domingo, 1 de mayo de 2022

BREVE PRÁCTICA DEL MES DE MAYO – CONSAGRADO A LA MADRE DE DIOS – POR D. FÉLIX SARDÁ Y SALVANY, PBRO. Año 1899. (Día 1 de Mayo)


 

PARA TODOS LOS DÍAS.

ACTO DE CONTRICIÓN

Por la señal, etc.

   A vuestra soberana Madre vengo a honrar, Señor mío Jesucristo, y al querer debidamente hacerlo, me avergüenza ante todo, del estado de mi pobre alma, tan llena de ofensas a Vos. Os he faltado, Señor, mil veces, y agraviando a Vos, he agraviado juntamente a vuestra dulcísima Madre y mía. ¿Cómo he de poder, pues, presentarme en su presencia sin que le provoque a asco y enojo mi indignidad?

   Vos, Señor mío, que tan misericordioso sois y que desde las entrañas de vuestra dulce Madre habéis traído al mundo tesoros de bondad y de compasión, tenedla de ese pobrecito pecador, y perdonadle una vez más sus negras ingratitudes. ¡Pésame, Señor, en lo más vivo de mi alma haber herido con ellas vuestro amante Corazón! ¡Pésame, Padre mío, y no quiero ofenderos con ellas ya más! Ayudadme con vuestra gracia para perseverar en este mi arrepentimiento y firme propósito hasta el fin de mi vida…Amén.

ORACIÓN A MARÍA SANTÍSIMA.

   Vuestro permiso imploro, Madre y Señora mía, para acercarme, a pesar de mi indignidad, a vuestro altar sagrado. A él vengo, celestial Maestra, para que me instruyáis; a él corro, bondadosa Madre, para que me consoléis; a él me refugio, Abogada poderosísima, para que me protejáis. Todo lo sois, Señora, para el pueblo cristiano y para este infeliz pecador, luz, consuelo, amparo, fuerza, esperanza y segura protección. Enseñadme con el ejemplo de vuestra vida, especialmente con el paso de ella que me propongo hoy meditar; fortalecedme con la divina gracia que benévolamente me alcanzaréis de vuestro Hijo Jesús; consoladme y acariciadme con las infinitas dulzuras de vuestro culto y amor, singularmente en este vuestro devoto Mes. Amén.

   ¡Madre y Señora mía! De vuestro Soberano Hijo y Señor mío otorgadme en estos momentos el especial beneficio de hacer con fruto para mi alma estos breves puntos de meditación.

MEDITACIÓN.

   La que se pondrá, sucesivamente para cada día.

DESPUÉS DE LA MEDITACIÓN.

   Ahora saludaremos fervorosamente el Nombre suavísimo de nuestra Divina Madre con las siguientes jaculatorias y Ave Marías:

   Madre mía amantísima, en todos los instantes de mi vida acordaos de mí, pobre pecador. Ave María. Arca de Dios y Tesorera del cielo, concededme abundantes gracias para detestar y llorar mis pecados. Ave María. Reina de cielos y tierra, sedme amparo y defensa en las tentaciones de mis enemigos. Ave María. Inmaculada Madre de mi Dios y Señor, alcanzadme lo que os pido para mi salvación. Ave María. Abogada mía y refugio mío, amparadme en el trance espantoso de la muerte y abridme las puertas del cielo. Ave María y Gloria.

ORACIÓN DE SAN BERNARDO.

(Memorare).

   Acordaos, oh piadosísima Virgen María, que jamás se oyó decir que alguno de los que acudieron a vuestra mediación e imploraron vuestro auxilio fuese desamparado de Vos. Alentado con esta seguridad, a Vos acudo, Virgen Reina de las vírgenes, y aunque agobiado bajo el peso de mis culpas, atrévome a parecer ante vuestra presencia. No despreciéis mis ruegos, antes dignaos atenderlos y favorablemente despacharlos. Amén.

OFRECIMIENTO DEL DÍA.

   Cuanto piense, cuanto hable, cuanto obre y cuanto quiera en este día de vuestro sagrado Mes, os lo ofrezco, purísima Reina de los cielos, como florido homenaje de amor consagrado a vuestra devoción. Sean por Vos todas y cada una de mis respiraciones. Sean por Vos todos y cada uno de los latidos de mi corazón, sean por Vos los deseos más íntimos de mi alma. Os dedico muy especialmente el obsequio o flor espiritual de hoy, y deseo lo recibáis como nueva prenda de mi fidelidad a vuestro amor. Y haced, Señora, que según Vos viva, y en Vos muera, y con Vos reine felizmente por toda la eternidad. Amén.

