martes, 13 de mayo de 2025

EL MILAGRO DE LAS PALOMAS EN FÁTIMA.

 

   


   Las palomas. — La paloma, es un ave que se distingue por su apacibilidad y blancura, es símbolo del Espíritu Santo. Al alma pura se  compara con la paloma. La Santísima Virgen es la Inmaculada (limpia y sin mancha). La paloma es quién llevó al arca de Noé una ramita de olivo, símbolo de la paz, reconciliación y alegría. La paloma es una  fiel mensajera.

 

   Las palomas se relacionan con las apariciones de la Virgen en Cova de Iria. Este milagro se realiza  en una época de odios, y revolución (1917 Revolución Rusa). María es la Reina de la Paz. (Regina pacis).

 

   Nuestra Madre Celestial, en su triunfal paseo desde Cova de Iria a Lisboa, allá en Portugal, recorre 180 kms. Pasa por Bombarral, pueblo que es foco de perversas ideas. La hija de un médico suelta allí cinco palomas blancas. Tres van a posarse en las plantas de la Virgen a la vista de 10.000 personas. Acompañan quietecitas la imagen de la Virgen, sin comer ni beber, durante tres días y tres noches. Al llegar a Lisboa no se dejan aturdir ni espantar por los fulgores de las velas, por los ruidos de la multitud, ni por los cantos sagrados y bandas de música. Se suceden torrenciales lluvias y las palomitas permanecen empapadas, pegadas a la imagen milagrosa. Las tapan con ramos de flores y salen airosas ante el público. Al hablar su Eminencia el Cardenal Patriarca de Lisboa se vuelven hacia él hasta tanto que terminó su discurso.

 

   Una vez en el templo, una palomita se posa sobre el trono del Patriarca, otra sobre el comulgatorio, y la tercera sobre la imagen de Nuestra Señora de Fátima. Hechos semejantes se fueron repitiendo en otros templos, pueblos y ciudades.

 

   En el año 1948 fue llevada esta milagrosa imagen a España e idénticos episodios realizan las palomitas. España tributó a Nuestra Señora de Fátima el más espléndido homenaje que se puede imaginar.

 

   Estas palomitas nos dan a todos delicados ejemplos de perseverancia, siempre unidas a la Reina de los cielos y tierra. Nos hablan de penitencia, de paciencia, mansedumbre y paz, que tanto precisan individuos, sociedades y naciones. Aprendamos estas lecciones.

 

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