miércoles, 16 de agosto de 2023

El rotarismo internacional, hermano menor de la masoneria. Por ANIBAL A. ROTTJER. (1° parte de 3)

 




ROTARY Y MASONERÍA -CLUBES Y LÓGIAS - ES LO MISMO


Nota de Nicky Pío: “¿Se puede ser rotario y católico a un mismo tiempo? La Iglesia Católica hace muchos años que dió la respuesta sobre esta duda respecto de los clubes rotarios, y en forma contundente dijo: “NO”, no se puede ser un verdadero Católico y rotario al mismo tiempo. A pesar que hoy, en pleno siglo XXI la quinta columna del clero infiltrado y apostata diga y haga todo lo contrario. No es enseñanza de la Esposa de Cristo inscribirse en ambientes donde no existe DIOS, donde DIOS es desplazado para dar lugar al HOMBRE. Las enseñanzas de los rotarios son diametralmente opuestas de la fe cristiana, como quedará demostrado por varias fuentes católicas. Todo sea A.M.D.G y salvación de las almas.

   Antes de entrar en tema, es necesario recordarles a los católicos pusilánimes las siguientes palabras de S.S. LEÓN XIII, sean estos laicos y principalmente al clero, que temen hablar sobre la masonería y sus muchas caretas detrás de la cual se oculta.

   “En la encíclica “Sapiensae Christiane”, al referirse a las obligaciones de los católicos, decía el Papa León XIII:

“CEDER EL PUESTO AL ENEMEMIGO, O CALLAR CUANDO DE TODAS PARTES SE LEVANTA INCESANTE CLAMOREO PARA OPRIMIRIR A LA VERDAD, PROPIO ES DE HOMBRES COBARDES, O DE QUIEN DUDA ESTAR EN POSESIÓN DE LAS VERDADES QUE PROFESA.  Uno y otro es vergonzoso e injurioso a Dios; uno y otro contrario a la salvación del individuo y de la sociedad; provechoso únicamente para los enemigos del nombre cristiano, porque la cobardía de los buenos fomenta la audacia de los malos.

   “...Lo primero que ese deber nos impone es profesar abiertamente la doctrina católica y propagarla cada uno según sus fuerzas”

   “ ... Nada daña tanto a la sabiduría cristiana como no ser conocida, pues siendo bien entendida, basta ella sola para rechazar todos los errores. Nadie crea que se prohíbe a los particulares poner en uso algo de su parte”.

   “ ... Más aún, a los Padres del Concilio Vaticano I les pareció tan oportuna y fructuosa la colaboración de los particulares, que hasta juzgaron deber exigírsela.”

(“Colección de Encíclicas y Cartas Pontificias”. Por la Acción Católica Española. Edit. Poblet (Bs. As., 1944).)

 

   El Rotary Club —asociación de hombres, preferentemente de negocios y profesionales, que se proponen moralizar y mejorar los espíritus contribuyendo a la paz universal mediante la práctica de una moral sin dogmas y de un laicismo y naturalismo absolutoses la masonería internacional esparcida por todo el mundo, como noviciado de la Orden, para probar, ensayar y conquistar adeptos.

 

   Sus jefes son elegidos por los masones residentes en la ciudad norteamericana de Evanston, Illinois, cerca de Chicago, sede del organismo central. Al frente de cada club local hay un presidente a quien acompaña el vicepresidente, el secretario, el tesorero y el macero; y en cada distrito de clubes federados existe un gobernador, el cual depende directamente del Club Central, integrado por una Junta Directiva mundial que se renueva anualmente.

   Esta Junta Directiva del Rotary International consta de un presidente, tres vicepresidentes, diez directores, un secretario y un tesorero. Uno de los directores, en 1958, fue el cordobés Tristán E. Guevara, ministro de Trabajo y Previsión en la Argentina. Para elegir a los directores los distritos se agrupan en zonas. Cada club rotario debe tener entre sus socios un representante de cada profesión, negocio o institución reconocida en la comunidad donde actúa. El número mínimo de socios es veinte y deben ser todos varones.

