martes, 29 de julio de 2025

LA ORACIÓN.


 

¿QUÉ ES LA ORACIÓN?

 

   Orar es levantar el pensamiento y el corazón o Dios para adorarle, darle gracias y pedirle lo que necesitamos.

 

   Decimos el pensamiento y el corazón: ambas cosas, no una sola.

 

   La oración —dice San Juan Crisóstomo— es la elevación del alma a Dios. La palabra alma significa aquí, todas sus fuerzas superiores, el entendimiento, la voluntad, el espíritu y el corazón, que es el centro del amor. Por consiguiente orar es levantar toda el alma a Dios-

 

   De aquí se deduce claramente que: No hace verdadera oración el hombre, aunque dotado de alma racional, si mientras reza maquinalmente con los labios, su pensamiento no está en Dios, sino en cosas muy distintas y por consiguiente el corazón, que sigue al pensamiento, tampoco tiene a Dios por objeto.

 

   No hace oración el filósofo o teólogo que piensa en Dios para estudiar sus divinas perfecciones, sin dirigirse a Él con la voluntad o con el afecto. Si para orar fuese suficiente levantar el pensamiento a Dios, también orarían el demonio y los condenados que siempre piensan y eternamente pensarán en Dios; pero su corazón y su afecto están por cierto muy lejos de Dios.

 

   Los santos Padres dicen que orar es hablar con Dios.

 

   “Cuando lees — enseña San Agustín — entonces Dios te habla; cuando haces oración, tú hablas a Dios”.

 

   La conversación familiar supone no sólo que se piense en la persona con quien se habla, sino que también se tenga algún afecto y buena voluntad hacia ella.

 

   Cómo ya se ha dicho en la definición, la finalidad de la oración para con Dios es: Adorarle, darle gracias, arrepentirse y pedirle lo que necesitamos.

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