Después que Adán y Eva pecaron y fueron convencidos
de su pecado, el Señor, antes de pronunciar la sentencia contra ellos, maldijo
a la serpiente que había engañado a Eva, diciendo: “Yo pondré enemistad entre
ti y la mujer, y entre su generación y la tuya; y ella te quebrantará la
cabeza.” Esta mujer fué la gloriosísima virgen María nuestra Señora, a la cual
ya desde entonces puso Dios por capitana y señora del campo, para que pelease con
la serpiente infernal, y le quebrantase la cabeza, y destruyese su benditísimo
Hijo. Y el escogerla para tan grande empresa antes de pronunciar aquella
sentencia, fué para darnos a entender que no quiso comprenderla en ella, sino
que la eximía de contraer el pecado original, que los hombres han heredado de
su primer padre, y que su concepción sería todo pura, y su alma en el primer
instante de su ser sería llena de gracia. Por eso el Señor dice de ella, que es
entre todas las hijas suyas, como la azucena entre las espinas; que es amiga suya,
toda hermosa, sin mancha alguna de pecado; que es su paloma querida y perfecta,
y como un huerto cerrado y lleno de aromas. Y el ángel la llamó “llena de
gracia y bendita entre todas las mujeres”. Porque fué infundida a la Virgen en
su purísima Concepción, no solo la gracia para preservarla del pecado original;
mas también le fueron infundidas todas las virtudes morales; y le fué acelerado
el uso de la razón y verdadero conocimiento de Dios: tuvo ya desde su ,Concepción
la ciencia de las cosas naturales y morales, que son necesarias para la inteligencia
de las divinas Escrituras y para la prudente gobernación exterior; y una gracia
tan abundante, que causaba en ella una compostura admirable y divina: porque
jamás tuvo movimiento desordenado, ni dijo palabra ociosa, ni cayó en la menor
imperfección del mundo, ni en cosa que oliese a pecado: antes desde el punto de
su inmaculada Concepción comenzó a merecer la gloria, y tomó la corrida para
alcanzar la joya de la bienaventuranza con tan largos pasos, que a todos los
otros santos dejó atrás. Este privilegio tan singular de María celebra hoy la
santa Iglesia: esta prerrogativa de nuestra Madre definió ser dogma de fe el
pontífice Pío IX en 8 de diciembre de 1854; y bajo este gloriosísimo título de
la Inmaculada Concepción ha sido aclamada María patrona de España y de sus
Indias, por haber sido España la nación que más se distinguió en, honrar a
María inmaculada.
Reflexión:
Roguemos hoy con gran fervor a nuestra purísima Reina y Madre que no permita
seamos víctimas de la serpiente infernal: que nos libre de todo contagio de
error y herejía, y nos guarde puros e inmaculados en medio de esa corrupción de
costumbres que es la natural consecuencia de la impiedad: y finalmente, que resistiendo
con gran constancia debajo de su amparo a las asechanzas de los demonios y a
los malos principios de los enemigos de Dios, alcancemos victoria del dragón
infernal que ella puso debajo de sus pies, y merezcamos participar de su
triunfo glorioso en la eterna felicidad de los cielos.
Oración: Oh Dios, que por la
Concepción inmaculada de la Virgen preparaste digna morada a tu Hijo: te
rogamos, que pues con la previsión de la muerte del mismo Hijo la preservaste
de toda mancha, también a nosotros nos concedas por su intercesión que nos
lleguemos a ti puros y limpios. Por el mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén.
FLOS SANCTORVM
DOGMA DE LA INMACULADA
CONCEPCIÓN DE MARÍA
“...declaramos,
proclamamos y definimos que la doctrina que sostiene que la beatísima Virgen
María fue preservada inmune de toda mancha de la culpa original en el primer
instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente,
en atención a los méritos de Cristo Jesús Salvador del género humano, está
revelada por Dios y debe ser por tanto firme y constantemente creída por todos
los fieles...”
(Pío IX, Bula
Ineffabilis Deus, 8 de diciembre de 1854).
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