   Su nombre surgió —según se lee en sus estatutos y reglamentos— de la costumbre de celebrar las reuniones del primer club por “rotación” en los distintos despachos de los socios fundadores. Dos años después ya no se hacían en los domicilios de los asociados sino en los hoteles más lujosos, como cuadraba a la categoría social de sus integrantes, millonarios industriales, magnates de la Banca y de los consorcios comerciales de profundísima penetración internacional. Su lema oficial es: “Dar de sí antes de pensar en sí. Se beneficia más quien mejor sirve”.

  El “mallete”, distintivo del venerable maestro de la logia masónica, es también el distintivo del presidente del club rotario, y la bandera blanca de los masones es el emblema de los rotarios, que han sustituido en ella el águila de dos cabezas por la rueda dentada.

   EI gobernador, elegido en la reunión anual de los clubes del distrito, debe ser presentado al Rotary Internacional para su aprobación definitiva.

   Al candidato se le exige, como requisito indispensable para ser propuesto para tal cargo de supervisor general, el haber participado en la Convención Internacional Rotaría; pues estos altos jefes resultan ser, en la práctica, agentes de la Junta Directiva en el Exterior. A la Convención Anual de los delegados rotarios precede siempre la Asamblea Internacional de los gobernadores, donde éstos reciben normas de gobierno. De la misma manera, cada gobernador reúne, en abril o mayo, a los presidentes y secretarios de todos los clubes de su distrito, además de la conferencia distrital que anualmente realiza con los socios.

   Sus deberes son: remitir mensualmente sus mensajes a los clubes de su jurisdicción y vigilarlos directamente bajo la fiscalización de la Junta Internacional; comunicar a la Junta Directiva de los Estados Unidos los resultados de la Asamblea del distrito, y enviar a estas mismas autoridades internacionales de Chicago el informe anual de sus visitas a los clubes de la zona. Cada presidente de club remitirá por separado el informe semestral al Secretario General del Rotary International.

   En la sede central se llevan al día los ficheros de todos los clubes del mundo, enriquecidos con los datos actualizados de cada uno de sus miembros.

   Fundado el Rotary Club, o Círculo de la Rueda Dentada, el 23 de febrero de 1905 en Chicago por el abogado masón Paul Harris, adquirió carácter internacional en 1912; estableciéndose en la Argentina el 8 de noviembre de 1919.

   La estadística publicada en 1959 totaliza 260 distritos, 10.000 clubes y 500.000 rotarios, de los cuales 6.000 se hallan en nuestro país, donde funcionan 240 clubes. (Cincuenta años de ideal de servir. (Publicación rotaría). Manual de procedimiento (Reglamentación rotaría). Pacífico, Justo, op. cit., pág. 93. La Nación, 22 febrero, 1965.)

   El 21 de febrero de 1965 el señor Rafael Cabral, gobernador del distrito 489 de Buenos Aires del Rotary Internacional, manifestó en una entrevista del Canal Teleonce: “Como el Rotary está integrado sobre la base de la comunidad en que actúa, será católico en una comunidad católica, como sucede en la Argentina ; y donde la comunidad es protestante, será protestante... No tiene ninguna vinculación con la masonería; pero es indudable que en sus clubes existen masones, por cuanto en el Rotary no hay ninguna clase de discriminaciones”. A continuación se dio la siguiente estadística: 560.000 rotarlos en 12,000 clubes distribuidos en 127 países. En la Argentina existen 350 clubes, con 10.000     socios, agrupados en 7 distritos. Al frente de cada distrito se encuentra un gobernador, que es funcionario del Rotary Internacional.

 

La nueva religión laica de la amistad rotaria

 

   “Nuestro plan —declaró Harris— hace caso omiso de todo credo y glorifica los hechos. Rotary está abierto a protestantes, católicos, judíos, musulmanes, cristianos, budistas y ateos. ¿Vamos a ser retrógrados, o debemos ir adelante con el progreso de los tiempos?”




