martes, 3 de agosto de 2021

Conclusiones del Congreso Antimasónico Internacional de Trento – Por el Padre Alberto Ezcurra Medrano.


 



   El 26 de septiembre de 1896 se reunió en Trento el Primer Congreso Antimasónico Internacional. Fue presidido honorariamente por numerosos obispos y arzobispos de Europa y América, siendo su presidente efectivo el Príncipe Carlos de Lowenstein.

   Las conclusiones a que llegó el mencionado Congreso fueron redactadas, luego de una brillante exposición, por el sabio Profesor Vicente Longo, después de haberse ocupado durante más de veintidós años del problema masónico y de haber estudiado más de ciento cincuenta obras oficiales masónicas. Todas sus afirmaciones, pues, fueron probadas por citaciones y documentos auténticos de la propia Masonería. “Ningún desmentido ha podido producirse después del Congreso para defender la Masonería de las acusaciones que la Sección ha formulado contra ella, lo que prueba una vez más que la Sección ha juzgado exactamente al adversario” (Actes, t. II, pág. 51).

   La Masonería, que recibió la noticia del Congreso con sarcasmos y amenazas, se amedrentó ante la profundidad del ataque, incapaz de una refutación seria, se llamó a silencio, pretendiendo ahogar en él las conclusiones del Congreso.

   Hemos creído conveniente dar a conocer aquí dicho documento, que a pesar de su interés e importancia, no ha tenido la difusión que merece.

 

CONCLUSIONES

 

Primera Sección

 

   Doctrina Masónica. Respuesta a las cuestiones examinadas por la Sección.

   1) ¿Cuáles son las doctrinas religiosas en las cuáles se ha inspirado la Masonería?

 

   A esta cuestión, apoyándose en la autoridad oficial que ha sancionado las doctrinas contenidas en más de 150 volúmenes de obras masónicas, volúmenes que han figurado en la pequeña exposición del Congreso de Trento, se ha declarado por unanimidad.

   Que las doctrinas religiosas y filosóficas reproducidas y propagadas por la Francmasonería son las doctrinas phalicas de los antiguos Misterios de la India, de la Persia, de la Etiopía, del Egipto, de la Fenicia, de la Grecia, de los Romanos, de los Druidas; y, después del Cristianismo, de los Gnósticos, de los Maniqueos, de los Albigenses, de los Pataros y otros semejantes, de los Templarios, de los Filósofos del Fuego o Alchimistas o Rosacruces.

   Estos últimos, el 24 de junio de 1717 fundaron la Masonería en su símbolo actual, para perpetuar bajo su nombre el culto del Phallus, llamado asimismo Naturalismo, o culto de la Naturaleza. Por esto la Masonería se define a sí misma, por boca de la Gran Madre Logia de todas las logias del mundo, Madre Logia de Inglaterra: “La capacidad de la naturaleza, la inteligencia del poder que existe en la naturaleza en sus diversas operaciones”. “En cuanto es la capacidad de la naturaleza, se define por esa simple palabra Luz, la luz por excelencia que ilumina a todo hombre que viene al mundo.”

   “En cuanto es la inteligencia del poder que existe en la naturaleza, se define: “La ciencia que abraza todas las ciencias, sobre todo la ciencia del hombre: “Nosce te ipsum” (Conócete a ti mismo).”

   “Y en cuanto es la variedad de las operaciones de la naturaleza, se proclama: “Un hermoso sistema de moral, bajo el velo de las alegorías y el adorno de los símbolos”.

   “En fin, para resumir, en pocas palabras las precedentes definiciones: “Ella es la ciencia del Santo Nombre de Dios, de la palabra Jehováh, pronunciada e interpretada en logia por Hi-Ho, que quiere decir El-Ella, los dos sexos, las dos potencias generadoras”.

 

   2) ¿Cuáles son las relaciones de la Masonería con el Satanismo?