 

   Aquí se leerá la Flor espiritual correspondiente al día, sacándola del siguiente catálogo:

FLORES ESPIRITUALES DE QUE PUEDE SORTEARSE UNA CADA DÍA PARA OFRECERLA COMO OBSEQUIO PARTICULAR DE MAYO A LA MADRE DE DIOS.

1. Oír la Santa Misa por las almas del purgatorio. —2. La visita al Santísimo Sacramento por la conversión de los pecadores. —3. Privarse de un rato de recreo, como mortificación por los pecados veniales. —4. Guardar mayor recogimiento de los ojos para honrar la modestia de María. —5. Una parte del Santo Rosario por la libertad del Papa. —6. Tener silencio completo un par de horas pensando en la Pasión. —7. Privarse de un bocado o bebida que guste, en memoria de la hiel y vinagre del Salvador. — 8. Dar limosna a un pobre, economizándola de un objeto de lujo o recreo. —9. Visitar a un enfermo necesitado, llevándole algún consuelo espiritual. — 10. Saludar a María cuantas veces diere el reloj. —11. Hacer un acto público de Religión de los que más repugne a nuestro amor propio. —12. Otra parte del Santo Rosario por la destrucción de las sectas secretas. —13. Media hora de lectura espiritual. —14. Un ayuno o abstinencia por nuestras culpas más graves. —15. El Vía Crucis, con toda devoción por nuestros mayores enemigos —16. Visitar una imagen de la Virgen en forma de romería. —17. Confesar y comulgar como si se recibiesen estos Sacramentos a la hora de la muerte. —18. Hacer un acto de perdón o de amor a cualquiera que nos haya agraviado. —19. Rezar cinco Credos, teniendo los brazos en cruz, por la conversión de los blasfemos. — 20. Otra parte del Santo Rosario para alcanzar la completa santificación de los días festivos. —21. Una visita al Señor Sacramentado por el fomento de las Misiones en países infieles. — 22. Siete Padre nuestros á los Dolores de María por los agonizantes. —23. Practicar una diligencia cualquiera para traer a buen camino a una persona apartada de Dios. —24. Dar un buen ejemplo público en reparación de los malos ejemplos que hayamos dado alguna vez. —25. Otra parte del Santo Rosario por la destrucción de las escuelas laicas. —26. Practicar fervorosamente la recomendación del alma como si estuviésemos en la agonía. —27. Ofrecer la Santa Misa y Comunión por el total restablecimiento de las Órdenes religiosas. —28. Guardar especial retiro todo el día como preparación para la muerte. —29. Advertir por caridad a un prójimo de un defecto en que acostumbre incurrir. — 30. Pasar de rodillas un cuarto de hora rezando por el restablecimiento del Papa en su temporal soberanía. —31. Proponer hacer cada día el examen de conciencia, sobre todo de la falta más común en nosotros.

 

Meditaciones Para los diferentes días del mes.

I

María en su Concepción. —Estima de la divina gracia.

   María por singularísimo privilegio, debido en cierta manera a su alta dignidad de Madre de Dios, fue concebida en el seno de su madre Santa Ana sin la mancha del original pecado, que del primer padre Adán contraemos todos sus descendientes.

   Saca de ahí, alma mía, cuál debe ser la estima en que debes tener la gracia de Dios, pues queriendo el Señor honrar de un modo extraordinario a la que escogió por Madre, no encontró otro más precioso que adornarla desde el primer instante con ese de su divina gracia. También por el Bautismo se te ha dado a ti, ya que no en tu concepción al menos en tu regeneración por medio de este Sacramento. ¿Cómo guardaste tan valiosa joya? ¿En qué aprecio la tuviste? O al revés. ¿A cuántos riesgos no la traes voluntariamente expuesta? ¿Por qué viles placeres del mundo no la has cien veces trocado? ¿Qué has hecho, infeliz, de esta primera vestidura con que al adoptarte por suyo te engalanó el Señor? ¿Qué cuenta darás de ella en su riguroso tribunal?

   Reflexiónalo muy detenidamente, y pide a tu buena Madre la Inmaculada María te alcance del Señor estima y aprecio de ese don sobrenatural de la divina gracia. Llora la desdicha de haberlo tantas veces perdido, y procura no perderlo ya más, o recobrarlo al punto por medio de una buena confesión.


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