BOLSAS CON LOGO DEL ROTARY Y LA MASONERÍA


   Esto es lo que se propone el rotarismo, a saber: racionalismo en doctrina, naturalismo o laicismo en moral e indiferentismo absoluto en religión.

   Su semejanza con la masonería radica cabalmente en el naturalismo racionalista, en el indiferentismo religioso y en la moral universal atea. Se proponen mejorar la humanidad por la amistad y la camaradería, sustituyendo el mandil masónico por el mantel laico de la opípara mesa. En esta campaña de mejoramiento social no cuenta para nada la religión; “ni siquiera debemos acordarnos de ella”, decía el gobernador del distrito 63, Abente Haedo, en mayo de 1936.

   El católico, soldado por vocación, deberá dejar sus armas a la puerta del club, si desea permanecer en el Rótary y, obligado al combate espiritual, quedará inerme ante los errores que le serán presentados bajo los velos de la indiferencia.

   El rotario William Mayer afirmó en México que “todos y cada uno de los rotarios deben desterrar de sus mentes los prejuicios de religión y de nacionalidad”; y en 1944 el rotario argentino, doctor del Forno, aseguró que “la moral sin dogmas forma la conciencia del Rótary”.

   Ya el rotario belga Hermann Doms había expresado en 1927 que “la moral del Rótary no tiene religión. Es estrictamente neutra en el sentido más amplio de la palabra”.

   Para un rotario es muy fácil entonces hablar de tolerancia religiosa en su propaganda laicista; pues, si en nada cree, todo para él resulta una misma cosa.

   En 1936 el rotario argentino, Salvador Díaz Moreno, manifestó que “al Rótary no le interesa la religión ni los dogmas revelados; ni dioses ni tampoco santos. El Rótary vive de la realidad del presente; pero en sus entrañas se gesta una “nueva religión laica” de la amistad. El porvenir dirá si tendrá o no su Olimpo.

   Y el rotario brasileño Ferraz Alvim decía en el club de San Pablo: “Rótary no tiene moral práctica ni mucho menos teórica”.

   En los clubes rotarios se prohíbe a los católicos manifestar su fe religiosa, pero en cambio ella puede recibir allí los más rudos ataques.

   En el club de la provincia de San Juan en 1937 —para citar algún caso entre tantos— se desconoció la divinidad de Cristo y se le llamó “bohemio”; y en el club de Buenos Aires, el 21 de julio de 1944, se injurió a los santos de la Iglesia Católica, endosándoles el carácter de “epilépticos” a San Pablo, a San Francisco de Asís, a Santa Juana de Arco y a Santa Bernardita Soubirous. (El Pueblo del 21 de enero de 1951. Tonelli, Armando. La verdad sobre el Rótary Club, pàssim, Bs. As., 1946)

   Este mismo club de la Capital Federal celebró con gran pompa y entusiasmo, el 11 de julio de 1934, el cincuentenario del laicismo escolar argentino; y tal homenaje se repitió en marzo de 1956 junto con el de la masonería, cuando el gobierno provisional anunció la vigencia de la ley 1420, que consagró nuevamente entre nosotros el laicismo en la escuela haciéndolo extensivo a todo el país.

   El 11 de abril de 1944 decía Julián J. Lastra en el Rótary Club de Neuquén: “Sobre la cumbre de la montaña de los siglos hay una nueva cruz, él Rótary, pero cruz sin víctima. Nuestro código moral rotario sin principios dogmáticos, sino empíricos, es como el evangelio de la sagrada escritura. Con nuestra política de buena vecindad y nuestra palabra de honor, alcanzaremos la paz entre los hombres y la armonía entre las naciones”. Esta es la misma teoría del masón Harris, fundador del Rótary, el cual decía —olvidándose de la venida de Jesucristo y la publicación de su Evangelio— que “el firme cimiento sobre el cual se edificará la paz permanente del mundo y que excluye a cualquier otro es el Rótary” (El rotario argentino, pág. 22, mayo de 1944. Revista Rotaria internacional.)

 

LA MASONERÍA EN LA ARGENTINA

Y EN EL MUNDO

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.