 

   Respecto de las relaciones de la Masonería con el Satanismo se convino por unanimidad que la simple Masonería o Masonería de los tres primeros grados, de Aprendiz, de Compañero y de Maestro, hallándose como se halla, común y necesariamente dividida en exotérica y esotérica, es decir, que sus miembros, ignorando como ignoran, en su mayor parte, la significación de sus símbolos, y, por consiguiente, no hallándose todavía moralmente preparados y dispuestos para un comercio físico y sensible con los espíritus, o bien con Satán, no existe esta relación bajo el punto de vista físico o sensible entre la Masonería común y los espíritus. Bajo el punto de vista moral e intelectual, sin embargo, tienen una perfecta relación con el satanismo, puesto que es una asociación que se llama a sí misma “Dios”, o como la define Mazzini, “Ecclesia Sancta Dei”, entendiendo por este Dios, a Lucifer o el Sol, principio de la generación material universal.

   Que, en fin, los Maestros de la simple Masonería, bien distintos por sus símbolos y por la separación de sus reuniones, de los Aprendices y Compañeros, a los cuales no les son explicados sus símbolos, pueden practicar, si quieren, el Arte Hermético o negro, la Magia, bajo el nombre de Masonería Sacerdotal, supuesto que por el hecho mismo de ser Maestros, son sacerdotes de Satán, representado en todas las logias simbólicas por la Estrella flamígera o flamente.

 

   3) Las diversas doctrinas profesadas, al menos en apariencia, por los masones ¿tienen una relación entre ellas? Y si la tienen ¿cuál es?

 

   A esta cuestión se ha unánimemente respondido que las diversas doctrinas públicamente profesadas por los masones bajo los diferentes nombres, se resumen en el Masonismo “por el todo en el todo” o en el Dios Gran Todo del Panteísmo idealista y del Materialismo bajo el nombre de ciencia positiva o Positivismo.

   Que esas doctrinas, en el lenguaje simbólico universal de los masones, reciben de ellos el nombre de “Masonería ostensible a los profanos”.

   Que tienen entre ellas una íntima relación, en cuanto todas identifican al universo con Dios.

   Que provienen todas de la Masonería, escuela y seminario de ateísmo.

   Que su relación consiste únicamente en la sustitución del concepto de un Dios generador del Universo, al concepto cristiano del Dios creador del Cielo y de la Tierra.

   Y que esta institución se halla indicada en la Masonería por el nombre del Arquitecto del Universo, aplicado a Dios. Y el Arquitecto supone la preexistencia o la coexistencia de la materia sobre la cual debe ejercerse la arquitectura y emplearse los instrumentos para ponerla en obra.

 

   4) ¿Cuál es el fin de la Masonería?

 

   A esta cuestión, después de una larga discusión, se ha respondido unánimemente: Que el objeto de la Masonería es la destrucción universal en el orden físico, intelectual y moral.

   a) En el orden físico, o de la existencia, puesto que la Masonería ha divinizado la muerte o la destrucción universal, sustituyendo a la Santísima Trinidad Cristiana por la Trinidad india de un Dios Generador, Destructor y Regenerador, representado por su Triángulo, realizado en el Cosmos por el principio general según el que “mors unius est generatio alterius” (la muerte de uno es la generación del otro), y viceversa, sucesiva y eternamente, y puesto en práctica por los masones con grave perjuicio de la sociedad humana, bajo los especiosos nombres de lucha por la vida, revolución perpetua y progreso indefinido.

   b) En el orden moral, el objeto de la Masonería es la destrucción universal, puesto que deifica el principio del mal, y con él, todos los vicios bajo el nombre de todas las virtudes.

   c) En el orden intelectual, su objeto es la destrucción universal de la verdad, por la profesión explícita y necesaria del secreto, de la mentira, del perjurio y de la blasfemia cotidiana.

   En una palabra, resumiendo todo lo que precede, se ha concluido que así como apagando u oscureciendo, en cierta manera, el Sol, los que cierran los ojos a su luz, apagan y oscurecen la vida, el orden y la belleza del Universo; los masones, falseando el concepto cristiano de un Dios Creador, por la sustitución del concepto de un Dios Generador, tienden a la destrucción universal, visto que en todos los ritos simbólicos y en todas las ceremonias religiosas profesan la adoración y el culto del maldito pecado mortal en acto, “per peccatum mors”; y visto que adoran la rebeldía universal de Satán y la lujuria infinita de la humanidad, que son el Alpha y Omega de su dios, la Destrucción.

