familia, a falta de mujer;

 

– No tornes a la mujer demasiado rigurosa y desesperada, pero tampoco permitas que se entregue a sus gustos y sea disoluta;

 

– No beses, ni acaricies a tu mujer (sensualmente), en presencia de tus hijos o hijas;

 

– No seas cruel en castigar, ni fácil al perdonar el error cometido;

 

– A la mujer y a la familia, hacedlas más temerosas con palabras que con heridas y  golpes;

 

– Haga una inspección para ver si hay algún peligro en su casa y sus haberes;

 

– De a toda su casa el debido mantenimiento, y a sus siervos, el  debido premio acordado;

 

– Echa fuera de tu casa al siervo o sierva que persiste en el pecado, o ha caído en otro peor que el primero;

 

– Proveer adecuadamente, lo más necesario en el hogar, dejándolo luego en custodia de la mujer;

 

– No te ocupes tanto en acumular riquezas, al tal punto, que os olvidéis de aquellos a quienes debéis dejárselas;

 

– En las ocasiones de floridas, en las fiestas, o regocijos, no dejes todo a cargo de la mujer;

 

– Huye de la envidia y de los celos, y no permitáis que la ira os venza;

 

– Levántate temprano y acuéstate tarde;

 

– No te acostumbres ni permitas que en tu casa haya costumbre de prodigarse manjares;

 

– Recuerda que antes de ser padre eras hijo;

 

– Criad a vuestros hijos en el temor y la reverencia;

 

– Repara los escándalos de tu casa;

 

– Evita que tus hijos, traten y conversen con muchas;

 

– Adornad a vuestros hijos con la santa doctrina y la cortesía;

 

– El gobierno y educación de vuestros hijos, dejadlo sólo a personas doctas y de buen ejemplo;

 

– Que él busque dote para sus hijas, y que la mujer la busque para sus hijos;

 

– En las obras prósperas no te envanezcas, ni en las adversas te abatas, no te entregues a la vileza;

 

– No andes, ni consientas andar de noche;

 

– Sea vuestra regla: el deseo del honor y el temor de la infamia;

 

– Así como el mar desgasta la roca golpeándola, así también el marido vagabundo hiere a su mujer;

 

– Es mejor mandar a una mujer fea, que obedecer a una mujer bella.

 

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