domingo, 10 de marzo de 2024

El corazón del avaro - Pasajes de la Vida de San Antonio de Padua.


 


   En Toscana, gran región de Italia, se estaban celebrando solemnemente, como sucede en estos casos, las exequias de un hombre muy rico. En el funeral estaba presente san Antonio que, movido por una inspiración impetuosa, se puso a gritar que el muerto no tenía que ser enterrado en un sitio consagrado, sino a lo largo de las murallas de la ciudad, como un perro.

   Y esto porque su alma estaba condenada al infierno, y aquel cadáver no tenía corazón, como había dicho el Señor según el santo evangelista Lucas: Donde está tu tesoro, allí está también tu corazón.

   Ante esta exhortación, como es natural, todos se quedaron estupefactos, y tuvo lugar un encendido cambio de opiniones. Al final se abrió el pecho del difunto, y no se encontró su corazón que, según las predicciones del santo, fue encontrado en la caja fuerte donde conservaba su dinero.

Por dicho motivo, la ciudadanía alabó con entusiasmo a Dios y a su santo. Y aquel muerto no fue enterrado en el mausoleo que se le había preparado, sino llevado como un asno a la muralla y allí enterrado.

AHORA LA GRAN PREGUNTA ¿DONDE ESTÁ NUESTRO CORAZÓN…


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