 

SEGUNDA SECCIÓN

 

Acción Masónica. Definiciones.

 

   El Primer Congreso Antimasónico Internacional declara estar plenamente convencido:

 

   1) Que la Masonería es una secta religiosa y maniquea: que la última palabra de sus secretos y de sus misterios es el culto de Lucifer o Satán, adorado en las tres-logias como el Dios Bueno, por oposición al Dios de los católicos, que los iniciados blasfemadores llaman el Dios Malo.

   2) Que el demonio, inspirador de las sectas masónicas, sabiendo que no ha de llegar jamás a hacerse adorar directamente por la generalidad de los hombres, procura infiltrar en las almas, por medio de la Masonería, el germen del naturalismo, que no es otra cosa que la completa emancipación del hombre respecto a Dios.

   3) Que para implantar en el mundo ese naturalismo impío, la Masonería se esfuerza en acostumbrar a los hombres a colocar en el mismo pie de igualdad todas las religiones, la única verdadera y las falsas; sustituía a la atmósfera católica la atmósfera masónica, por medio de la prensa y la escuela sin Dios.

   4) Que el medio particular de que se sirva la Masonería para perder las almas afanosas de lo sobrenatural, pero no suficientemente preparadas para el maniqueísmo luciferiano, es excitarlas a que se entreguen a las prácticas perversas del espiritismo.

   5) Que la Masonería es también una secta política, que procura apoderarse de todos los gobiernos, para hacer de ellos ciegos instrumentos de su acción perversa, y que trata también de sembrar por doquiera la rebelión.

   6) Que el objeto de la Masonería, sembrando la revolución por todos los ámbitos del globo, es el establecimiento de la República Universal, basada sobre la rebelión contra la soberanía divina, sobre la destrucción de las libertades y las franquicias locales, sobre la abolición de las fronteras y la perversión del sentimiento patriótico, sentimiento que después del amor de Dios, ha inspirado al género humano sus más bellas acciones, sus más nobles sacrificios, sus más heroicas abnegaciones.

   7) Que la Masonería prosigue su lucha contra la Iglesia, introduciendo en los pueblos cristianos una legislación anticristiana.

   8) Que la Masonería es directamente responsable del socialismo moderno, porque ha sustituido al ideal cristiano de la felicidad social, su ideal propio; a la jerarquía social cristiana, gobernada por la justicia y templada por la caridad, una pretendida igualdad de todos los hombres entre sí; porque haciendo olvidar a los hombres que es en la vida futura donde será recompensado cada cual según sus obras, les enseña que la felicidad solo se halla en los goces materiales de acá abajo y que todos tienen un derecho estricto a una parte igual de esa felicidad.

   9) Que la filantropía masónica, opuesta a la caridad cristiana, siendo, como es, el amor puramente natural de unos hombres a otros hombres, es incapaz de servir de lazo entre la humanidad y Dios; y que, además esta filantropía masónica no se ejerce sino respecto a los masones mismos, y muy a menudo, en detrimento de la sociedad civil.

   10) Que para corromper irremediablemente la familia, la Masonería procura corromper a la mujer que no solo hace ingresar, siempre que puede, a las mujeres en sus logias, sino que es alma de este movimiento llamado feminista o de la emancipación de la mujer, destinado a introducir la perturbación y el desorden en las familias, por el vago deseo de una reforma completamente inasequible.

   11) Que para acostumbrar a los hombres a prescindir de la Iglesia en la vida social, la secta procura hacer suprimir las fiestas religiosas y los días consagrados a la santificación de las almas y al descanso de los cuerpos, para sustituirlos por las fiestas meramente civiles.

   (Actes du 1er. Congrès Antimaçonnique International, t. I, págs. 333/38)

 

“HISTORIA DEL ANTICRISTO”

 

 


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