viernes, 9 de agosto de 2024

SATANÁS EN LA POLÍTICA – Por Virgilio Filippo (Cura Párroco de Belgrano) – Año 1949.

 



   Una verdad hay innegable, y es que el PODER POLÍTICO es de los más formidables medios de dominación en manos de los que usan más la astucia y el egoísmo que el criterio recto y el bien general de una nación. Este poder se concentra bajo las apariencias de la más amplia libertad, de la más sincera fraternidad y la más cordial igualdad. El sufragio universal ha sido en la mayoría de los casos una farsa; y preciso es confesarlo, los argentinos estuvimos largos años sojuzgados por este espejismo. Se votó pero no se eligió, porque los elegidos ya lo estaban de antemano por una comandita que utilizo a un partido como pantalla.

   La POLÍTICA se ha hecho por esto una MALA PALABRA. Satanás se ha servido de los políticos venales para comprar todas las conciencias y vender a sus fieles servidores todas las patrias. Todavía les repite la frase que le dijo a Cristo cuando lo tentó de ambición mostrándole todos los pueblos de la tierra: “Todo esto es mío y te lo daré si arrodillándote  me adoras”. ¡Cuántos políticos no supieron vencer la tentación se arrodillaron, lo adoraron, y gobernaron para ensanchar más aún el reinado de Satanás! La ambición política es la más terrible y la más subyacente de las tentaciones. Es la que más ciega y ata.

   Si Satanás es el padre de la mentira, los Parlamentos han sido con frecuencia los cenáculos de la hipocresía, del artificio, del maquiavelismo, de la farsa más estúpida y más satánica. Son todavía en muchas naciones escuelas de sofistas. Las leyes se votan no con libertad sino con autoridad presionante. Se arma la máquina para representarse la farsa de la deliberación. A veces se defienden personas a costa de los conceptos más puros de la democracia y se pone el interés de un partido, que es el de un cenáculo de privilegiados, por encima del INTERÉS DE UNA NACIÓN.

   ¡Cuántas veces se defiende masónicamente a un adversario y se desprecia a un partidario, porque aquel conoce debilidades inconfesables!

   Hoy hay pueblos que tienen sus Cámaras al servicio de una doctrina “intrínsecamente perversa”. En efecto, los comunistas, en frase del Cardenal Francisco Spellman, defienden un programa de acción que “odia a Cristo, y han hecho un PACTO CON SATANÁS”. (“La Época”, 6 de enero de 1949).

   Maquiavelo ha sido un gran pregonero del reinado de Satanás en la política. Ha enseñado a los gobernantes y a los legisladores a poner la utilidad por encima de la LEY. Les ha enseñado a actuar como león o como zorro, según las circunstancias. Porque las circunstancias, según este filósofo bastardo de la política degenerada, pueden más que las leyes y las buenas costumbres, enunciadas en la fuerza de la sana opinión pública. A veces se le hace decir a la ley lo contrario de su sentido real, para salvar, según dicen, su espíritu, manteniendo las expresiones constitucionales. Es que hay que salvar la legalidad constitucional. El fin supremo consiste en hacerse  CÉLEBRE para dominar mejor. Como el medio de la violencia no es FÁCIL, los políticos apelan al arte de la estafa. El fin justifica para el político inmoral o amoral todos los medios, por crueles que fueren. La virtud no suele ser recompensada; el engaño y el crimen son senderos más fáciles. Además, para esquivar responsabilidades no hay como achacarle al adversario lo que uno hace. Hay que ofrecer un brillante y justiciero programa de acción y luego hacer todo lo contrario. Llamarse con un nombre pomposo y ser condecorado con títulos de dignidad, aunque en realidad la regla de conducta sea la de un infame. Arrodillarse ante todos los ídolos para lucrar más poderío. La sed indefinida de poder lleva a los gobernantes a hacer de sus Estados poderosas potencias e imperios, para aplastar a los débiles y explotarlos como una mina de oro. Hay que enriquecerse aunque sea a costa de la miseria ajena. La VIRTUD, dicen,  nunca hizo progresista a los pueblos. No dicen, que si esto fuera cierto, los vicios habrían de haberlos hecho dichosos. Si el porvenir no es de los HOMBRES HONESTOS, el porvenir habría de ser de los HOMBRES BESTIAS. Una existencia empleada solamente en buscar la UTILIDAD, al fin ESCLAVIZA a los hombres a la oportunidad de los egoístas, poderosos y criminales. Así muchos llamados GRANDES políticos han resultados MISERABLES AMBICIOSOS Y HOMBRES PEQUEÑOS sin sentido de la base que engrandece a los pueblos: LA JUSTICIA.

   Satanás les entrega todo el poderío a los políticos sin fe, con tal que se arrodillen y lo adoren sirviéndole en su empresa de DESUNIÓN SOCIAL. En los crímenes de las guerras, en las convulsiones políticas, en las sinuosidades de la astucia y la violencia facciosa.

   ¡Cuántas veces hemos oído hablar de TRIUNFOS POLITICOS asentados sobre la EXPLOTACIÓN DE LA CLASE TRABAJADORA, y la CONCENTRACIÓN DE LA RIQUEZA en manos de unos pocos!

   Satanás es el enemigo del género humano; y los malos políticos sus áulicos  que se encargan de dictar leyes que secunden su empeño exterminado del bien, borrando a Dios de las Constituciones, y despojando a las leyes de su espíritu evangélico. El matrimonio se conceptúa como un simple contrato sin sentido religioso, la familia se aprecia como instrumento biológico de reproducción para engordar la boa del Estado, según lo establecen los rusos en su Código de la Familia, declarando que hay familia donde hay hijos (artículo 133, titulo 3, capítulo I del Código de Familia). Viviani grito en el Parlamento francés que llegaría a borrar el nombre de Dios de las estrellas; los socialistas clamaron por el divorcio absoluto, en nombre de la libertad, que ellos conceptúan legítima, cuando se deja a la mujer en condición disminuida a la de una joven engañada, pues ésta siempre tiene posibilidad de matrimonio legítimo. El divorcio ofrece el espectáculo de niños abandonado LEGÍTIMAMENTE por el padre o la madre. Los malos políticos, genuflexos ante Satanás, arrancan toda cultura religiosa de la escuela, y se ufanan de insertar en sus programas de acción la reintegración de la escuela laica e implantación del divorcio en los países que dominan. Los políticos fieles a Satanás tratan no de distinguir poderes, sino de SEPARAR Y OPONER LOS DERECHOS DE LA IGLESIA A LOS DERECHOS DEL ESTADO, y porque adoran al dios Mamon, al becerro de oro, cuyo templo es la Bolsa Internacional, vociferan contra los que dan medios de independencia económica  a los trabajadores, sin la cual no tendrán jamás plena libertad civil ni política. El hombre nunca ha podido ser vulnerado en el nombre de Dios; siempre en cambio lo fue en nombre de la LEGALIDAD FABRICADA POR IMPÍOS al servicio de Satanás.

 

   NO AMAN EL BIEN, POR ESO NO ODIAN EL MAL.

 

 

Tomado del libro: “EL REINADO DE SATANÁS”


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